Budismo y conciencia
A lo largo de los siglos, a partir de la experiencia
práctica de zazen, el budismo ha profundizado acerca de los niveles de conciencia y de la verdadera naturaleza
de la experiencia consciente.
La palabra sánscrita vijnana, que se traduce como conciencia, incluye una amplia gama de
actividades, como la sensación, la cognición, la voluntad y el pensamiento consciente.
En el siglo 4,
el gran maestro indio Vasubandhu describía a la conciencia en 9 niveles.
Según esta enseñanza budista, hay nueve niveles de conciencia que están operando constantemente juntos para crear nuestra vida.
Según esta enseñanza budista, hay nueve niveles de conciencia que están operando constantemente juntos para crear nuestra vida.
Una sola conciencia con diferentes niveles de
manifestación.
vasubandhu |
Las primeras cinco
conciencias corresponden a los órganos de los sentidos: la vista, el oído,
el olfato, el gusto y el tacto.
La sexta
conciencia es la función que integra y procesa los diversos datos
sensoriales con información contenida en la memoria para dar un sentimiento
unificador de lo que percibimos, es un tipo de pensamiento general o conciencia, que nos permite identificar
la información recibida por los cinco sentidos. Es principalmente con estas
seis funciones de la vida que realizamos nuestras actividades diarias.
La realidad que
experimentamos está creada por estos niveles de conciencia. que dependen del
soporte físico para su aparición. Es el nivel más elemental, corresponde a
vibraciones en el plano físico y material. En este nivel la realidad que se
percibe es física y por lo tanto más densa y limitada.
A continuación está la séptima conciencia. A diferencia de los niveles anteriores que están dirigidos hacia el mundo exterior, la séptima conciencia está dirigida hacia nuestra vida interior y es, en buena parte, independiente de los datos sensoriales.
A continuación está la séptima conciencia. A diferencia de los niveles anteriores que están dirigidos hacia el mundo exterior, la séptima conciencia está dirigida hacia nuestra vida interior y es, en buena parte, independiente de los datos sensoriales.
La séptima
conciencia es la base de nuestro sentido de identidad. El apego a un yo
individual, distinto y separado de los demás tiene su base en esta conciencia,
así como nuestro sentido de lo bueno y lo malo.
Es el asiento de los valores morales fundamentales y
la base del continuo diálogo interno. Se conoce como la conciencia mano. Este estrato
corresponde al subconsciente que se describe en la psicología moderna y es en donde
reside nuestro sentido profundo del ego.
Debajo de la séptima conciencia, hay un nivel más
profundo, la conciencia ālaya u octava conciencia, también conocida como la conciencia imperecedera
o almacén universal. Este estrato de la conciencia contiene la
energía potencial, tanto positiva como negativa, creada por nuestros
pensamientos, palabras y acciones. Es aquí donde reside la energía de
nuestro karma. Alaya Influye en las
actividades de las otras conciencias.
Mientras que las primeras siete conciencias
desaparecen al morir, la octava conciencia persiste a través de los ciclos de
la vida y la muerte.
.
La
conciencia âlaya, es el inconsciente que
contiene y almacena todas las potencialidades y alimenta la conciencia.
Es el alma universal (anima
mundi). La conciencia que recoge y conserva las experiencias
individuales y colectivas.
Finalmente, está
la novena conciencia. Es el nivel más
fundamental. Es el origen mismo de la vida universal, este nivel abarca y
sustenta, incluso, la función de la conciencia âlaya. Esta es la conciencia amala, la cual tiene el poder
de transformar el flujo de energía e incluso a la materia.
La conciencia
tiene el poder de crear universos.
Medicina
China y conciencia
Para
la Medicina
china, cuerpo y mente son de una misma naturaleza: la curación del cuerpo incluye
la de la mente y viceversa.
La
diferencia cuerpo-conciencia establecida por la filosofía occidental resulta
incomprensible para el pensamiento chino. La importancia que se le concede a la
mente y a las emociones es tal que el Neijing
(Canon de medicina del emperador amarillo) señala: “Si no se logra la
mejoría espiritual y no se cura el mal mental, es imposible curar la
enfermedad”.
Las actividades mentales
se relacionan directamente con los distintos órganos y vísceras; el mal
funcionamiento de cualquiera de ellos afecta a las emociones y sentimientos
provocando la enfermedad.
Existen puntos de
acupuntura que se usan específicamente para abrir la conciencia espiritual, son
los puntos celestiales.
La naturaleza
luminosa del ser, se particulariza en el ser humano en cinco aspectos: Shen, Hun, Po y sus dos aplicaciones: Yi y Zhi, que arraigan en los cinco órganos y están relacionados con los
cinco elementos.
Aspectos
de la conciencia
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elemento
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Madera
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Fuego
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Tierra
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Metal
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Agua
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órgano
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Hígado
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Corazón
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Bazo
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Pulmón
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Riñón
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conciencia
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Hun
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Shen
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Yi
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Po
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Zhi
|
SHEN:
Shen es la energía espiritual y psíquica, la parte
divina del ser, de naturaleza esencialmente luminosa. No tiene sustancia, pero
proporciona expresión y apariencia a la sustancia.
