sábado, 27 de agosto de 2011

Komyozo Zanmai por el Maestro Ejo

Koun Ejo 孤云懐奘 (1198-1280), fué discípulo y sucesor del Maestro Dogen


Komyozo Zanmai

El samadhi del granero de la gran sabiduría


Siento un profundo respeto, que nace desde lo más recóndito de mi compasión, por ustedes que continúan la práctica de zazen en el estado de espíritu que voy a describir:

Sin intentar obtener nada, sin ninguna meta; sin dejarse influir por vuestra inteligencia personal; sin mostrar suficiencia por la experiencia que han adquirido en el dojo.

Con toda la energía de vuestro cuerpo y de vuestro espíritu, penetren totalmente en komyozo, sin dar vuelta hacia atrás para mirar el tiempo. No busquen el satori. No escuchen los fenómenos ilusorios (mayoi).

No detesten los pensamientos que aparecen, tampoco los amen, y, sobre todo, no los mantengan. De todas maneras, sea lo que sea, deben practicar la gran postura sentada aquí y ahora. Si no mantienen los pensamientos, estos no vendrán por sí mismos. Abandónense a la espiración y dejen que la inspiración venga en un armonioso ir y venir, no hay más que un zafu vacío bajo el cielo, soportando el peso de una flama. Si no esperan nada de lo que hacen, si no consideran cosa alguna, pueden cortar con todo, solamente por zazen.

Aunque los ochenta y cuatro mil ilusiones vayan y vengan, si no les dan importancia, si pueden abandonarlos a sí mismos, en ese momento, de cada uno de ellos, de uno tras otro y de todos juntos, podrá surgir el maravilloso misterio del granero de la gran sabiduría.

No existe solamente el komyo del momento de zazen. También está aquel que, paso a paso, acto tras acto, os hacer ver progresivamente que cada fenómeno puede realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia propia y de vuestros pensamientos personales. Tal es la verdadera y auténtica certificación que existe sin molestar la manifestación de komyo.

Es el poder espiritual del no actuar de la luz que se ilumina por sí misma. Este komyo es originariamente no sustancia, no existencia. Por ello, aunque muchos Budas lo realicen en este mundo, no son de este mundo. Y, estando en el nirvana, no están en el nirvana.

En el instante de vuestro nacimiento, komyo no existía. En el de vuestra muerte, no desaparecerá.

Desde el punto de vista de Buda, no aumenta. Desde el punto de vista de los sentidos, no disminuye.

Así como cuando tienen ilusiones o dudas, no pueden hacer la pregunta correcta, cuando tienen el satori no pueden expresarlo. En ningún momento consideren nada con vuestra conciencia personal.

Durante las veinticuatro horas del día, mantengan la calma y la gran tranquilidad de los muertos. No piensen en nada por ustedes mismos.

Así, al practicar la espiración y la inspiración, vuestra naturaleza profunda y vuestra naturaleza sensitiva, inconsciente y naturalmente, serán no saber, no comprensión.

Entonces, todo podrá volverse naturalmente calmo, esplendor de komyo, en la unidad del espíritu y del cuerpo. Por eso, cuando lo llamamos, debería responder rápidamente.

Un solo y mismo komyo armoniza en un todo a la gente del satori y la de las ilusiones.

Así, aunque se muevan, este movimiento no debería perturbarlos. De esta forma el bosque, las flores, las briznas de hierba, los animales, los seres humanos, todos los fenómenos (ya sean largos, cortos, cuadrados o redondos) podrán realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia propia y de la acción personal de vuestro pensamiento.

No se apegen ni a las ropas ni al alimento ni a la casa. No sucumban al deseo sensual o al apego del amor que son prácticas animales. Inútil interrogar a los demás sobre komyo, pues su komyo no tiene utilidad alguna para ustedes.

En el origen, este samadhi es el santo dojo, el océano de todos los Budas. Es entonces el más grande y el más santo de todos los asientos transmitidos directamente de Buda en Buda a través de la santa práctica universal. Puesto que ahora son discípulos de Buda, deben hacer zazen tranquilamente en su asiento.

