domingo, 18 de diciembre de 2016

La sustancia del universo



La mente es el universo.
Es todo lo que es, lo que fue y lo que siempre será.

La mente es una sustancia, una sustancia material, o más bien tiene la cualidad de cristalizarse y volverse sólida en apariencia

El término mente o conciencia no es lo mismo que intelecto, pensamiento o lo que se conoce usualmente como “mente”.
El intelecto, la actividad consciente, el pensamiento lógico y secuencial, son la actividad del ego, el cual es una ilusión creada por la actividad electroquímica del cerebro y actualizada por las creencias y el entorno, pero hay que saber que en esencia son una extensión de la conciencia universal, mente o espíritu (los nombres no son relevantes si comprendes la esencia).

El pensamiento es actividad eléctrica, movimiento y desequilibrio. La mente, para poder moverse y romper su estado de equilibrio, debe dividirse: dos polos con cargas opuestas que se separan en función del deseo de la mente.



Es un error identificarse con esta actividad (la cual en muchas personas es caótica, desordenada y sin control) ya que es fuente de malos entendidos y contradicciones. 
Sin embargo uno puede servirse de ella como una herramienta, o mejor, como un instrumento (que resuene en unidad con la mente universal).


La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha olvidado el regalo sagrado.
Albert Einstein

El ser superior comprende esta naturaleza y la protege, la cultiva, se nutre de ella y permite que se expanda para beneficio de todos.

Pensar es dominio del intelecto, del ego o de la mente dividida.
El conocimiento pertenece a la conciencia y al corazón, que es la morada del espíritu o mente universal (diferentes nombres para una misma cosa).

El conocimiento es saber con el corazón, mientras que el pensamiento o intelecto corresponde a la actividad del neocórtex cerebral, sede del ego y fuente de dualidades y contradicciones.

Lo único real en tu vida existe en tu corazón.

La mente, como una sustancia o un éter, se extiende en todas las direcciones, más allá del tiempo-espacio (de hecho los crea).

La sustancia de la mente es la base de toda la creación

Es la sustancia de la cual todo lo visible está compuesto.
Es la vida misma.

Por consiguiente, nuestros organismos físicos se componen de este elemento sutil.

La materia es la cristalización de la sustancia sutil de la mente 

El medio físico de foco y control de esta sustancia tiene su sede en la corteza cerebral, de la cual emana una radiación expansiva que vibra en simpatía con todo.
Esta vibración simpática es lo que la Física describe como entrelazamiento cuántico, pero en realidad es el flujo de la mente, es decir el movimiento de la única sustancia .  

Cuando la concentración impregna la mente y el cuerpo, el poder de la respiración se vuelve uno con el universo, extendiéndose suave y naturalmente hasta el límite absoluto, pero, a la vez, la persona se vuelve cada vez más autocontenida e independiente.
Morihei Ueshiba 


Esta sustancia consciente impregna con simpatía todas las formas y condiciones de la materia y tiene como asistentes a la gravedad, la electricidad y el magnetismo; estas tres fuerzas o condiciones nacen de la misma sustancia, es decir comparten el mismo origen. De hecho, esta sustancia sutil es el alma de la materia, el elemento a partir del cual todas las formas de movimiento reciben su impulso original.

La mente es la semilla del universo

En la semilla del universo existe la totalidad del universo.

De esta sustancia vibrante surgen todas las formas que la ciencia va describiendo a medida que evoluciona y expande su conocimiento: Supercuerdas vibrantes, espuma cuántica, quarks y gluones, fotones, electrones y otras partículas, átomos, moléculas, etc. El resto es una multiplicación y combinación de estos elementos primordiales.


La sustancia de la Mente universal, no tiene principio ni fin ni límites, pero sus manifestaciones si lo tienen. 
El universo físico tiene límites. 

Estos límites son planos de curvatura cero que la luz no puede atravesar y en los cuales se refleja, creando en el interior patrones de interferencia y una infinidad de imágenes y formas en movimiento que aparentan solidez y vida propia.



La sustancia material de la Mente es un éter omnipresente

Este éter sutil vibra en diferentes grados dinámicos.

