miércoles, 23 de abril de 2014

La naturaleza de la experiencia mental



La conciencia y el citoesqueleto

En el nivel fundamental de la realidad física, los componentes de la materia no son materiales en absoluto. Son más bien ondas de posibilidades en estado de superposición, que colapsarán o se reducirán en un determinado cuerpo o geometría espacio-temporal al interaccionar con la consciencia del observador.

La información y la energía existen como campos de ondas fluctuando en equilibrio hasta que irrumpe la observación consciente y entonces se particulariza en una determinada realidad con su propia geometría y coordenadas espaciotemporales.
  
En los niveles fundamentales, que es el mundo que trata de describir la física cuántica, la energía y la materia se transforman sin cesar y se comportan de manera opuesta a lo que estamos habituados a percibir como “real”. 
Las partículas aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer, pero en otro lado (con lo cual no se puede estar seguro que sean las mismas, a esta propiedad se la llama principio de incertidumbre).
Otra característica del nivel cuántico es la dualidad onda-partícula de los átomos y sus componentes. Mientras que un sistema cuántico como un átomo o una partícula subatómica como el electrón, permanezca aislado de su entorno, se comportará como una "onda de posibilidades" y existirá en un estado de superposición de muchos estados posibles.

Hay algunas peculiaridades en el comportamiento de los sistemas a nivel cuántico, como ser la coherencia cuántica, relacionada con los estados en superposición, y el colapso de la información o reducción de la función de onda, que son esenciales para la manifestación de la experiencia consciente.
Todo indica que estos procesos se producen en el citoesqueleto de las células nerviosas en el cerebro, más precisamente en los microtúbulos.


Si bien no es posible “objetivar” o dar una demostración “cientifica” sobre la experiencia consciente, la percepción interior, la voluntad, la intuición y otras habilidades cognitivas superiores, etc., podemos tratar de comprender los mecanismos que permiten que seamos conscientes y las estructuras involucradas en el proceso.
Este es el objetivo del presente trabajo.

citoesqueleto
Partimos de la premisa que cada célula es una unidad de conciencia, es decir, la célula tiene un nivel fundamental de conciencia que le permite interactuar dinámicamente con su entorno: nutrirse, multiplicarse, cumplir sus funciones, adaptarse a los cambios y defenderse.



Cada célula “sabe” lo que debe hacer, lo que necesita y lo que no…

Nuestro cuerpo es especialista en supervivencia y adaptación al medio

…y esto solo es posible si hay una conciencia fundamental que se mueve y lo anima. Es el fundamento de la capacidad curativa del cuerpo y del desarrollo del poder personal.

El universo y toda la Creación, cada cosa que existe, cada partícula, tu cuerpo mismo, es la misma conciencia, vibrando y manifestándose de infinitas maneras. El Espíritu es unidad y no hay nada más que esto, lo impregna todo, variando sus grados de manifestación, desde la tenuidad más sutil hasta la materia más densa.

La experiencia consciente es una propiedad básica de la realidad física



Cualquier forma de vida, desde un simple unicelular hasta un organismo complejo, incluye un grado fundamental de conciencia. Incluso las partículas elementales, como el fotón o el electrón, tienen su nivel de conciencia y por lo tanto reaccionan a los movimientos de la mente.


El universo es conciencia viva

La conciencia no está limitada al cerebro, pero es en el cerebro donde emergen los procesos mentales y se integra toda la información recibida para elaborar una respuesta. El cerebro es el proyector de la realidad. Toma la información, la clasifica, la integra y listo: ¡luz, cámara…acción!

Captamos un estímulo, ya sea mecánico, por los receptores en la piel, o lumínico por la vista o una onda sonora captada por el oído, Los receptores de la membrana celular traducen la información en impulsos eléctricos que son conducidos por los nervios correspondientes hasta áreas determinadas del cerebro, ya sea la corteza visual (occipital), la auditiva (temporal) o la somatosensorial (parietal). Estas a su vez están interconectadas con otras zonas y núcleos cerebrales que integran y modulan la respuesta, como el tálamo, el cerebro medio y el tronco encefálico.

 Lo que vemos no es lo que ven los ojos, sino la imagen que se forma en el lóbulo occipital y que luego es interpretada, clasificada y de acuerdo a la naturaleza del estímulo se elabora una respuesta (motora, glandular, emocional, mental, etc.)

Lo mismo pasa con los estímulos dolorosos, antes de ser percibidos como tales en la corteza sensorial pasan por un filtro de conexiones cerebrales en el tálamo, el cual a su vez está conectado con el sistema límbico, que presenta estructuras como el hipotálamo, hipocampo y la amígdala cerebral que se encuentran relacionadas con la memoria y la respuesta emocional  (miedo, placer), también hay conexiones con el sistema neurovegetativo (respuesta visceral: sudoración, secreción,  taquicardia, vasodilatación, temperatura, etc.).


