martes, 17 de noviembre de 2015

El Budo y el mundo espiritual


En general se tiene la tendencia a creer que solo el Zen puede animar el espíritu de las Artes Marciales mediante el “Do” y en particular se piensa esto del Aikido.

Sin embargo no es así.

Espiritualmente, los maestros de Budo en Japón están divididos en dos corrientes principales.
La corriente Zen, austera, en la cual el bagaje intelectual e incluso físico, están reducidos al mínimo, con el fin de favorecer el “no-apego” y el “vacío budista”.
Generalmente el Kyu-do (vía del arco)., el Iai-do y ciertos estilos de Karate-do pertenecen a esta corriente.

La otra corriente, es una forma de “misticismo marcial”, salida del “chamanismo” y del “shintoismo”, donde el practicante aspira a despertar la forma divina que vive en él, el espíritu divino, nuestro “kami guardián” personal,  podríamos decir. Y, mediante la práctica del Budo y de rituales secretos, busca una transmutación que lo ponga en contacto con lo Divino, los Espíritus (kami).
Los maestros de esta corriente son de una habilidad sorprendente en revelaciones y en profecías.





Contrariamente a lo que se cree, los maestros y los “grandes maestros” del Budo han sido, y todavía lo son, de esta segunda corriente.

El maestro Morihei Ueshiba,  estaba en comunicación permanente con los Kami de la naturaleza y conocía a la perfección las historias de los “kami” y los “gremlins” del viejo Japón.
Él no utilizaba jamás la metodología ni la terminología Zen en su enseñanza del Aikido, incluso si algunos maestros como Taisen Deshimaru emplearon el término: Zen y Artes Marciales incluyendo al Aikido o como el célebre escritor budista Zen, D. T. Suzuki, que llamaba al Aikido: “Zen en movimiento”, hay que decir que el maestro Ueshiba no tenía nada en común con el Budismo en general ni con el Zen en particular.


La mayoría de los maestros inspirados por el Budismo y particularmente por el Zen, son la antítesis del Arte Marcial auténtico e incluso de la religión japonesa (Shinto). Aunque hubo raras excepciones como los maestros del sable: Miyamoto Musashi o Yagyu, que eran reconocidos budistas.

El Budo es la expresión viva del espíritu shinto, del chamanismo y del misticismo  esotérico.


El Maestro Ueshiba, que era alguien de una habilidad increíble, un “gran maestro” reconocido por todos, muy fuerte, pero calmo y luminoso, creó el Aikido como un medio para ayudar a pacificar y armonizar el espíritu de la gente y de los pueblos, un método de purificación para fortalecer el cuerpo-espíritu y unificar la mente con el orden universal.




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