El principio de vibración contiene la verdad de que
"todo en el universo está en movimiento”, “todo vibra”, esto además lo comprueba
la ciencia moderna con cada nuevo descubrimiento. Sin embargo, este principio universal
fue enunciado hace miles de años por los sabios de la antigüedad.
Este principio explica que las diferencias entre las diferentes
manifestaciones de la materia, la energía, la mente e incluso el espíritu,
resultan de la variación en la frecuencia de vibración.
Pero, ¿Qué es una vibración?
Una vibración es un movimiento repetitivo alrededor de
una posición de equilibrio o punto cero.
Ampliando más; digamos que una vibración
es un cambio rítmico de estado (expansión o entropía y contracción o
sintropía), es decir, es un intercambio periódico de estados polares
aparentemente opuestos.
Un conjunto de atributos o parámetros produce la concentración periódica o agregación de
los elementos que vibran, mientras que el otro conjunto de atributos o
parámetros provoca la expansión
periódica o dispersión de estos elementos.
Desde el espíritu puro hasta la forma de materia más densa,
todo está en movimiento, cuanto mayor es la vibración, más alta será su
posición en la escala.
La vibración del espíritu lo hace a un ritmo tan infinito de
intensidad y rapidez que está prácticamente en reposo, igual que una rueda moviéndose rápidamente
parece inmóvil. Y en el otro extremo de la escala, hay formas de materia muy
densas cuyas vibraciones son tan bajas como para parecer en reposo.
Entre estos dos extremos hay millones y millones de grados
variables de vibración.
Desde una partícula subatómica pasando por átomos, moléculas,
células, mundos, soles y universos, todo vibra.
Los
elementos de la materia no varían en sustancia, sino en su estado de movimiento
La
materia, en todas sus variantes, incluyendo la mente, tiene propiedades químicas
y vibratorias y por lo tanto se puede cambiar su apariencia controlando
adecuadamente las distintas formas de energía,
como el sonido, la electricidad,
el magnetismo, el pensamiento
y las creencias.
Esto
significa que es posible cambiar por ejemplo el grado de ionización, es decir, la valencia, con lo cual un elemento se
transmuta en otro. Este es el fundamento de la alquimia.
La
materia puede ser vista como una gama de densidades
que va desde los sólidos más duros a la tenuidad extrema.
Todo movimiento es
movimiento en búsqueda de equilibrio,
no hay otra forma de movimiento
Todo
movimiento tiene la apariencia de estar dividido
en dos estados opuestos. Uno podría ser llamado “movimiento polarizado” y el otro “movimiento inercial”.
Todas
esas formas y apariencias que conocemos como materia, es “movimiento polarizado”.
El
movimiento polarizado está bajo el dominio ya
sea preponderantemente eléctrico o magnético.
Este es
un estado de movimiento en el que las presiones son desiguales y sostenidas en su condición de desigualdad por la
resistencia de las dos fuerzas opuestas en movimiento. Cargas opuestas que se
separan buscando nuevamente unirse.
El
punto máximo del “movimiento polarizado” es el núcleo o centro de la unidad o sistema, donde las presiones
opuestas alcanzan su punto de máxima presión o amplitud.
La
forma de la materia desaparece en el
“movimiento inercial”.
El
movimiento inercial es tanto eléctrico como
magnético, sus presiones están igualadas
o equilibradas. Ninguna fuerza predomina. No hay movimiento aparente.
El
“movimiento inercial”, también llamado estado de reposo, punto de equilibrio o punto cero, guarda registro de la actividad del movimiento polarizado,
luego este se repite según la información registrada.
Ambos
estados de movimiento: polarizado e inercial, intercambian sus condiciones
alternativamente. Son las dos mitades de una totalidad.
Lo que
reconocemos como vida es en realidad
movimiento polarizado, o sea desequilibrio,
actividad, forma, experiencia, etc.
Lo que
llamamos muerte es el movimiento inercial, que representa la condición transitoria de
equilibrio de las fuerzas, sin actividad y sin forma. La información y la
energía contenidas en esa unidad viva son difundidas (irradiadas) en el espacio
para ser recicladas y reutilizadas.
Este
movimiento pasivo o inercial (no movimiento)
permite la aparición del movimiento activo (polarizado
o de cargas en oposición).
Por
medio de los sentidos únicamente podemos registrar los desequilibrios, por eso valoramos solo lo que se toca, se ve y se
mueve y esta es la razón por la cual la conciencia ordinaria de los seres
humanos está confinada en una estrecha banda de percepción, creando entonces
una existencia acorde a estos límites.
Esto no
solo tiende a generar siempre la misma realidad, repetitiva y predeterminada,
sino que disminuye las posibilidades
de crear una vida plena y feliz.
Lo que sucede es que no consideramos la otra parte del ciclo natural de nuestra
existencia, por eso creemos
que la vida muere cuando la energía abandona los cuerpos, pero la energía y la
información no se pierden ni se destruyen, simplemente se transforman, cambian de estado, sin embargo su esencia es inmutable.