Luego de la toma de conciencia (experiencia consciente) y la valoración que hacemos del fenómeno, aparece la reacción o la respuesta, que guarda estrecha relación con la educación, el condicionamiento, las experiencias previas y las características de cada individuo.

La mente y la materia cambian incesantemente, aunque el cuerpo físico lo hace a una velocidad más lenta.


Todo lo que percibimos existe en relación de interdependencia con todo lo demás.
Nada existe por si mismo o por separado.

Al observar con claridad que estos componentes de la "realidad", son impermanentes y sin sustancia, disminuye el apego al mundo físico y a las emociones, y nos permite controlar y equilibrar las ilusiones y el sufrimiento.
Se dice sin sustancia, para resaltar el hecho que no poseen una naturaleza fija o inmutable. La sustancia verdadera del universo es la mente. En otras palabras:


Lo único que genera materia en el universo es la conciencia




 El pensamiento consciente emerge de procesos subconscientes

El pensamiento puede manifestarse porque a nivel cuántico se produce una reducción de los estados en superposición, o sea, todas las posibles realidades no manifestadas, colapsan en un único estado, lo que da como resultado la manifestación de un evento o experiencia consciente.

Colapsa (se reduce) la función de onda y aparece (se particulariza) el fenómeno a nivel consciente.
Esta reducción o colapso permite traspasar un umbral, por debajo del cual no se es consciente y luego si, aunque de solo una de las tantas posibilidades.
La transición entre el subconsciente y el consciente es muy sutil y depende de muchos factores.

La conciencia individual es limitada y condicionada. El inconsciente, que es parte de la conciencia universal en si misma, representa el océano de potencialidad infinita, todas las posibilidades superpuestas y no manifestadas.

Es interesante, porque esta descripción de los procesos mentales nos permite comprender que el pensamiento es simplemente una actividad de células especializadas en el cerebro. No es “real”. Es un efecto repetido. Es incompleto. Son cargas eléctricas moviéndose en busca del equilibrio perdido.

La naturaleza del pensamiento es vacuidad

El pensamiento es el resultado de la reducción, en los niveles fundamentales, de múltiples posibilidades en una sola. Esta actividad electroquímica es expansiva, genera ondas y reverberaciones que activan otras zonas del cerebro y la memoria, creando una corriente de pensamientos o flujo de conocimiento.

El pensamiento que emerge en el consciente, es decir en el plano físico de la realidad, ya fue modelado y condicionado en los niveles más profundos por los programas instalados previamente. En este punto cabe preguntarse ¿Quién soy en realidad? ¿Soy en verdad esto que pienso? ¿Soy la causa o el efecto?

Para que el pensamiento no sea condicionado y tendencioso debe ser negado, filtrado y clarificado mediante el no pensamiento, la no conciencia.
El no pensamiento interrumpe la secuencia incesante de la actividad consciente.
Permite que los sistemas recuperen el estado de coherencia cuántica, disminuyendo las reducciones (eventos conscientes) y por lo tanto la actividad mental.

Si comprendes el principio de polaridad de todas las cosas, verás con más claridad que  la actividad debe ser neutralizada o equilibrada con la no actividad, el silencio, cero.

El pensamiento que surge de esta no actividad, de este punto cero, es claro y puro y puede volver a desaparecer sin dejar huellas, es decir no forma parte de una secuencia o encadenamiento de pensamientos. No es reactivo ni es un efecto repetido o la reverberación de una onda pasada.

A este nivel de conciencia se lo llama pensamiento absoluto, conciencia cósmica, el pensamiento de Buda, mente unificada, etc. En el Zen se lo llama hishiryo: más allá del pensamiento.
El silencio interior es el punto de partida y llegada, es el punto cero.

¿Como ser consciente de la no conciencia? ¿Cómo pensar sin pensar? ¿Cómo puedo trascender mi pensamiento ordinario?

Zazen es la respuesta.




Puedes descargar el archivo completo en PDF: click aquí



jueves, 10 de abril de 2014

El principio de causa y efecto


 por Mariano Giacobone

El universo entero está impregnado de este principio fundamental. Nada ocurre por casualidad. Lo que de manera ordinaria se denomina “suerte” o “azar” es simplemente la falta de conocimiento de la causa que originó ese fenómeno.

Si lo ves más a fondo, lo que llamamos casualidad es meramente una expresión que se relaciona con causas desconocidas, causas que no podemos percibir, causas que no podemos entender.

La palabra casualidad proviene del latín y significa "oportunidad, suerte, fortuito", como la caída de los dados. 
Comúnmente se tiene la idea de que la caída de los dados (y muchos otros acontecimientos, incluidos los llamados juegos de azar) son un "suceso" ajeno a cualquier causa. Y esta manera de hablar refleja el pensamiento de la mayoría de la gente: “¡que tengas suerte!” “¡que mala suerte!” “¡que casualidad, justo iba a llamarte!”.