No se sienten en el zafú infernal, el zafú gaki, animal o asura, ni tampoco en el de los shomon o de los engaku. Practiquen solamente shikantaza. No pierdan el tiempo. Es lo que se llama el auténtico espíritu del dojo, el verdadero komyo samadhi, el maravilloso y espléndido satori.

Este texto sólo debe ser leído por los verdaderos discípulos del Maestro Dogen, aquellos que están autorizados a entrar en su habitación.

Lo he escrito para mis compañeros de zazen, para que no haya puntos de vista erróneos, para perfeccionarme a mí mismo y para educar a los demás.

Escrito por Ejo, bajo el reinado del emperador Gouta. Con el más profundo respeto, en el templo Eihei-ji el 28 de agosto de 1278.


martes, 23 de agosto de 2011

U-JI “Ser-Tiempo” del Maestro Dogen


U-JI “Ser-Tiempo”

La manera en que uno mismo se forma es la forma del universo entero. Cada cosa en el mundo es un "momento del tiempo" (ji-ji: tiempo-tiempo). Las cosas no se obstruyen entre sí, los momentos del tiempo nunca son un obstáculo el uno para el otro. Hay mentes hechas en el mismo momento del tiempo y hay momentos del tiempo en los que la misma mente se hace. Lo mismo sucede con la práctica y la realización. Es así como uno mismo formándose a sí mismo se ve a sí mismo. He ahí el entendimiento de que uno mismo no es más que tiempo.

U-Ji Significa que el tiempo está siendo “Tiempo es existencia, existencia es tiempo”.

El mundo entero está incluido en ustedes. Éste es el principio: “nosotros mismos somos tiempo”. Cada instante abarca el mundo entero, si comprendemos esto, será el comienzo de la práctica e iluminación.

Cuando logramos este nivel, tenemos clara comprensión del significado de cada una de las prácticas. Una brizna de hierba, cualquier objeto, cada cosa viviente, es inseparable del tiempo. El tiempo incluye todos los seres y todos los mundos.

Si piensan que el tiempo es un fenómeno pasajero nunca comprenderán U-JI.

El asunto central es: todos los seres en el mundo entero están relacionados con los demás y nunca están separados del tiempo. Puesto que somos tiempo que está siendo, práctica es iluminación, también.

La dificultosa tarea de enseñar a otros es U-JI, el tiempo siendo. (existencia-tiempo o ser-tiempo)

Puesto que el pensamiento de las personas no iluminadas no está basado en la propia comprensión de U-JI, no pueden descubrir la verdadera naturaleza, que está dentro de cada uno (aunque no nos demos cuenta).

La ignorancia de este dharma les provoca la transmigración.

Mucha gente piensa, que el tiempo está pasando, sin darse cuenta de que se trata de un aspecto de lo que en realidad es no-pasando.

No darse cuenta también es estar siendo. Ambos, realización e ignorancia, están contenidos en U-JI, ser-tiempo (o existencia-tiempo).

Si no lo comprenden, nunca se desatarán verdaderamente. Es muy difícil tener una real comprensión de uno mismo, porque la autoconcepción cambia continuamente y se descubre más y más sobre el verdadero uno mismo.

Si tienen completa comprensión, incluso de ideas, sobre la libertad de la iluminación o del grado de liberación, serán provisorias e ilusorias. U-JI no depende de ideas. El continuo de la existencia es el mundo entero actuando a través de sí mismo. La continuada existencia de la primavera, es la primavera.

Un día el maestro Zen Kisei, descendiente de Rinzai, dijo a sus monjes: “A veces la mente sobrepasa a las palabras. A veces las palabras sobrepasan a la mente. A veces mente y palabras se sobrepasan a sí mismas. A veces no se sobrepasan a sí mismas”.

Mente y palabras son existencia-tiempo. Sobrepasar y no sobrepasar también son existencia-tiempo. El Tiempo que viene, no viene; el tiempo que no viene también viene. Venir y no venir sólo pueden pensarse desde el venir y no venir. El pensar de la mente es sólo mente y las palabras sólo palabras. Ésta es función del ser-tiempo. “Mente y palabras, van y vienen, ni van ni vienen; esto también es existencia-tiempo”

La razón por la cual no comprenden el sendero del tiempo es porque consideran que el tiempo no hace más que pasar.