La causa de este movimiento
es la acción dinámica del pensamiento,
que es la mente que se separa en dos condiciones opuestas y complementarias provocando desequilibrio y estimulando
el movimiento.
La materia como la
conocemos es solo una apariencia creada por diferentes estados de movimiento
La forma
material aparece por la integración
momentánea de aquellos elementos que ya están y que han estado siempre.
La
forma material desaparece por la desintegración
de los elementos aparentemente integrados.
La
materia que da forma a la compleja idea que es este universo es luz cristalizada. Al igual que las letras en una
imprenta son ensambladas para componer una obra y transmitir la idea del
escritor. La idea no es la letra, pero sin la letra no se manifiesta la idea.
La materia es el
medio de registro que tiene la luz exactamente como las letras son el medio de
registro de la literatura
La
ciencia moderna ha demostrado que todo lo que llamamos materia y energía no son
más que "modos de movimiento vibratorio ", y ya algunos de los
científicos más avanzados se están moviendo rápidamente hacia las posiciones de
los maestros espirituales que sostienen que los fenómenos de la mente son
también modos de vibración o movimiento.
Como
dijimos antes, la mente y la materia son diferentes formas de vibración, si
controlas la vibración de la mente puedes controlar la vibración de la materia.
Todas
las partículas que componen la materia están en movimiento circular, (que es la
única forma de movimiento), desde un
quark hasta los soles. Los planetas
giran alrededor de soles, y muchos de ellos se convierten en sus ejes. Los
soles se mueven alrededor de puntos centrales mayores, los cuales se mueven
alrededor de puntos aún mayores, y así sucesivamente, ad infinitum.
Esto no
podemos verlo, pero podemos intuirlo y comprenderlo, siguiendo el principio de
correspondencia. “Como es arriba es
abajo, como es abajo es arriba”.
Las
moléculas que componen todos los tipos de materia están en un estado de vibración constante y en movimiento alrededor una de
la otra.
Las
moléculas están compuestas de átomos que, igualmente, se encuentran en un
estado de movimiento y vibración constante.
Los
átomos están compuestos de partículas (electrones, protones y neutrones), los
cuales están también en un estado de movimiento acelerado, girando alrededor unos
de los otros. Y a su vez estas partículas están compuestas de otras más
pequeñas: los quarks, que manifiestan un estado todavía más rápido de
movimiento o vibración.
Actualmente
algunos científicos modernos postulan la
teoría de las cuerdas, otra forma
de vibración todavía más minúscula, tratando de explicar este universo en
movimiento.
Y lo
mismo ocurre con las diversas formas de energía.
La
ciencia enseña que la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son más
que formas de movimiento vibratorio conectadas de alguna manera con, y
probablemente emanando del Éter.
Pero la
ciencia aún no puede explicar la naturaleza del fenómeno conocido como cohesión, que es el principio de la
atracción molecular, ni la afinidad
química, que es el principio de la atracción atómica, ni la gravitación (el mayor misterio de los
tres), que es el principio de atracción por el cual las partículas o masas de
la materia se atraen entre sí.
Estas
tres formas de energía que aún no son comprendidos por la ciencia son también
manifestaciones de alguna forma de energía vibratoria,
un hecho que los sabios del pasado han sostenido y enseñado desde siempre.
El éter universal es postulado por la ciencia clásica
sin que su naturaleza sea entendida claramente, y aunque ha sido también
desacreditado, por ejemplo por Einstein,
para que cierren sus ecuaciones arbitrarias, tampoco pudo ser eliminado. De
hecho el nombre actual para esta sustancia etérea es: PLASMA.
Esta sustancia etérea es de una tenuidad y elasticidad
extremas, e impregna el espacio universal, sirviendo como medio de transmisión
de las ondas de energía vibratoria, como el calor, la luz, la electricidad, el
magnetismo, etc.
Es
decir, sirve de nexo de unión entre las formas de energía vibratorio conocidas
como “materia", por un lado, y "energía o fuerza" por el otro.
Tomemos
como ejemplo un cilindro o un disco girando rápidamente, al cual le vamos a
incrementar gradualmente la velocidad de giro para mostrar los efectos de las frecuencias
o niveles de vibración crecientes.
Vamos a
llamar "objeto" a esta cosa
que gira, en principio a baja velocidad.
Podemos
ver que el objeto se mueve lentamente. Se puede percibir fácilmente, pero no
hay sonido de su movimiento que llegue a nuestro oído.
La
velocidad se incrementa gradualmente. En unos momentos su movimiento se vuelve
tan rápido que comenzamos a escuchar un gruñido profundo o una nota baja, que
aumenta de intensidad hasta convertirse en un chillido molesto.
Finalmente,
cuando el movimiento ha llegado a un cierto punto, el límite perceptible para
el oído humano se alcanza y el estridente y penetrante chillido se desvanece,
sucedido por un silencio igualmente penetrante.
Si continuamos
elevando la frecuencia de vibración, comenzaremos a percibir calor, en diferentes grados a medida que el movimiento
aumenta.
Luego,
si continuamos aumentando, después de un rato, el ojo comienza a captar un vislumbre
del objeto convirtiéndose en un color rojizo apagado oscuro.