En realidad no hay azar de ningún tipo en lo que concierne a la caída de los dados (ni sobre ningún otro evento). Cada vez que cae un dado, y muestra un cierto número, obedece a una ley tan infalible como la que gobierna el movimiento de los planetas alrededor del sol.
Detrás de la caída del dado existe un encadenamiento de eventos, sucediéndose más allá de lo que la mente limitada puede abarcar.
La posición del dado en el cubo; la fuerza utilizada en el lanzamiento; la condición de la mesa, etc , etc, todas son causas, el efecto es lo que podemos ver.


Considera que hay una cadena de efectos invisibles precedentes, todos los cuales tienen una incidencia sobre el número del dado que cae hacia arriba.

Si el dado es tirado un gran número de veces, vas a encontrar que los números que salen serán aproximadamente iguales, es decir, habrá un número igual de uno, de dos, etc, que van aumentando a medida que tiras.
Si tiras una moneda al aire, puede caer o bien "cara" o "cruz", quizás las tires algunas veces y obtengas una ligera tendencia, por ejemplo “cara”, pero si haces un número suficiente de lanzamientos, el número de caras y cruces irán en aumento y se nivelarán.
Esta es la forma de operar de la ley del promedio.

Pero tanto las muchas tiradas para hacer un promedio como el simple lanzamiento están bajo el  principio de causa y efecto, y si hemos sido capaces de examinar las causas anteriores, se vería claramente que es imposible que el dado cayera de otro forma, bajo el mismo tiempo y las mismas circunstancias.
Dadas las mismas causas, los mismos resultados seguirán. Siempre hay una "causa" y un "porque" para cada evento.
  
No hay tal cosa como "azar" en el sentido de algo que está fuera de la causa y el efecto.
¿Cómo podría haber algo actuando en este universo fenomenal, independiente de las leyes y principios, del orden y la continuidad del mismo?
Tal cosa sería totalmente independiente de la tendencia ordenada del universo, y por lo tanto superior a ella.  
Sería asumir que puede haber algo fuera de control en el universo y por tanto superior al TODO. Pero no hay lugar en el universo para algo exterior e independiente a su manera de funcionar. La existencia de algo así haría todas las leyes naturales inefectivas y sumiría al universo en el desorden caótico, y no es para nada así.

Cuando el universo cambia algo en su manera de funcionar, lo hace en el sentido de un equilibrio y a esto le llamamos evolución

Alguna confusión ha surgido en relación a este principio, al no poder explicar cómo una cosa puede causar otra cosa, es decir, ser la "creadora" de la segunda cosa.
En realidad, ninguna cosa nunca causa o crea otra cosa.
El principio de causa y efecto trata solamente con eventos o acontecimientos.

Un "evento" es lo que sucede o acontece, como resultado o consecuencia de algún evento precedente. Ningún evento crea otro evento, solo es un vínculo precedente en la gran cadena ordenada de eventos que se derivan de la creatividad y la energía del TODO, el cual es la causa original de todo.

Lo que podemos percibir con los sentidos es solo el movimiento del efecto repetido de esta causa original.
Esta es la razón por la que solo consideramos el reflejo de las cosas y olvidamos el origen de la luz que provoca ese reflejo.
La causa es el espíritu, la mente inmóvil del TODO creador, a partir de este punto cero, de esta idea original, comienza todo el movimiento y la cadena de efectos repetidos eternamente.
La causa es real. El efecto no es más que una simulación de la realidad.

Con los sentidos solo podemos captar el efecto

Existe una continuidad entre todos los acontecimientos precedentes, consecuentes y posteriores. Hay una relación existente entre todo lo que ha pasado antes, y todo lo que sigue.

Una piedra se desprende de una ladera de la montaña y se estrella en el techo de una casa en el valle de abajo.
A primera vista consideramos esto como un efecto de la casualidad, pero cuando examinamos la cuestión encontramos que detrás de este hecho existe una cadena muy larga de eventos.


En primer lugar hay que considerar la lluvia que ablandó la tierra que sostenía a la piedra y que le permitió caer, y también habría que considerar la influencia de otras lluvias, del sol, de la erosión del viento que fue desintegrando gradualmente el pedazo de roca; luego están las causas que llevaron a la formación de la montaña, los movimientos geológicos que también contribuyeron a mover la piedra y así ad infinitum.

Entonces podríamos continuar examinando las causas de la lluvia, etc
No debemos olvidar la casa y las causas que hicieron que fuera construida en ese lugar, etc. En resumen, pronto nos encontraremos envueltos en una maraña de efectos imposible de rastrear.

