por Mariano Giacobone
Programar
nuestra vida. Crear la realidad que deseamos. Controlar nuestros pensamientos.
¿Es eso posible?, o…
La incesante actividad mental se manifiesta como un flujo
de información secuencial que activa simultáneamente distintas partes
del cerebro.
A este fenómeno orquestado se le llama colapsos o reducciones
sincronizadas de la función de onda.
Esta onda es una vibración, una perturbación creada por el
movimiento de la información, que incluye múltiples posibilidades y finalmente
colapsa en una determinada.
En otras palabras, es la actividad eléctrica del cerebro, generada
por la activación de grupos de neuronas determinadas.
La
actividad mental es un fenómeno electroquímico
Esta actividad representa el movimiento de la información y la
energía que se genera. Este movimiento es vibración, que crea una perturbación
en el espacio, y se mueve en forma de onda, que contiene múltiples
probabilidades de manifestación, pero que se materializara, es decir, se
volverá partícula al interactuar con el observador. Esto se denomina en física,
colapso de la función de onda. Cuando interactúa con el observador la
información se particulariza produciendo una realidad determinada.
Cada colapso de la onda de probabilidades en
una partícula de conocimiento representa un evento consciente.
Se estima que el cerebro, en promedio, gestiona unos 40 eventos o
experiencias conscientes por segundo, e integra las diferentes señales creando
la sensación de continuidad y coherencia.
El hemisferio cerebral izquierdo es el gran
secuenciador. Su incesante actividad genera un flujo constante de actividad
consciente que se corresponde con una química determinada y con una elevada
actividad neuronal.
Sentimos o percibimos esta “corriente” de conocimiento como un pensamiento,
y respondemos conscientemente a estas percepciones o estímulos.
Nos “identificamos” con esta actividad electroquímica,
que la mayoría de las veces se vuelve incoherente y desorganizada, precisamente
por la falta de coherencia y de autocontrol.
El “diálogo interno” refuerza la idea y las conexiones neuronales,
que configuran y modelan la parte física (hardware) y funcional (programas)
del cerebro, esta capacidad plástica del
cerebro está relacionada con la frecuencia y la intensidad de un determinado
estímulo o señal: cuanto más fuerte y repetido es el estímulo más aumenta
la fuerza sináptica (más proteínas, enzimas, moléculas y
reacciones químicas) lo que produce un mayor impacto en el mundo físico.
La
conciencia crea y modela a la realidad material
La actividad mental establece los límites y la forma del “si
mismo” o lo que conocemos por Yo.
Sabemos además que el nivel consciente representa apenas un
pequeño porcentaje de la actividad total de la conciencia y que esta actividad
emergente es el resultado de procesos o programaciones subconscientes.
Solo llegan a la superficie los estímulos con suficiente energía que
logran atravesar un determinado umbral por debajo del cual no se es consciente
y por arriba si.
Cuando nos enteramos de algo, esto en realidad ya fue gestionado
unas fracciones de segundo antes en los niveles subconscientes.
Por este motivo es importante filtrar con la atención y la negación (oposición), esta incesante actividad de la mente, ya que, y esto
está demostrado por la ciencia, lo que consideramos como un “yo” real y
sustancial o como un pensamiento propio y original, es simplemente una
proyección y actualización momentánea de múltiples causas y factores
entrelazados, más cercanos a un sueño que a algo “sustancial”.
Una proyección de imágenes e ideas sin sustancia propia.
Es la naturaleza holográfica de la realidad.
Nos cuesta aceptar esta verdad porque nuestros sentidos informan
lo contrario y porque no comprendemos bien de que están hechas las cosas.
Si asumimos que el mundo físico es una creación de algo que no es físico, podremos realizar que la esencia de
la materia es una vibración sutil con diferentes grados de conciencia.
Lo que la ciencia ha descubierto al explorar los niveles más profundos de la realidad es que nuestro universo está estructurado en niveles o planos de creación conectados los unos con los otros.
Estos niveles o planos de creación, van desde el nivel físico perceptible a nuestros sentidos, a los niveles más profundos: las moléculas, los átomos, las partículas elementales, el nivel cuántico, la luz, hasta la pura conciencia unificada, es decir, la conciencia o mente creadora (el TODO). Mundos dentro de mundos, dentro de otros mundos.
Un universo estructurado en múltiples niveles
de creación
La Creación diversificada en múltiples
universos
La
esencia de la Creación es la conciencia, el universo es una creación de la
mente de Dios.
La
conciencia se mueve y genera energía, que desacelera y se cristaliza o
materializa. La materia es energía, la energía es conciencia. No existe nada
fuera de la mente.
Por esta razón la conciencia está creando el nivel físico Y este plano
material le sirve de vehículo o herramienta para poder manifestarse.