Y luego,
el rojo se vuelve más brillante. A continuación, a medida que aumenta la velocidad,
el rojo se funde en un naranja
el naranja se funde en un amarillo. Si
seguimos, aparecerán sucesivamente, los tonos de verde,
azul, índigo
y violeta.
Finalmente,
como la velocidad sigue aumentando, los tonos de violeta y todo el color
desaparecen, el ojo humano no es capaz de registrarlos.
Por
debajo del rojo en la escala de frecuencias, se encuentran los llamados “rayos infrarrojos” y por encima del violeta, los rayos
“ultravioletas”. Ambos están por fuera del
espectro visible de la luz.
Continuando
el aumento de velocidad hay rayos invisibles que emanan desde el objeto que gira,
son los rayos que se utilizan en fotografía, y también otros rayos sutiles de
la luz.
A una
mayor frecuencia se manifiesta la radiación conocida como "Rayos X",
luego rayos “Gamma”, etc , y ya a esta
altura la constitución del objeto cambia. Por esta razón los rayos X y los
Gamma, pueden provocar mutaciones celulares.
Cuando
el objeto llega a un cierto grado de vibración sus moléculas se desintegran, y se separan en sus componentes originales
o átomos. A continuación, los átomos, siguiendo el principio de vibración, se
separan en las innumerables partículas de las que están compuestos, es decir:
electrones, protones, etc. Este es el principio que utiliza la ciencia en los
aceleradores de partículas.
Y
finalmente, incluso las partículas desaparecen y del objeto original se puede
decir que solo queda la sustancia etérea.
La
ciencia no puede ir más lejos, pero los sabios y maestros de la antigüedad enseñan
que si aumentamos las vibraciones
continuamente el objeto irá elevando los sucesivos estados de manifestación,
revelando los diversos niveles mentales continuando hacia el Espíritu, hasta
que finalmente, con el nivel apropiado de vibración, volvería a entrar en el
TODO, que es espíritu absoluto.
El
"objeto", sin embargo, habría dejado de ser un "objeto"
mucho antes de llegar a la etapa de la sustancia etérea, pero por lo demás la
ilustración es correcta en cuanto que muestra el efecto de un aumento constante
de frecuencia y modos de vibración.
Hay que
aclarar que en las etapas en las que el "objeto" vibrante emite luz,
calor, etc, no es que realmente se convirtió en esas formas de energía (que son
mucho más altas en el escala), sino simplemente que alcanza un grado de vibración
en el que se liberan aquellas formas de energía que están confinadas en sus moléculas,
átomos y partículas.
Las
uniones entre moléculas, átomos y partículas subatómicas conllevan enormes
cantidades de energía (más altas cuanto más
pequeño en la escala, por ejemplo la energía atómica es mucho más poderosa que
la energía de las uniones moleculares que son químicas).
Toda
manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad o deseo, o cualquier
estado mental o condición, son acompañados por vibraciones,
una parte del cual se tiran fuera y que tienden a afectar las mentes de otras
personas por "inducción".
Este es
el principio que produce el fenómeno de la "telepatía", la sugestión
mental, y otras formas de acción y poder de la mente sobre la mente.
Cada
pensamiento, emoción o estado mental tiene su correspondiente frecuencia y modo
de vibración.
Y de
acuerdo al control y a la voluntad de la persona, o de otras personas, estos
estados mentales pueden ser reproducidos, así como un tono musical puede ser
reproducido, haciendo que un instrumento vibre o resuene a una cierta
velocidad, al igual que el color puede ser reproducida de la misma manera.
Por el
conocimiento del principio de vibración,
aplicado a los fenómenos mentales, uno puede polarizar su mente en cualquier
grado que desee, obteniendo así un control sobre sus estados mentales,
emociones, pensamientos, etc.
De la
misma forma se puede afectar las mentes
de los demás o producir estados mentales deseados en ellos.
Esta
capacidad la utilizamos para sanar y equilibrar estados de desequilibrio del
cuerpo y la mente, para mitigar el dolor e incluso para reparar tejidos dañados
o inflamados.
En
resumen, se puede ser capaz de producir en el plano mental lo que la ciencia
produce en el plano físico, es decir, las "vibraciones a voluntad."
Este
poder, por supuesto, puede ser adquirido solamente con la debida instrucción,
ejercicios y práctica.
Zazen
es la base, es el punto cero, pensamiento absoluto. Pero también es importante el desarrollo de las capacidades
cognitivas del cerebro (atención, capacidad de foco, percepción, memoria,
musicalidad, velocidad de reacción, multitareas, etc). Y no olvidar de mantener la salud y el cuerpo sanos, con ejercicios adecuados y masajes.
Esto es
lo que llamamos alquimia espiritual o el arte
de la transmutación mental.
Si
estudias y reflexionas sobre lo que hemos dicho, verás que comprendiendo y
desarrollando el principio de vibración,
podrás aumentar las capacidades y posibilidades de tu vida, en niveles que te
pueden parecer increíbles.
El arte de la
transmutación es el secreto de la alquimia espiritual
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