Del mismo modo que una persona tiene dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, y así sucesivamente hasta, más o menos, cuarenta generaciones, este es el número de antepasados que se calcula pueden tener muchos millones de personas, imagina entonces el número de sucesos y efectos que puede haber detrás incluso del hecho o fenómeno más insignificante, como el paso de una diminuta partícula de hollín delante de tus ojos.

No es una cuestión fácil de rastrear el origen del pedacito de hollín, habría que volver a los primeros tiempos de la historia del mundo cuando era madera y formaba parte de un voluminoso tronco de árbol, que luego de millones de años se convirtió en carbón, y así sucesivamente hasta el presente, en el que ves ese pedazo de hollín ahora en su camino hacia otras aventuras.

Una larguísima cadena de acontecimientos y efectos, lo llevó a su condición actual, y este presente no es más que un eslabón de la cadena de eventos que lo conducirán a producir otros muchos eventos futuros a partir de ahora.

Uno de esos eventos de la serie, que surgen del pedacito de hollín, es la escritura de estas líneas, motivadas por el paso del mismo, lo que causó la inspiración del escritor y que despertará ciertos pensamientos en tu mente, y la de los demás, que a su vez afectará a muchos otros, y así sucesivamente, más allá de la capacidad humana para abarcarlo con su pensamiento limitado todo ese entrelazado cósmico, y todo debido al paso de una pequeña cantidad de hollín, lo cual muestra la relatividad y asociación de todas las cosas, y el hecho , además, que no existe lo grande ni lo pequeño en la mente creadora que origina todo.


El efecto mariposa


"el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino)

Dadas unas ciertas condiciones iniciales de un determinado sistema, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferente.

Todo tiene que ver con todo, podemos decir que somos todos interdependientes

Por eso cada individuo es un eslabón de la inmensa corriente de energía y de vida.
El efecto mariposa representa una concreción de este principio. Los sistemas complejos, como los sistemas humanos, también están sometidos a leyes matemáticas factibles de descripción pero su comportamiento concreto no puede ser previsto. Pequeñas modificaciones pueden ocasionar grandes cambios.

Entonces se dice: “Si una mariposa en Hong Kong bate sus alas, puede provocar un huracán en Nueva York”. Pongamos el ejemplo de un estadio de fútbol: basta que unos pocos comiencen a hacer la ola para que de repente todo el estadio se vea contagiado creando una ola gigante. Es el efecto mariposa: un pequeño gesto puede ocasionar grandes transformaciones.

Por eso cada pensamiento, cada palabra y cada acción, no son insignificantes ni pasan desapercibidos, afectan al todo y no podemos estar seguros del efecto que puedan provocar.

Considera siempre que en los niveles fundamentales, todo es la misma cosa indivisa, sin diferencias. Todo se encuentra entrelazado más allá del tiempo y del espacio.

De manera que si tus pensamientos hacen ruido y están fuera de control, cultiva el no pensamiento. Si tus palabras no son mejores que el silencio, es mejor callar. ¿Si no sabes a donde vas, porque corres?


Vuelve a tu centro

Cada pensamiento que pensamos, cada palabra que decimos, cada acto que realizamos, tiene sus resultados directos e indirectos que encajan en la gran cadena de eventos y efectos.

Desde este punto de vista es difícil determinar entonces hasta que punto existe el “libre albedrío”, hasta que punto somos libres o prisioneros de esta cadena infinita de efectos que nos preceden.
Se puede decir que no hay una verdad absoluta, somos libres y no lo somos al mismo tiempo.

El principio de polaridad muestra que ambas son medias verdades, son los polos opuestos de la verdad absoluta.
Una persona puede ser a la vez libre y sin embargo estar atada u obligada por la necesidad o las circunstancias.
Sin embargo: "Cuanto más te alejas de tu centro, más necesidades y ataduras tendrás, cuanto más cerca del centro estás, más libre serás de todo."

Cuanto más cerca estés de tu centro, podrás experimentar el equilibrio y el autocontrol, entonces habrá menos tensiones y contradicciones en tu vida.
  

La medida de tus tensiones es la medida de tu desequilibrio
La medida de tu desequilibrio es la medida de tu sufrimiento e ilusiones


La mayoría de las personas son más o menos esclavas de su herencia, de su educación, de su historia personal, del medio ambiente, etc, y manifiesta muy poca libertad. Son arrastrados por las opiniones, costumbres y pensamientos del mundo exterior, y también por sus propios conceptos, emociones, sentimientos y estados de ánimo.

No manifiestan ningún control y mucho menos ninguna maestría.

