jueves, 3 de abril de 2014

El principio de vibración

El principio de vibración contiene la verdad de que "todo en el universo está en movimiento”, “todo vibra”, esto además lo comprueba la ciencia moderna con cada nuevo descubrimiento. Sin embargo, este principio universal fue enunciado hace miles de años por los sabios de la antigüedad.

Este principio explica que las diferencias entre las diferentes manifestaciones de la materia, la energía, la mente e incluso el espíritu, resultan de la variación en la frecuencia de vibración.



Pero, ¿Qué es una vibración?

Una vibración es un movimiento repetitivo alrededor de una posición de equilibrio o punto cero.

Ampliando más; digamos que una vibración es un cambio rítmico de estado (expansión o entropía y contracción o sintropía), es decir, es un intercambio periódico de estados polares aparentemente opuestos.

Un conjunto de atributos o parámetros produce la concentración periódica o agregación de los elementos que vibran, mientras que el otro conjunto de atributos o parámetros provoca la expansión periódica o dispersión de estos elementos.

Desde el espíritu puro hasta la forma de materia más densa, todo está en movimiento, cuanto mayor es la vibración, más alta será su posición en la escala.

La vibración del espíritu lo hace a un ritmo tan infinito de intensidad y rapidez que está prácticamente en reposo,  igual que una rueda moviéndose rápidamente parece inmóvil. Y en el otro extremo de la escala, hay formas de materia muy densas cuyas vibraciones son tan bajas como para parecer en reposo.
Entre estos dos extremos hay millones y millones de grados variables de vibración.

Desde una partícula subatómica pasando por átomos, moléculas, células, mundos, soles y universos, todo vibra.

Los elementos de la materia no varían en sustancia, sino en su estado de movimiento

La materia, en todas sus variantes, incluyendo la mente, tiene propiedades químicas y vibratorias y por lo tanto se puede cambiar su apariencia controlando adecuadamente las distintas formas de energía, como el sonido, la electricidad, el magnetismo, el pensamiento y las creencias.

Esto significa que es posible cambiar por ejemplo el grado de ionización, es decir, la valencia, con lo cual un elemento se transmuta en otro. Este es el fundamento de la alquimia.

La materia puede ser vista como una gama de densidades que va desde los sólidos más duros a la tenuidad extrema.

Todo movimiento es movimiento en búsqueda de equilibrio, no hay otra forma de movimiento

Todo movimiento tiene la apariencia de estar dividido en dos estados opuestos. Uno podría ser llamado “movimiento polarizado” y el otro “movimiento inercial”.
Todas esas formas y apariencias que conocemos como materia, es “movimiento polarizado”.

El movimiento polarizado está bajo el dominio ya sea preponderantemente eléctrico o magnético.
Este es un estado de movimiento en el que las presiones son desiguales y sostenidas en su condición de desigualdad por la resistencia de las dos fuerzas opuestas en movimiento. Cargas opuestas que se separan buscando nuevamente unirse.
El punto máximo del “movimiento polarizado” es el núcleo o centro de la unidad o sistema, donde las presiones opuestas alcanzan su punto de máxima presión o amplitud.

La forma de la materia desaparece en el “movimiento inercial”.

El movimiento inercial es tanto eléctrico como magnético, sus presiones están igualadas o equilibradas. Ninguna fuerza predomina. No hay movimiento aparente.
El “movimiento inercial”, también llamado estado de reposo, punto de equilibrio o punto cero, guarda registro de la actividad del movimiento polarizado, luego este se repite según la información registrada.

Ambos estados de movimiento: polarizado e inercial, intercambian sus condiciones alternativamente. Son las dos mitades de una totalidad.

Lo que reconocemos como vida es en realidad movimiento polarizado, o sea desequilibrio, actividad, forma, experiencia, etc.

Lo que llamamos muerte es el movimiento inercial, que representa la condición transitoria de equilibrio de las fuerzas, sin actividad y sin forma. La información y la energía contenidas en esa unidad viva son difundidas (irradiadas) en el espacio para ser recicladas y reutilizadas.

Este movimiento pasivo o inercial (no movimiento) permite la aparición del movimiento activo (polarizado o de cargas en oposición).

Por medio de los sentidos únicamente podemos registrar los desequilibrios, por eso valoramos solo lo que se toca, se ve y se mueve y esta es la razón por la cual la conciencia ordinaria de los seres humanos está confinada en una estrecha banda de percepción, creando entonces una existencia acorde a estos límites.
Esto no solo tiende a generar siempre la misma realidad, repetitiva y predeterminada, sino que disminuye las posibilidades de crear una vida plena y feliz.

Lo que sucede es que no consideramos la otra parte del ciclo natural de nuestra existencia, por eso creemos que la vida muere cuando la energía abandona los cuerpos, pero la energía y la información no se pierden ni se destruyen, simplemente se transforman, cambian de estado, sin embargo su esencia es inmutable.