Nuestra mente es una proyección de la única Mente, es decir de la
conciencia unificada. No existe por si misma, solo puede existir en
interdependencia, compartimos esta esencia, emergemos de ella.
La individualidad solo aporta un punto de vista diferente, único,
y aquí reside la clave de la experiencia y el autocontrol.
La ilusión del control
consciente
En consecuencia, la sensación subjetiva de control
consciente de la conducta y del comportamiento, es una ilusión.
La
mayor parte del tiempo la conducta de los seres humanos no son más que
respuestas reflejas no conscientes, y esto es un hecho demostrado por la
ciencia. Se ha demostrado que nuestro cerebro toma
las decisiones casi 1 segundo antes de que las asumamos conscientemente (Benjamin Libet, Kornhuber y otros).
Al
carecer de una educación y un entrenamiento apropiado, la mayoría de las
personas piensan de manera reactiva, es decir, reaccionan a los fenómenos de manera
refleja y condicionada.
El proceso de decisión consciente necesita por lo menos 1 segundo para poder actuar, es decir, el consciente no puede reaccionar a un estímulo o una agresión externa si la respuesta tiene que tener lugar en menos de 1 segundo.
En la mayoría de los casos, la información no llega al nivel consciente,
así que no te enteras.
Esta manera de proceder de la conciencia se debe a que el cerebro al recibir un estímulo, a través de cualquiera de los cinco sentidos, lo registra en dos lugares: uno es en las amígdalas cerebrales y el otro en el neocórtex.
La amígdala cerebral es una estructura con forma
de almendra formada por neuronas localizada en la profundidad
de los lóbulos temporales. Es la encargada de recibir las señales de
peligro potencial y la que desencadena una reacción capaz de salvar la vida. Su
papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones
emocionales.
La amígdala es por lo tanto la primera región del
cerebro en recibir un mensaje de peligro o agresión. Es muy rápida y en un
instante nos indica si debemos atacar, huir o detenernos.
La corteza (neocórtex) es la capa cerebral
externa más nueva en la evolución. En esta delgada capa de neuronas se llevan a
cabo funciones superiores como la planificación, el razonamiento y
el lenguaje (especialmente en el lóbulo frontal),
está más lejos que la amígdala y recibe los mensajes
sensoriales más tarde, pero a diferencia de la amígdala, tiene mayor capacidad
de evaluación y procesa mejor la información. Además, la corteza se comunica
con la amígdala para evaluar el peligro antes de reaccionar.
Debido a la multiplicidad de conexiones la información viaja
en todas las direcciones del espacio-tiempo y es procesada e integrada para dar
un sentido de unificación y responder de manera eficaz. Esta es una
característica holográfica de la conciencia y el cerebro es
el editor que crea y proyecta este verdadero holograma, que es lo que
llamamos realidad. Una realidad holográfica.
Como conclusión, de acuerdo a estas (y a otras) investigaciones, es imposible que el ser humano determine conscientemente sus propios actos.
Lo que se llama libre albedrío es en realidad la capacidad de veto que tiene la conciencia para bloquear o abortar un acto iniciado por el cerebro.
Hay cantidad de programas que se están ejecutando
por debajo del nivel consciente y ni nos enteramos, excepto cuando atraviesan
el umbral crítico y se manifiestan como un pensamiento consciente. A
continuación nos identificamos con esta actividad y creemos que ese
pensamiento es creación propia: “una idea original”.
El cerebro procesa miles de
millones de bits por segundo y solo somos conscientes de unos 2000 (¡en el
mejor de los casos!), que incluyen estímulos externos, internos e información
residual y con esos nos arreglamos para crear la realidad cotidiana
Otras investigaciones han establecido a su vez que el presente dura aproximadamente tres segundos para todas las personas.
3 segundos es el lapso de tiempo que necesitamos para distinguir sucesivos estímulos sonoros o lumínicos, para guiñar un ojo o para cualquier movimiento corporal, y aunque una experiencia cualquiera nos parezca larga o corta, son sólo sensaciones y reverberaciones que no tienen que ver con nuestra conciencia del presente.
La mayoría de las personas necesitan por lo menos tres segundos para tener conciencia de un "momento" y a partir de ese período de tiempo, se va creando una realidad continua y el mundo se vuelve "real" para la conciencia humana.
Por eso nuestro “pensamiento consciente” es lento, solo se mueve
en 2 direcciones y contiene muy poco información y energía.
La mayor parte de la programación subconsciente es instalada desde
que el día que se nace, mediante la educación y la repetición de estímulos en
el medio socio-cultural, la familia, la escuela y también, cada vez más, por
los medios de comunicación e Internet.
Estos programas subconscientes modelan y dirigen la actividad
consciente (obviamente sin que nos demos cuenta de ello).