Muchos reaccionan indignados cuando se los confronta a este hecho, diciendo: "¡Por supuesto que soy libre de pensar y hacer lo que quiero, siempre puedo hacer lo que me place!". Pero no pueden explicar de dónde surge el "quiero" y "lo que me place”. ¿Qué los hace querer hacer una cosa en lugar de otra, o porque tienen preferencias y desagrados, ¿Cuál es su origen? ¿Acaso pueden detectarlo y cambiarlo si realmente quisieran?

La maestría consiste en cambiar estos “placeres” y "deseos" por otros en el extremo opuesto del polo mental. Esta es la voluntad por la voluntad misma, es acción, es libertad. Aplicas la negación y equilibras el movimiento.
En lugar de la voluntad debida a algún sentimiento, estado de ánimo, emoción o sugestión del entorno que hace surgir el deseo, el placer o el rechazo. Esta es voluntad reactiva, atada a la cadena interminable de efectos. Crees que eres libre, pero tus pensamientos y acciones son en realidad reacciones sin control verdadero de tu parte.

En esta posición reactiva, estás siempre buscando o huyendo, consciente o inconscientemente.

La mayoría de las personas son arrastradas como la piedra que cae de la montaña, obedientes ciegamente al medio ambiente, a las influencias externas y a sus pensamientos e ilusiones, por no hablar de los deseos y voluntades de otros más fuertes que ellos mismos, la herencia, las costumbres y la sugestión, que los arrastra por la vida sin resistencia de su parte, sin el mínimo ejercicio de la voluntad. Movidos como peones en el tablero de ajedrez de la vida, desempeñando sus papeles y luego dejados de lado cuando ya no tienen utilidad.

Este es el destino del ser ordinario, ser siempre un  efecto repetido, un peón en un tablero, un eslabón de una cadena que ni siquiera conoce.



 Pero el sabio, conociendo las reglas del juego, se eleva por encima del plano de la vida material, y poniéndose en contacto con los poderes superiores de su naturaleza, domina sus propios estados de ánimo y pensamientos, cultiva sus cualidades y practica la polaridad, afectando también a su entorno y así en vez de convertirse en un peón movido por otros, se transforma el mismo en el hacedor de su juego.
Crea su propia vida y su propia sabiduría.

Se vuelve la causa y no el efecto.

Los maestros y sabios no escapan a la causalidad de los planos superiores, sino que se armonizan con los planos superiores y así controlan las circunstancias en el plano inferior. Forman así una parte consciente del devenir cósmico, en lugar de ser meros instrumentos ciegos.

Al sintonizarse con las frecuencias sutiles superiores, reciben energía e información que afecta inevitablemente al plano físico.
Mientras que sirven en los planos superiores, gobiernan en el plano material.

Pero, ya sea en lo alto o en lo bajo, el principio de causa y efecto está siempre vigente. 

No hay tal cosa como la suerte o el azar

Somos capaces de ver ahora, con ojos aclarados por el conocimiento, que todo se rige por la única Ley, incluso el número infinito de leyes que existen, no son más que manifestaciones de la Única Ley y Principio, que es el TODO.

Es cierto en verdad que ni una piedrita cae sin ser advertida por la mente del TODO, se dice que hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados. Nada pasa desapercibido en la totalidad. No hay nada fuera de la ley; nada que suceda contrario a ella. Y, sin embargo, no cometas el error de suponer que esto te convierte en un autómata ciego, sin la posibilidad de desarrollar tu poder personal ni nada que hacer al respecto, todo lo contrario.

Puedes utilizar la ley para superar las leyes, ya que tu ser superior siempre prevalecerá sobre el inferior. Puedes mejorar tu naturaleza fundamental. Ampliar tus capacidades. Cambiar tus hábitos y tus puntos de vista.

¿Eres capaz de comprender el significado de esto?

Lo que se entiende comúnmente por libertad es simplemente la aspirina de los esclavos.
Ya eres libre por naturaleza, pero si quieres experimentarlo en tu vida basta con desatarte de la cadena de pensamientos y acciones que te han traído hasta este punto.
Puedes asumir sin identificarte y cambiar la secuencia de eventos y efectos en tu favor.

Cambia tus creencias. Olvida la educación recibida hasta el presente. Reinicia el sistema a partir de tu silencio interior. Transforma tu entorno con tu deseo y con tu mirada.


Si quieres cambiar el efecto debes volverte la causa


jueves, 3 de abril de 2014

El principio de vibración

El principio de vibración contiene la verdad de que "todo en el universo está en movimiento”, “todo vibra”, esto además lo comprueba la ciencia moderna con cada nuevo descubrimiento. Sin embargo, este principio universal fue enunciado hace miles de años por los sabios de la antigüedad.

Este principio explica que las diferencias entre las diferentes manifestaciones de la materia, la energía, la mente e incluso el espíritu, resultan de la variación en la frecuencia de vibración.



Pero, ¿Qué es una vibración?