Shen designa toda la actividad mental del
ser humano. El Shen de una persona reside en el corazón (que está emparentado con el intestino delgado) y se puede ver fácilmente en los ojos. Los ojos
de quien tiene un buen shen centellean y están vivos.
Corresponde al pensamiento consciente. Shen es la
conciencia directora, la responsable de la coherencia mental y la inteligencia.
Habita en el corazón y es indispensable para el
equilibrio de las emociones. El exceso de alegría (como: superficialidad,
exceso de placeres y avidez) produce excitación en el corazón, lo debilita y
termina por provocar un “vacío”, originando un ciclo que va de la excitación a
la depresión, dañando así la conciencia y la energía. La alegría controlada, en
cambio, refuerza el fuego del corazón, estimula las funciones orgánicas,
clarificando la mente y apaciguando el espíritu.
Hun:
Hun se relaciona con el cielo, genera los
proyectos y gobierna el inconsciente. Está vinculado con el hígado y la vesícula biliar.
Representa la percepción de los hechos, los proyectos, la intuición y la
imaginación. Desencadena los impulsos necesarios para emprender
una acción. Se halla en relación con el atavismo, el instinto hereditario, la
fuerza de la palabra, las pulsiones y las pasiones. Controla la imaginación y
desempeña un papel esencial en todo acto de creación.
Cuando se altera Hun, se afecta fácilmente la personalidad y entorno,
además produce sueño agitado,
pesadillas, proyectos excesivos e incoherentes y problemas de adaptación.
Como su naturaleza
es movediza y penetrante, su alteración (estancamiento, bloqueos, frustración)
provoca ira y descontento. Pero en su aspecto virtuoso representa la fe y las
aspiraciones superiores. Cuando Hun puede expresarse y fluir genera un medio
ambiente armonioso y creativo, donde la flexibilidad y el equilibrio es la
norma.
Po:
Po se relaciona
con la Tierra ,
es la parte más corporal de la conciencia. Determina las acciones y reacciones
del organismo destinadas a escoger, sin que intervenga la mente, lo que es útil
para su supervivencia y a rechazar lo que le es perjudicial. Se expresa en los
instintos primarios (succión, deglución...), y más particularmente en el
instinto de conservación, vinculado al apego inconsciente al cuerpo.
Anida en los pulmones que gobiernan el Chi. Su emoción
es la melancolía y es dañada por el exceso de tristeza (separación, muerte de
un ser querido, etc.). También un Chi de pulmón insuficiente puede afectar la
conciencia y generar un cuadro depresivo.
Sus cualidades
superiores son el coraje y la concentración (que está íntimamente ligada a la
respiración).
Hun es el aspecto más inmaterial de la conciencia, el
alma divina, mientras que Po representa el lado más material,
corporal, es el alma animal.
Yi:
Yi es la
conciencia correspondiente a la reflexión, la memoria y el pensamiento. Está
relacionada con el bazo y el estómago y es uno de los grandes
reguladores del Shen.
Yi es la memoria del
pasado, que incluye a la memoria celular y a la información genética contenida
en el ADN, también se manifiesta
como la capacidad de reflexión y esto la vincula con la corteza cerebral.
Su emoción es la
preocupación que puede, muy pronto, convertirse en rumiación, es decir, un tipo
de pensamiento que da vueltas sobre si mismo, produciendo ansiedad, nerviosismo
y enfermedades digestivas.
En su aspecto positivo,
Yi es la reflexión profunda que permite obtener información contenida en la
memoria y en los estratos profundos..
Yi es la parte de nuestra mente
responsable del registro de las experiencias, de su clasificación,
conservación, compilación y reformulación. Al estar directamente unida a la memoria, gestiona la capacidad de
integrar y reproducir informaciones. Esta ligada al aprendizaje.
Zhi:
Zhi corresponde a
la voluntad, a la determinación, a la capacidad para realizar una intención.
Aporta autoridad y afirmación al yo.
Zhi se manifiesta como el deseo de realizar un acto,
de emprenderlo, es la energía mental ligada a la fuerza del carácter. Reside en
los riñones que, a su vez, controlan
la esencia vital y la energía ancestral.
Su deficiencia provoca miedo, indecisión y
sometimiento; su exceso produce temeridad, autoritarismo y obstinación. Esta
forma de conciencia también está ligada al deseo sexual.
De la profundidad de los riñones brota la sabiduría.
Cuando el Chi de los riñones es abundante genera un flujo de energía e
información que estimula directamente la médula ósea y el cerebro. Este aporte
de información tiende a materializarse en sustancia y en acción.
La actividad funcional de cada órgano depende de la
información transmitida por estas “conciencias orgánicas”, cada una de las
cuales se encarga de un aspecto particular de la personalidad, del control
emocional y de los modos de comportamiento ante cada situación.
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