La causa de este movimiento es la acción dinámica del pensamiento, que es la mente que se separa en dos condiciones opuestas y complementarias provocando desequilibrio y estimulando el movimiento.

La materia como la conocemos es solo una apariencia creada por diferentes estados de movimiento

La forma material aparece por la integración momentánea de aquellos elementos que ya están y que han estado siempre.
La forma material desaparece por la desintegración de los elementos aparentemente integrados.
La materia que da forma a la compleja idea que es este universo es luz cristalizada. Al igual que las letras en una imprenta son ensambladas para componer una obra y transmitir la idea del escritor. La idea no es la letra, pero sin la letra no se manifiesta la idea.
  
La materia es el medio de registro que tiene la luz exactamente como las letras son el medio de registro de la literatura

La ciencia moderna ha demostrado que todo lo que llamamos materia y energía no son más que "modos de movimiento vibratorio ", y ya algunos de los científicos más avanzados se están moviendo rápidamente hacia las posiciones de los maestros espirituales que sostienen que los fenómenos de la mente son también modos de vibración o movimiento.

Como dijimos antes, la mente y la materia son diferentes formas de vibración, si controlas la vibración de la mente puedes controlar la vibración de la materia.

Todas las partículas que componen la materia están en movimiento circular, (que es la única forma de movimiento), desde un quark hasta los soles. Los planetas giran alrededor de soles, y muchos de ellos se convierten en sus ejes. Los soles se mueven alrededor de puntos centrales mayores, los cuales se mueven alrededor de puntos aún mayores, y así sucesivamente, ad infinitum.



Esto no podemos verlo, pero podemos intuirlo y comprenderlo, siguiendo el principio de correspondencia. “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”.

Las moléculas que componen todos los tipos de materia están en un estado de vibración constante y en movimiento alrededor una de la otra.

Las moléculas están compuestas de átomos que, igualmente, se encuentran en un estado de movimiento y vibración constante.

Los átomos están compuestos de partículas (electrones, protones y neutrones), los cuales están también en un estado de movimiento acelerado, girando alrededor unos de los otros. Y a su vez estas partículas están compuestas de otras más pequeñas: los quarks, que manifiestan un estado todavía más rápido de movimiento o vibración.

Actualmente algunos científicos modernos postulan la teoría de las cuerdas, otra forma de vibración todavía más minúscula, tratando de explicar este universo en movimiento.

Y lo mismo ocurre con las diversas formas de energía.
La ciencia enseña que la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son más que formas de movimiento vibratorio conectadas de alguna manera con, y probablemente emanando del Éter.



Pero la ciencia aún no puede explicar la naturaleza del fenómeno conocido como cohesión, que es el principio de la atracción molecular, ni la afinidad química, que es el principio de la atracción atómica, ni la gravitación (el mayor misterio de los tres), que es el principio de atracción por el cual las partículas o masas de la materia se atraen entre sí.
Estas tres formas de energía que aún no son comprendidos por la ciencia son también manifestaciones de alguna forma de energía vibratoria, un hecho que los sabios del pasado han sostenido y enseñado desde siempre.

El éter universal es postulado por la ciencia clásica sin que su naturaleza sea entendida claramente, y aunque ha sido también desacreditado, por ejemplo por Einstein, para que cierren sus ecuaciones arbitrarias, tampoco pudo ser eliminado. De hecho el nombre actual para esta sustancia etérea es: PLASMA.



Esta sustancia etérea es de una tenuidad y elasticidad extremas, e impregna el espacio universal, sirviendo como medio de transmisión de las ondas de energía vibratoria, como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, etc.

Es decir, sirve de nexo de unión entre las formas de energía vibratorio conocidas como “materia", por un lado, y "energía o fuerza" por el otro.

Tomemos como ejemplo un cilindro o un disco girando rápidamente, al cual le vamos a incrementar gradualmente la velocidad de giro para mostrar los efectos de las frecuencias o niveles de vibración crecientes.

Vamos a llamar  "objeto" a esta cosa que gira, en principio a baja velocidad.
Podemos ver que el objeto se mueve lentamente. Se puede percibir fácilmente, pero no hay sonido de su movimiento que llegue a nuestro oído.
La velocidad se incrementa gradualmente. En unos momentos su movimiento se vuelve tan rápido que comenzamos a escuchar un gruñido profundo o una nota baja, que aumenta de intensidad hasta convertirse en un chillido molesto.

Finalmente, cuando el movimiento ha llegado a un cierto punto, el límite perceptible para el oído humano se alcanza y el estridente y penetrante chillido se desvanece, sucedido por un silencio igualmente penetrante.

Si continuamos elevando la frecuencia de vibración, comenzaremos a percibir calor, en diferentes grados a medida que el movimiento aumenta.
Luego, si continuamos aumentando, después de un rato, el ojo comienza a captar un vislumbre del objeto convirtiéndose en un color rojizo apagado oscuro.