Una vibración es un movimiento repetitivo alrededor de una posición de equilibrio o punto cero.

Ampliando más; digamos que una vibración es un cambio rítmico de estado (expansión o entropía y contracción o sintropía), es decir, es un intercambio periódico de estados polares aparentemente opuestos.

Un conjunto de atributos o parámetros produce la concentración periódica o agregación de los elementos que vibran, mientras que el otro conjunto de atributos o parámetros provoca la expansión periódica o dispersión de estos elementos.

Desde el espíritu puro hasta la forma de materia más densa, todo está en movimiento, cuanto mayor es la vibración, más alta será su posición en la escala.

La vibración del espíritu lo hace a un ritmo tan infinito de intensidad y rapidez que está prácticamente en reposo,  igual que una rueda moviéndose rápidamente parece inmóvil. Y en el otro extremo de la escala, hay formas de materia muy densas cuyas vibraciones son tan bajas como para parecer en reposo.
Entre estos dos extremos hay millones y millones de grados variables de vibración.

Desde una partícula subatómica pasando por átomos, moléculas, células, mundos, soles y universos, todo vibra.

Los elementos de la materia no varían en sustancia, sino en su estado de movimiento

La materia, en todas sus variantes, incluyendo la mente, tiene propiedades químicas y vibratorias y por lo tanto se puede cambiar su apariencia controlando adecuadamente las distintas formas de energía, como el sonido, la electricidad, el magnetismo, el pensamiento y las creencias.

Esto significa que es posible cambiar por ejemplo el grado de ionización, es decir, la valencia, con lo cual un elemento se transmuta en otro. Este es el fundamento de la alquimia.

La materia puede ser vista como una gama de densidades que va desde los sólidos más duros a la tenuidad extrema.

Todo movimiento es movimiento en búsqueda de equilibrio, no hay otra forma de movimiento

Todo movimiento tiene la apariencia de estar dividido en dos estados opuestos. Uno podría ser llamado “movimiento polarizado” y el otro “movimiento inercial”.
Todas esas formas y apariencias que conocemos como materia, es “movimiento polarizado”.

El movimiento polarizado está bajo el dominio ya sea preponderantemente eléctrico o magnético.
Este es un estado de movimiento en el que las presiones son desiguales y sostenidas en su condición de desigualdad por la resistencia de las dos fuerzas opuestas en movimiento. Cargas opuestas que se separan buscando nuevamente unirse.
El punto máximo del “movimiento polarizado” es el núcleo o centro de la unidad o sistema, donde las presiones opuestas alcanzan su punto de máxima presión o amplitud.

La forma de la materia desaparece en el “movimiento inercial”.

El movimiento inercial es tanto eléctrico como magnético, sus presiones están igualadas o equilibradas. Ninguna fuerza predomina. No hay movimiento aparente.
El “movimiento inercial”, también llamado estado de reposo, punto de equilibrio o punto cero, guarda registro de la actividad del movimiento polarizado, luego este se repite según la información registrada.

Ambos estados de movimiento: polarizado e inercial, intercambian sus condiciones alternativamente. Son las dos mitades de una totalidad.

Lo que reconocemos como vida es en realidad movimiento polarizado, o sea desequilibrio, actividad, forma, experiencia, etc.

Lo que llamamos muerte es el movimiento inercial, que representa la condición transitoria de equilibrio de las fuerzas, sin actividad y sin forma. La información y la energía contenidas en esa unidad viva son difundidas (irradiadas) en el espacio para ser recicladas y reutilizadas.

Este movimiento pasivo o inercial (no movimiento) permite la aparición del movimiento activo (polarizado o de cargas en oposición).

Por medio de los sentidos únicamente podemos registrar los desequilibrios, por eso valoramos solo lo que se toca, se ve y se mueve y esta es la razón por la cual la conciencia ordinaria de los seres humanos está confinada en una estrecha banda de percepción, creando entonces una existencia acorde a estos límites.
Esto no solo tiende a generar siempre la misma realidad, repetitiva y predeterminada, sino que disminuye las posibilidades de crear una vida plena y feliz.

Lo que sucede es que no consideramos la otra parte del ciclo natural de nuestra existencia, por eso creemos que la vida muere cuando la energía abandona los cuerpos, pero la energía y la información no se pierden ni se destruyen, simplemente se transforman, cambian de estado, sin embargo su esencia es inmutable.

La causa de este movimiento es la acción dinámica del pensamiento, que es la mente que se separa en dos condiciones opuestas y complementarias provocando desequilibrio y estimulando el movimiento.