Es difícil aceptar esto, por lo menos conscientemente. Pero
consideremos el resto de la actividad fisiológica del cuerpo. ¿Acaso
controlamos su temperatura, su medio interno y su pH o sus
complejas reacciones químicas? ¿Alguna vez le dijimos al hígado lo que debe
hacer o a cada célula la velocidad con que debe migrar o dividirse? ¿Podemos
decidir la duración natural de nuestras vidas? ¿Entonces, somos simples
espectadores?
En realidad no. Somos observadores con capacidad para modelar la
realidad. Nuestros pensamientos y emociones impactan en el mundo físico y lo
afectan.
Por Eso el control es la clave.
Cuando realizamos nuestra verdadera
naturaleza y comprendemos que nunca hubo otro lugar más que aquí ni un tiempo
fuera de este “ahora”. En ese momento empezamos a participar en la programación
de la actividad mental y en el control de nuestras acciones
La verdadera libertad surge del autocontrol.
El autoconocimiento es una cualidad superior de
la conciencia. Representa su aspecto evolucionado y equilibrado.
La mirada interior es propia del ser
evolucionado
Es equilibrada por que le aporta al pensamiento consciente
información proveniente de la profundidad del ser, información contenida en los
estratos no conscientes, en cada célula, en cada partícula, que se complementa
y armoniza con la información que proviene de otras partes del cerebro y del
entorno.
Esta es la semilla de la sabiduría que va a
generar un pensamiento absoluto o activo,
es decir que no es relativo ni reactivo.
Un tipo de pensamiento que lo envuelve todo e incluye a todos los seres y
cosas.
Un pensamiento que va más rápido que la luz y entonces se mueve en
todas las direcciones del tiempo y del espacio.
En el Budo, que representa a las artes marciales tradicionales, y
en el Aikido en particular, nos entrenamos para desarrollar este tipo de
pensamiento, al que se le llama Nen.
Nen connota la
concentración en un solo punto, es el pensamiento-momento (aquí y ahora). La
realización de nen es la clave para abrir la esencia del Aikido; de hecho,
constituye el corazón del Aikido.
Lo primero que debemos desarrollar es la perseverancia, y luego pulir y aclarar nuestros pensamientos. Esto nos permitirá concentrarnos resueltamente en la tarea esencial de unificar el cuerpo y la mente.
La unificación del cuerpo y la mente es la clave del
autocontrol y de la unión de nuestra conciencia con la conciencia universal.
Esto se logra a partir del desarrollo de una energía (ki) fluida y poderosa.
“En el entrenamiento, la primera tarea consiste en
disciplinar continuamente el espíritu, agudizar el poder de nen, y unificar el
cuerpo y la mente. Esta es la base para el desarrollo del waza (técnica), que a
su vez se desarrolla sin cesar a través de nen.
Es esencial que ese waza siempre esté de acuerdo
con la verdad del Universo. Para que eso ocurra un correcto nen es necesario.
Si tu nen está conectado a los deseos del pequeño yo, es erróneo. Desde que el
entrenamiento basado en ideas erróneas va contra la verdad del Universo, invita
a sus propias consecuencias trágicas y a una eventual destrucción.
Nen nunca está concernido por ganar o perder, y
crece al conectarse correctamente al ki del Universo. Cuando eso sucede, nen se
convierte en un poder sobrenatural que ve claramente todas las cosas en el
mundo, incluso el movimiento más pequeño de la mano o el pie. Uno se convierte
en un espejo claro que refleja todas las cosas, y puesto que uno se encuentra
en el centro del universo, se puede ver con claridad todo lo que esté fuera de
centro. Esta es la verdad de ganar sin luchar.
Para desarrollar los movimientos sutiles de ki
sobre la base de nen, debes entender que el lado izquierdo del cuerpo (yang) es
la base del arte marcial y el lado derecho (Yin) es donde el ki del Universo
aparece.
Cuando uno llega al reino de la libertad absoluta,
el cuerpo se vuelve luz y manifiesta transformaciones divinas. El lado derecho
produce energía a través del izquierdo. El izquierdo se convierte en un escudo
y el derecho en el fundamento de la técnica. Esta ley natural y espontánea de
la naturaleza debe estar basada en el centro, y uno debe manifestar la propia
libertad dinámicamente en rotación esférica.”
O´Sensei Ueshiba
El cultivo de nen es la
concentración del espíritu en un solo punto, ya que busca la unión con la
realidad universal que nos trajo a esta vida en la tierra
En resumen, nen es la
línea que conecta el ki de la mente-cuerpo con el ki universal.
La respiración es la clave
del autocontrol y el puente que une el mundo visible con el infinito
Escuela Budo Shin
武 道心流
No hay comentarios:
Publicar un comentario