domingo, 3 de agosto de 2014

Niveles de conciencia

Budismo y conciencia

A lo largo de los siglos, a partir de la experiencia práctica de zazen, el budismo ha profundizado acerca de los niveles de conciencia y de la verdadera naturaleza de la experiencia consciente.

La palabra sánscrita vijnana, que se traduce como conciencia, incluye una amplia gama de actividades, como la sensación, la cognición, la voluntad y el pensamiento consciente.

En el siglo 4, el gran maestro indio Vasubandhu describía  a la conciencia en 9 niveles.
Según esta enseñanza budista, hay nueve niveles de conciencia que están operando constantemente juntos para crear nuestra vida.


Una sola conciencia con diferentes niveles de manifestación.

vasubandhu
Las primeras cinco conciencias corresponden a los órganos de los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.

La sexta conciencia es la función que integra y procesa los diversos datos sensoriales con información contenida en la memoria para dar un sentimiento unificador de lo que percibimos, es un tipo de pensamiento general o conciencia, que nos permite identificar la información recibida por los cinco sentidos. Es principalmente con estas seis funciones de la vida que realizamos nuestras actividades diarias.

La realidad que experimentamos está creada por estos niveles de conciencia. que dependen del soporte físico para su aparición. Es el nivel más elemental, corresponde a vibraciones en el plano físico y material. En este nivel la realidad que se percibe es física y por lo tanto más densa y limitada.

A continuación está la séptima conciencia. A diferencia de los niveles anteriores que están dirigidos hacia el mundo exterior, la séptima conciencia está dirigida hacia nuestra vida interior y es, en buena parte, independiente de los datos sensoriales.
La séptima conciencia es la base de nuestro sentido de identidad. El apego a un yo individual, distinto y separado de los demás tiene su base en esta conciencia, así como nuestro sentido de lo bueno y lo malo.

Es el asiento de los valores morales fundamentales y la base del continuo diálogo interno. Se conoce como la conciencia mano. Este estrato corresponde al subconsciente que se describe en la psicología moderna y es en donde reside nuestro sentido profundo del ego.

 Debajo de la séptima conciencia, hay un nivel más profundo, la conciencia ālaya u octava conciencia, también conocida como la conciencia imperecedera o almacén universal. Este estrato de la conciencia contiene la energía potencial, tanto positiva como negativa, creada por nuestros pensamientos, palabras y acciones. Es aquí donde reside la energía de nuestro karma. Alaya Influye en las actividades de las otras conciencias.
Mientras que las primeras siete conciencias desaparecen al morir, la octava conciencia persiste a través de los ciclos de la vida y la muerte.
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La conciencia âlaya, es el inconsciente que contiene y almacena todas las potencialidades y alimenta la conciencia. 
Es el alma universal (anima mundi). La conciencia que recoge y conserva las experiencias individuales y colectivas.

Finalmente, está la novena conciencia. Es el nivel más fundamental. Es el origen mismo de la vida universal, este nivel abarca y sustenta, incluso, la función de la conciencia âlaya. Esta es la conciencia amala, la cual tiene el poder de transformar el flujo de energía e incluso a la materia.

La conciencia tiene el poder de crear universos.


 Medicina China y conciencia

Para la Medicina china, cuerpo y mente son de una misma naturaleza: la curación del cuerpo incluye la de la mente y viceversa.

La diferencia cuerpo-conciencia establecida por la filosofía occidental resulta incomprensible para el pensamiento chino. La importancia que se le concede a la mente y a las emociones es tal que el Neijing (Canon de medicina del emperador amarillo) señala: “Si no se logra la mejoría espiritual y no se cura el mal mental, es imposible curar la enfermedad”.

Las actividades mentales se relacionan directamente con los distintos órganos y vísceras; el mal funcionamiento de cualquiera de ellos afecta a las emociones y sentimientos provocando la enfermedad.

Existen puntos de acupuntura que se usan específicamente para abrir la conciencia espiritual, son los puntos celestiales.

La naturaleza luminosa del ser, se particulariza en el ser humano en cinco aspectos: Shen, Hun, Po y sus dos aplicaciones: Yi y Zhi, que arraigan en los cinco órganos y están relacionados con los cinco elementos.

 Aspectos de la conciencia
 elemento 
 Madera 
 Fuego
 Tierra 
 Metal
 Agua
 órgano
 Hígado
 Corazón 
 Bazo
 Pulmón 
 Riñón 
conciencia
 Hun
 Shen
 Yi
 Po
 Zhi


SHEN:

Shen es la energía espiritual y psíquica, la parte divina del ser, de naturaleza esencialmente luminosa. No tiene sustancia, pero proporciona expresión y apariencia a la sustancia.
Shen designa toda la actividad mental del ser humano. El Shen de una persona reside en el corazón (que está emparentado con el intestino delgado) y se puede ver fácilmente en los ojos. Los ojos de quien tiene un buen shen centellean y están vivos.
Corresponde al pensamiento consciente. Shen es la conciencia directora, la responsable de la coherencia mental y la inteligencia.