El sonido, el calor, la luz, la electricidad y la materia, son los efectos de la única sustancia en grados específicos y diferentes niveles de energía, de presión y densidad, pero esencialmente no hay diferencia entre cualquier cosa, como la electricidad y por ejemplo el hierro, salvo en sus diferentes efectos y formas de vibrar y manifestarse.

Este universo visible de materia vibrante no es más que el registro eléctrico de la mente en movimiento

La aparente diferencia entre las cosas se debe únicamente a la diferencia en el movimiento y no a la sustancia.

Son posibles muchos estados de movimiento, pero solo hay una sustancia en el universo.

El universo está hecho de la misma y única sustancia


Como todos los estados de movimiento son mensurables y están bajo el control absoluto de la mente, y como el ser humano es mente, puede, con profundo conocimiento de la naturaleza y la energía suficiente, cambiar un estado de movimiento en cualquier otro estado de movimiento y al hacerlo, transmutar una sustancia en cualquier otra.

Esta habilidad y potencial para transformar la materia es nuestra herencia divina, y nos da la posibilidad no solo de aprender a transmutar elementos sino también a curar enfermedades y a crear una realidad física deseada.

La única sustancia del universo es la Conciencia creadora, la mente del Creador. Nuestra conciencia es una extensión de esta Conciencia, sin fisuras ni costuras.
Es nuestra verdadera naturaleza. Somos pura conciencia experimentando una realidad física transitoria.
No hay forma de estar separados de la única sustancia ya que somos ella misma.

Comprender esta verdad y aceptarla, es realizar nuestra verdadera naturaleza. Aunque en realidad no hay tal cosa como verdadero o falso. La única cosa real en este universo es la conciencia, pura e indivisible, que impregna y da vida a todos los seres y cosas sin diferencias.

Las diferencias son todo lo que percibimos con nuestros sentidos e interpretamos como “real”, incluyendo nuestra individualidad, sin embargo es una ilusión. Simplemente “figuritas” y colores en movimiento, pero lo esencial no mueve, no se desplaza, no nace, no crece ni muere, no gana ni pierde. Es equilibrio. Es “todo” lo que hay.

No hay individualidad en este universo consciente. La individualidad no es más que un aspecto de la mente.

El universo es una única cosa

Esta única cosa es la mente.

La sustancia en acción de la mente pensante es la luz.


No hay más que una sola sustancia y esta no se puede dividir en muchas sustancias o muchas partes, solo se puede modificar su movimiento y su nivel de vibración cambiando así su manifestación.

La individualidad no es más que una apariencia, es un efecto potencial y pasajero de la mente en movimiento

Lo que interpretamos como individualidad no es más que el registro momentáneo de una forma fugaz. Como una fotografía. Percibimos, registramos, congelamos la imagen (mediante la memoria), nos identificamos con esta imagen y le damos forma y existencia fija. Luego creemos que eso que creamos tiene existencia propia y real separada de lo demás.

Este error es debido a un procesamiento incompleto de la información, gestionado por una pequeña zona del cerebro, que en muchas personas en la actualidad está mal configurada y desconectada del resto, lo que lleva a un estado de confusión generalizada.

Esta ignorancia u olvido acerca de tu naturaleza no solo genera miedo y te hace dudar sino que te mantiene en una prisión repleta de conceptos erróneos y percepciones confusas.


Una vez que giras la mirada a tu interior y aceptas quien eres en verdad, todo se ilumina.
La conciencia se reconoce a si misma y cesa el movimiento.

La individualidad y el todo se vuelven unidad. Naturalmente.

La materia nutre de información y energía al espacio.
Esta información se registra.
El espacio genera modela a la materia con esta misma información, ahora modificada o adaptada en virtud del entrelazamiento con la totalidad.

Es muy fácil aunque misterioso, lo difícil es despertar y abandonar los programas inútiles y nocivos que nos impiden vernos y aceptarnos tal como somos.

Somos conciencia viva, infinita y luminosa realizándose a si misma mediante una experiencia humana



2 comentarios: