No puedes aferrarte a tu yo.
En el momento que entregas tu yo, encuentras al yo que es uno con el universo.
Precisamente, el yo que no
he pensado es quien realmente soy.
Tanto el pasaje del sutra
del Loto: “Todas las cosas son la forma de la verdad” o “todas las existencias
son la naturaleza de Buda”, del Nirvana sutra, se refieren a lo que está más
allá de lo personal.
El universo entero irradia
la luz del yo.
Así que lleno el universo
entero.
No soy el idiota que junta
las migajas.
Este cuerpo es el universo
entero.
Si no tienes esta clase de confianza en ti mismo, vas a tener siempre un punto débil que te será imposible de ocultar. Ni bien te pongas celoso o de mal humor, lo vas a mostrar.
Si no tienes esta clase de confianza en ti mismo, vas a tener siempre un punto débil que te será imposible de ocultar. Ni bien te pongas celoso o de mal humor, lo vas a mostrar.
Olvida todo lo que has
adquirido desde que naciste.
Cuando una gota de agua entra
en el mar y cuando una mota de polvo se deposita en el suelo, entonces aquella
gota ya es el mar, y aquella mota de polvo ya es la tierra.
Todas las cosas están
contenidas en mi yo.
Por eso, en mis acciones,
tengo que prestar atención a lo que otros esperan.
Es porque estamos
agradecidos con la sociedad que siempre que usamos algo, pensamos en los que lo
necesitarán después de nosotros.
Es solo dentro de este don recíproco que podemos sobrevivir, sin importar si estamos agradecidos o no.
No necesitamos quejarnos de nada.
A nadie se le concedió la vida por méritos personales. Y nadie puede vivir usando solo su propia fuerza. Pero aún así estamos todos solo preocupados por nuestra propia billetera.
La estupidez significa estar preocupado por tu propio cuerpo.
La sabiduría dice: “Soy lo que soy, no importa como terminen las cosas”.
Una persona fuera de
¡Que aburrimiento!. Poner cara larga y quejarse por no tener dinero, nada para comer o por estar endeudado. Es solo porque crees que tienes derecho siempre a deleitarte de la vida y sentirte bien siempre, que te quejas y lloras por tu pobreza.
Una vez durante la guerra visité una mina de carbón. Con el mismo equipo y lámpara de cabeza como los mineros. Me metí en el ascensor y bajamos. En un momento dado mientras bajábamos me pareció que subíamos de nuevo. Pero cuando miré con la lámpara en la pared del pozo vi que seguíamos bajando. Al principio cuando nosotros acelerábamos hacia abajo, nosotros realmente podíamos sentir que íbamos hacia abajo. Solo cuando cambió la velocidad nos pareció que subíamos de nuevo.
Exactamente del mismo modo, cuando pensamos en nuestras vidas, nosotros siempre erramos cuando confundimos las cantidades fluctuantes de la suma…
Perder es el satori. Ganar es una ilusión.
No codiciar ni una simple cosa, es el mayor regalo que puedes hacerle al universo.