Habita en el corazón y es indispensable para el equilibrio de las emociones. El exceso de alegría (como: superficialidad, exceso de placeres y avidez) produce excitación en el corazón, lo debilita y termina por provocar un “vacío”, originando un ciclo que va de la excitación a la depresión, dañando así la conciencia y la energía. La alegría controlada, en cambio, refuerza el fuego del corazón, estimula las funciones orgánicas, clarificando la mente y apaciguando el espíritu.

Hun:

Hun se relaciona con el cielo, genera los proyectos y gobierna el inconsciente. Está vinculado con el hígado y la vesícula biliar. Representa la percepción de los hechos, los proyectos, la intuición y la imaginación. Desencadena los impulsos necesarios para emprender una acción. Se halla en relación con el atavismo, el instinto hereditario, la fuerza de la palabra, las pulsiones y las pasiones. Controla la imaginación y desempeña un papel esencial en todo acto de creación.

Cuando se altera Hun, se afecta fácilmente la personalidad y entorno, además  produce sueño agitado, pesadillas, proyectos excesivos e incoherentes y problemas de adaptación.
Como su naturaleza es movediza y penetrante, su alteración (estancamiento, bloqueos, frustración) provoca ira y descontento. Pero en su aspecto virtuoso representa la fe y las aspiraciones superiores. Cuando Hun puede expresarse y fluir genera un medio ambiente armonioso y creativo, donde la flexibilidad y el equilibrio es la norma.

Po:

Po se relaciona con la Tierra, es la parte más corporal de la conciencia. Determina las acciones y reacciones del organismo destinadas a escoger, sin que intervenga la mente, lo que es útil para su supervivencia y a rechazar lo que le es perjudicial. Se expresa en los instintos primarios (succión, deglución...), y más particularmente en el instinto de conservación, vinculado al apego inconsciente al cuerpo.
Anida en los pulmones que gobiernan el Chi. Su emoción es la melancolía y es dañada por el exceso de tristeza (separación, muerte de un ser querido, etc.). También un Chi de pulmón insuficiente puede afectar la conciencia y generar un cuadro depresivo.
Sus cualidades superiores son el coraje y la concentración (que está íntimamente ligada a la respiración).

Hun es el aspecto más inmaterial de la conciencia, el alma divina,  mientras que Po representa el lado más material, corporal, es el alma animal.

Yi:

Yi  es la conciencia correspondiente a la reflexión, la memoria y el pensamiento. Está relacionada con el bazo y el estómago y es uno de los grandes reguladores del Shen.
Yi es la memoria del pasado, que incluye a la memoria celular y a la información genética contenida en el ADN, también se manifiesta como la capacidad de reflexión y esto la vincula con la corteza cerebral.
Su emoción es la preocupación que puede, muy pronto, convertirse en rumiación, es decir, un tipo de pensamiento que da vueltas sobre si mismo, produciendo ansiedad, nerviosismo y enfermedades digestivas.
En su aspecto positivo, Yi es la reflexión profunda que permite obtener información contenida en la memoria y en los estratos profundos..
Yi es la parte de nuestra mente responsable del registro de las experiencias, de su clasificación, conservación, compilación y reformulación. Al estar directamente unida a la memoria, gestiona la capacidad de integrar y reproducir informaciones. Esta ligada al aprendizaje.

Zhi:

Zhi corresponde a la voluntad, a la determinación, a la capacidad para realizar una intención. Aporta autoridad y afirmación al yo.
Zhi se manifiesta como el deseo de realizar un acto, de emprenderlo, es la energía mental ligada a la fuerza del carácter. Reside en los riñones que, a su vez, controlan la esencia vital y la energía ancestral.
Su deficiencia provoca miedo, indecisión y sometimiento; su exceso produce temeridad, autoritarismo y obstinación. Esta forma de conciencia también está ligada al deseo sexual.
De la profundidad de los riñones brota la sabiduría. Cuando el Chi de los riñones es abundante genera un flujo de energía e información que estimula directamente la médula ósea y el cerebro. Este aporte de información tiende a materializarse en sustancia y en acción.

La actividad funcional de cada órgano depende de la información transmitida por estas “conciencias orgánicas”, cada una de las cuales se encarga de un aspecto particular de la personalidad, del control emocional y de los modos de comportamiento ante cada situación.