La materia como la conocemos es solo una apariencia creada por diferentes estados de movimiento

La forma material aparece por la integración momentánea de aquellos elementos que ya están y que han estado siempre.
La forma material desaparece por la desintegración de los elementos aparentemente integrados.
La materia que da forma a la compleja idea que es este universo es luz cristalizada. Al igual que las letras en una imprenta son ensambladas para componer una obra y transmitir la idea del escritor. La idea no es la letra, pero sin la letra no se manifiesta la idea.
  
La materia es el medio de registro que tiene la luz exactamente como las letras son el medio de registro de la literatura

La ciencia moderna ha demostrado que todo lo que llamamos materia y energía no son más que "modos de movimiento vibratorio ", y ya algunos de los científicos más avanzados se están moviendo rápidamente hacia las posiciones de los maestros espirituales que sostienen que los fenómenos de la mente son también modos de vibración o movimiento.

Como dijimos antes, la mente y la materia son diferentes formas de vibración, si controlas la vibración de la mente puedes controlar la vibración de la materia.

Todas las partículas que componen la materia están en movimiento circular, (que es la única forma de movimiento), desde un quark hasta los soles. Los planetas giran alrededor de soles, y muchos de ellos se convierten en sus ejes. Los soles se mueven alrededor de puntos centrales mayores, los cuales se mueven alrededor de puntos aún mayores, y así sucesivamente, ad infinitum.



Esto no podemos verlo, pero podemos intuirlo y comprenderlo, siguiendo el principio de correspondencia. “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”.

Las moléculas que componen todos los tipos de materia están en un estado de vibración constante y en movimiento alrededor una de la otra.

Las moléculas están compuestas de átomos que, igualmente, se encuentran en un estado de movimiento y vibración constante.

Los átomos están compuestos de partículas (electrones, protones y neutrones), los cuales están también en un estado de movimiento acelerado, girando alrededor unos de los otros. Y a su vez estas partículas están compuestas de otras más pequeñas: los quarks, que manifiestan un estado todavía más rápido de movimiento o vibración.

Actualmente algunos científicos modernos postulan la teoría de las cuerdas, otra forma de vibración todavía más minúscula, tratando de explicar este universo en movimiento.

Y lo mismo ocurre con las diversas formas de energía.
La ciencia enseña que la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son más que formas de movimiento vibratorio conectadas de alguna manera con, y probablemente emanando del Éter.



Pero la ciencia aún no puede explicar la naturaleza del fenómeno conocido como cohesión, que es el principio de la atracción molecular, ni la afinidad química, que es el principio de la atracción atómica, ni la gravitación (el mayor misterio de los tres), que es el principio de atracción por el cual las partículas o masas de la materia se atraen entre sí.
Estas tres formas de energía que aún no son comprendidos por la ciencia son también manifestaciones de alguna forma de energía vibratoria, un hecho que los sabios del pasado han sostenido y enseñado desde siempre.

El éter universal es postulado por la ciencia clásica sin que su naturaleza sea entendida claramente, y aunque ha sido también desacreditado, por ejemplo por Einstein, para que cierren sus ecuaciones arbitrarias, tampoco pudo ser eliminado. De hecho el nombre actual para esta sustancia etérea es: PLASMA.



Esta sustancia etérea es de una tenuidad y elasticidad extremas, e impregna el espacio universal, sirviendo como medio de transmisión de las ondas de energía vibratoria, como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, etc.

Es decir, sirve de nexo de unión entre las formas de energía vibratorio conocidas como “materia", por un lado, y "energía o fuerza" por el otro.

Tomemos como ejemplo un cilindro o un disco girando rápidamente, al cual le vamos a incrementar gradualmente la velocidad de giro para mostrar los efectos de las frecuencias o niveles de vibración crecientes.

Vamos a llamar  "objeto" a esta cosa que gira, en principio a baja velocidad.
Podemos ver que el objeto se mueve lentamente. Se puede percibir fácilmente, pero no hay sonido de su movimiento que llegue a nuestro oído.
La velocidad se incrementa gradualmente. En unos momentos su movimiento se vuelve tan rápido que comenzamos a escuchar un gruñido profundo o una nota baja, que aumenta de intensidad hasta convertirse en un chillido molesto.

Finalmente, cuando el movimiento ha llegado a un cierto punto, el límite perceptible para el oído humano se alcanza y el estridente y penetrante chillido se desvanece, sucedido por un silencio igualmente penetrante.

Si continuamos elevando la frecuencia de vibración, comenzaremos a percibir calor, en diferentes grados a medida que el movimiento aumenta.
Luego, si continuamos aumentando, después de un rato, el ojo comienza a captar un vislumbre del objeto convirtiéndose en un color rojizo apagado oscuro.

Y luego, el rojo se vuelve más brillante. A continuación, a medida que aumenta la velocidad, el rojo se funde en un naranja el naranja se funde en un amarillo. Si seguimos, aparecerán sucesivamente, los tonos de verde, azul, índigo y violeta.

