jueves, 23 de julio de 2015

No debes mirar a los ojos de tu oponente


Si lo haces, tu mente será absorbida por sus ojos. Tampoco hay que mirar su espada, sino tu mente será desviada por ella. No hay que mirar al oponente porque sino tu mente será desviada por él.

El verdadero Budo es pulir las habilidades para absorber a un adversario en su totalidad. Por lo tanto solo basta con que yo esté aquí parado.

No hay enemigos en el Aikido. Es un error pensar que teniendo un oponente o un enemigo y tratar de vencerlo o ser más fuertes que él, es el verdadero Budo. El verdadero Budo no tiene oponentes ni enemigos. El verdadero Budo es volverse uno con el universo.

El propósito de la práctica del Aikido no es volverse fuerte o tener el poder de derribar adversarios. Más bien, es necesario tener el corazón en el centro del universo, entonces por poco que sea, ayudar a mantener la paz entre los pueblos de la Tierra.

Aikido es como una brújula que permite a cada persona realizar su propio destino individual, y al mismo tiempo es un camino de unidad y de amor.

En cualquier lugar, en cualquier momento, no importa como puedan atacarme, no tengo miedo, porque he dejado todo en manos de Dios.

Esto no es sólo cuando uno sostiene una espada, sino siempre; porque uno debe tener un corazón que no se aferra ni a la vida ni la muerte, sino que deja las cosas en las manos del Creador.

Aiki no es una técnica para luchar con un enemigo o derrotarlo.

Aikido es la manera de reconciliar el mundo y hacer de los seres humanos una familia.


Palabras de O´Sensei Ueshiba



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