En suma, los seres de todos los universos, aún siguiéndose los unos a los otros, en realidad no son más que momentos de un mismo tiempo. Y puesto que todos los momentos son ser-tiempo, vos sos ser-tiempo.

Ser-tiempo tiene el don de la regeneración: hoy regenera el mañana, hoy regenera el ayer, hoy regenera hoy, mañana regenera mañana. Porque la regeneración es el don del tiempo, no puede haber acumulación de los tiempos antiguos y de los tiempos presentes. Seigen es tiempo también. Obaku también es tiempo,

El caballo y la oveja, en orden de sucesión en el mundo son ahora lo que son, en su condición de dharma que aparece y desaparece. La rata también es tiempo. El tigre también es tiempo. La vida también es tiempo. El Buda también es tiempo.

Cuando el universo es el universo entero, entonces lo impecable se actualiza y se hace evidente. Cuando el cuerpo dorado de Buda es el cuerpo dorado de Buda, entonces la motivación, la práctica, la sabiduría y el nirvana se nos revelan. Esto es el ser. Esto es el tiempo.

El tiempo entero es el tiempo completo. A parte de esto, no se podrá encontrar otro dharma, otra manifestación, otro fenómeno.

Puesto que todo dharma de más, está de más, aún el ser-tiempo de una semi-impecabilidad es semi-impecablemente ser-tiempo. Aún lo que aparece como mitad impecable es, de hecho, tiempo completo. Aún más: desde un punto de vista fundamental, aunque la mitad se revele tarde o temprano, no se trata de otra cosa que del momento oportuno (juhoi) del ser-tiempo. Todo dharma se encuentra en su propia condición, repleto de vida, repleto de energía.

No se dejen perturbar por la nada. No pretendan hacer de esta nada un ser.

Si creen que el tiempo no hace más que pasar, entonces todavía no entienden que el tiempo nunca llega ni nunca se aparta. Y aunque entender es tiempo, que entiendan el tiempo o no, nada tiene que ver con el tiempo. No viendo del tiempo más que su ir y venir, la bestia no puede tener la experiencia del ser-tiempo en un momento justo (juhoi), y menos aún traspasar la barrera.

¿Pero quién, luego de haber entendido lo propio y lo justo de cada momento (de cada dharma), podría hablar de eso (immo), de cada momento? Y aún si alguien ha entendido, y después de mucho tiempo, pudiera hablar de eso, seguiría buscando como si buscara su rostro original en medio de la oscuridad.

Si ustedes se atienen a lo que la gente común piensa del ser-tiempo, entonces el despertar~nirvana no sería más que el ir y venir del ser-tiempo. Absolutamente ninguna trampa, ni redes algunas, pueden impedir la aparición (senjo) del ser-tiempo.

Apareciendo ya sea a la derecha, apareciendo ya sea a la izquierda, los reinos celestes y los seres celestes son la combustión total (jinriki). Pero además, como si esto fuera poco, todo ser-tiempo vivo entre las aguas y sobre la tierra, aparece en virtud de mi combustión total en este preciso momento.

Las especies y las criaturas diversas que son ser-tiempo en los reinos de yin y de yang aparecen todos gracias a mi combustión total, a la regeneración de esa misma combustión. Hablando de regeneración no crean que se trata de cualquier cosa que, como el viento y la lluvia, pasa del este al oeste. El universo no está ni en movimiento ni en reposo, ni progresando ni en regreso. El universo es pura regeneración.

La regeneración es como la primavera. La primavera tiene muchas caras. A esto se le llama regeneración. Hay que entender que la regeneración se regenera sin ningún soporte externo. Por ejemplo, la regeneración de la primavera invariablemente regenera la primavera. Aunque la regeneración en cuanto tal no sea necesariamente la primavera, puesto que se trata aquí de la regeneración de la primavera, la regeneración de la primavera alcanza ahora el despertar justo en la primavera. Estudien esto con todo detenimiento.

Hablando de regeneración, si ustedes piensan que las condiciones de regeneración existen fuera de ustedes mismos, que el "yo" de la regeneración por sí mismo le da la cara al Este, atravesando los cientos de miles de mundos y los cientos de miles de kalpas, esto significa que no se dedican lo suficiente a la práctica del Dharma de Buda.

Escrito en Koshohorinji, 1240.