Y luego, el rojo se vuelve más brillante. A continuación, a medida que aumenta la velocidad, el rojo se funde en un naranja el naranja se funde en un amarillo. Si seguimos, aparecerán sucesivamente, los tonos de verde, azul, índigo y violeta.

Finalmente, como la velocidad sigue aumentando, los tonos de violeta y todo el color desaparecen, el ojo humano no es capaz de registrarlos.
Por debajo del rojo en la escala de frecuencias, se encuentran los llamados “rayos infrarrojos” y por encima del violeta, los rayos “ultravioletas”. Ambos están por fuera del espectro visible de la luz.



Continuando el aumento de velocidad hay rayos invisibles que emanan desde el objeto que gira, son los rayos que se utilizan en fotografía, y también otros rayos sutiles de la luz.
A una mayor frecuencia se manifiesta la radiación conocida como "Rayos X", luego rayos “Gamma”, etc , y ya a esta altura la constitución del objeto cambia. Por esta razón los rayos X y los Gamma, pueden provocar mutaciones celulares.

La Electricidad y el Magnetismo se emiten cuando se alcanza la velocidad adecuada de vibración. Este principio se utiliza en los generadores de energía: turbinas, dínamos, electroimanes, etc.

Cuando el objeto llega a un cierto grado de vibración sus moléculas se desintegran, y se separan en sus componentes originales o átomos. A continuación, los átomos, siguiendo el principio de vibración, se separan en las innumerables partículas de las que están compuestos, es decir: electrones, protones, etc. Este es el principio que utiliza la ciencia en los aceleradores de partículas.
Y finalmente, incluso las partículas desaparecen y del objeto original se puede decir que solo queda la sustancia etérea.

La ciencia no puede ir más lejos, pero los sabios y maestros de la antigüedad enseñan que si aumentamos las vibraciones continuamente el objeto irá elevando los sucesivos estados de manifestación, revelando los diversos niveles mentales continuando hacia el Espíritu, hasta que finalmente, con el nivel apropiado de vibración, volvería a entrar en el TODO, que es espíritu absoluto.

El "objeto", sin embargo, habría dejado de ser un "objeto" mucho antes de llegar a la etapa de la sustancia etérea, pero por lo demás la ilustración es correcta en cuanto que muestra el efecto de un aumento constante de frecuencia y modos de vibración.

Hay que aclarar que en las etapas en las que el "objeto" vibrante emite luz, calor, etc, no es que realmente se convirtió en esas formas de energía (que son mucho más altas en el escala), sino simplemente que alcanza un grado de vibración en el que se liberan aquellas formas de energía que están confinadas en sus moléculas, átomos y partículas.

Las uniones entre moléculas, átomos y partículas subatómicas conllevan enormes cantidades de energía (más altas cuanto más pequeño en la escala, por ejemplo la energía atómica es mucho más poderosa que la energía de las uniones moleculares que son químicas).

Toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad o deseo, o cualquier estado mental o condición, son acompañados por vibraciones, una parte del cual se tiran fuera y que tienden a afectar las mentes de otras personas por "inducción".

Este es el principio que produce el fenómeno de la "telepatía", la sugestión mental, y otras formas de acción y poder de la mente sobre la mente.
Cada pensamiento, emoción o estado mental tiene su correspondiente frecuencia y modo de vibración.
Y de acuerdo al control y a la voluntad de la persona, o de otras personas, estos estados mentales pueden ser reproducidos, así como un tono musical puede ser reproducido, haciendo que un instrumento vibre o resuene a una cierta velocidad, al igual que el color puede ser reproducida de la misma manera.

Por el conocimiento del principio de vibración, aplicado a los fenómenos mentales, uno puede polarizar su mente en cualquier grado que desee, obteniendo así un control sobre sus estados mentales, emociones, pensamientos, etc.

De la misma forma se puede afectar  las mentes de los demás o producir estados mentales deseados en ellos.
Esta capacidad la utilizamos para sanar y equilibrar estados de desequilibrio del cuerpo y la mente, para mitigar el dolor e incluso para reparar tejidos dañados o inflamados.

En resumen, se puede ser capaz de producir en el plano mental lo que la ciencia produce en el plano físico, es decir, las "vibraciones a voluntad."
Este poder, por supuesto, puede ser adquirido solamente con la debida instrucción, ejercicios y práctica.

Zazen es la base, es el punto cero, pensamiento absoluto. Pero también es importante el desarrollo de las capacidades cognitivas del cerebro (atención, capacidad de foco, percepción, memoria, musicalidad, velocidad de reacción, multitareas, etc). Y no olvidar de mantener la salud y el cuerpo sanos, con ejercicios adecuados y masajes.

Esto es lo que llamamos alquimia espiritual o el arte de la transmutación mental.
Si estudias y reflexionas sobre lo que hemos dicho, verás que comprendiendo y desarrollando el principio de vibración, podrás aumentar las capacidades y posibilidades de tu vida, en niveles que te pueden parecer increíbles.

El arte de la transmutación es el secreto de la alquimia espiritual






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