Finalmente, como la velocidad sigue aumentando, los tonos de violeta y todo el color desaparecen, el ojo humano no es capaz de registrarlos.
Por debajo del rojo en la escala de frecuencias, se encuentran los llamados “rayos infrarrojos” y por encima del violeta, los rayos “ultravioletas”. Ambos están por fuera del espectro visible de la luz.



Continuando el aumento de velocidad hay rayos invisibles que emanan desde el objeto que gira, son los rayos que se utilizan en fotografía, y también otros rayos sutiles de la luz.
A una mayor frecuencia se manifiesta la radiación conocida como "Rayos X", luego rayos “Gamma”, etc , y ya a esta altura la constitución del objeto cambia. Por esta razón los rayos X y los Gamma, pueden provocar mutaciones celulares.

La Electricidad y el Magnetismo se emiten cuando se alcanza la velocidad adecuada de vibración. Este principio se utiliza en los generadores de energía: turbinas, dínamos, electroimanes, etc.

Cuando el objeto llega a un cierto grado de vibración sus moléculas se desintegran, y se separan en sus componentes originales o átomos. A continuación, los átomos, siguiendo el principio de vibración, se separan en las innumerables partículas de las que están compuestos, es decir: electrones, protones, etc. Este es el principio que utiliza la ciencia en los aceleradores de partículas.
Y finalmente, incluso las partículas desaparecen y del objeto original se puede decir que solo queda la sustancia etérea.

La ciencia no puede ir más lejos, pero los sabios y maestros de la antigüedad enseñan que si aumentamos las vibraciones continuamente el objeto irá elevando los sucesivos estados de manifestación, revelando los diversos niveles mentales continuando hacia el Espíritu, hasta que finalmente, con el nivel apropiado de vibración, volvería a entrar en el TODO, que es espíritu absoluto.

El "objeto", sin embargo, habría dejado de ser un "objeto" mucho antes de llegar a la etapa de la sustancia etérea, pero por lo demás la ilustración es correcta en cuanto que muestra el efecto de un aumento constante de frecuencia y modos de vibración.

Hay que aclarar que en las etapas en las que el "objeto" vibrante emite luz, calor, etc, no es que realmente se convirtió en esas formas de energía (que son mucho más altas en el escala), sino simplemente que alcanza un grado de vibración en el que se liberan aquellas formas de energía que están confinadas en sus moléculas, átomos y partículas.

Las uniones entre moléculas, átomos y partículas subatómicas conllevan enormes cantidades de energía (más altas cuanto más pequeño en la escala, por ejemplo la energía atómica es mucho más poderosa que la energía de las uniones moleculares que son químicas).

Toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad o deseo, o cualquier estado mental o condición, son acompañados por vibraciones, una parte del cual se tiran fuera y que tienden a afectar las mentes de otras personas por "inducción".

Este es el principio que produce el fenómeno de la "telepatía", la sugestión mental, y otras formas de acción y poder de la mente sobre la mente.
Cada pensamiento, emoción o estado mental tiene su correspondiente frecuencia y modo de vibración.
Y de acuerdo al control y a la voluntad de la persona, o de otras personas, estos estados mentales pueden ser reproducidos, así como un tono musical puede ser reproducido, haciendo que un instrumento vibre o resuene a una cierta velocidad, al igual que el color puede ser reproducida de la misma manera.

Por el conocimiento del principio de vibración, aplicado a los fenómenos mentales, uno puede polarizar su mente en cualquier grado que desee, obteniendo así un control sobre sus estados mentales, emociones, pensamientos, etc.

De la misma forma se puede afectar  las mentes de los demás o producir estados mentales deseados en ellos.
Esta capacidad la utilizamos para sanar y equilibrar estados de desequilibrio del cuerpo y la mente, para mitigar el dolor e incluso para reparar tejidos dañados o inflamados.

En resumen, se puede ser capaz de producir en el plano mental lo que la ciencia produce en el plano físico, es decir, las "vibraciones a voluntad."
Este poder, por supuesto, puede ser adquirido solamente con la debida instrucción, ejercicios y práctica.

Zazen es la base, es el punto cero, pensamiento absoluto. Pero también es importante el desarrollo de las capacidades cognitivas del cerebro (atención, capacidad de foco, percepción, memoria, musicalidad, velocidad de reacción, multitareas, etc). Y no olvidar de mantener la salud y el cuerpo sanos, con ejercicios adecuados y masajes.

Esto es lo que llamamos alquimia espiritual o el arte de la transmutación mental.
Si estudias y reflexionas sobre lo que hemos dicho, verás que comprendiendo y desarrollando el principio de vibración, podrás aumentar las capacidades y posibilidades de tu vida, en niveles que te pueden parecer increíbles.

El arte de la transmutación es el secreto de la alquimia espiritual