miércoles, 19 de octubre de 2011

Enseñanza de Kodo Sawaki

La transmisión secreta de la práctica budista

"El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma."
Este cuerpo vacío de la ignorancia, tal como es, no está separado de la naturaleza única del espíritu.

En otros términos, la naturaleza absoluta del espíritu es la vida. ¿Tenemos verdaderamente la vida en nosotros mismos? El hecho de que tenemos que morir no quiere decir que no tengamos que vivir.

Utilizamos en general este cuerpo vacío para comer demasiado y embotar nuestro sistema digestivo, para beber demasiado y atrapar una cogorza, para descuidar nuestro trabajo y desear un salario. Si por una parte este cuerpo vacío de la ignorancia puede cumplir una acción del universo entero, por otra, las acciones limitadas cumplidas por esta naturaleza absoluta del espíritu pueden no solamente no ser moderadas, sino que incluso se obra mal. Es verdaderamente extraño.

El budismo es simplemente este principio.
La cuestión que se plantea es cómo vivir esta vida para mayor bien. Este estilo de vida es llamado absurdo. Una vez comprendido esto claramente, ya no hay más problemas.
El budismo es la tentativa de vivir una vida que tenga sentido. El budismo no tiene nada que ver con la idea idiota, la idea estúpida que dice que "sea cual sea el mal que hayamos cometido, después de la muerte todo el mundo va al paraíso." ¿Cómo podemos crear un género de vida mejor?
El punto importante es: ¿Cómo este cuerpo vacío de la ignorancia, susceptible de morir en todo momento, puede cumplir una acción eterna más allá de la muerte? ¿Cómo es posible esto? Por el voto de volverse el cuerpo del dharma. Este voto de convertirse en el cuerpo del dharma sustenta nuestros esfuerzos en la práctica y el estudio reales.

Decís que no sabés cómo resolver Mu, el koan de Joshu. Cuentan que uno se puso a cuatro patas y ladró: "¡Guau, guau!", y que esta respuesta fue admitida. ¿Hay algo más estúpido? Eso demuestra una total ignorancia de
las circunstancias antiguas que rodeaban este koan. "Si en la oscuridad oís la voz de un cuervo que no emite ningún sonido, ¿pensarás que es un macho o una hembra?" Para pasar este koan, dicen que alguien se puso los dedos en las orejas, cerró los ojos e hizo ruidos roncos: "¡Kaa, kaa!." ¿Hay algo más idiota?

¿Cómo el instante presente puede ser transformado en yo eterno? ¿Cómo este momento puede ser vivido perfectamente? Eso es esencialmente lo que llamamos vacío. Todo momento debe ser vivido perfectamente. Bajo este ángulo, el cuerpo vacío e ilusorio es el instante, y el cuerpo del dharma es la eternidad. Esto es la verdadera práctica y el verdadero estudio de la Vía budista. Esa es la transmisión secreta. Como quiera que sea, la vida de Buda tuvo, ante todo, un principio y un fin. Aparte del hecho de que fue un Buda, él nació y murió. Quizás los dragones derramaran una lluvia de ambrosía desde los cielos, y las aguas brotaran de la tierra, o quizás dijo: "En los cielos y en la tierra, sólo yo soy honrado." Yo no lo sé.
Pero pienso que en su nacimiento él no se consideraba como un Buda. Y aunque todavía se esté debatiendo si su muerte fue a causa de un champiñón o de un trozo de cerdo envenenado, que yo sepa, el hecho es que está bien muerto.

Abstracción hecha de su budeidad, está muerto. Pero sea cual sea la parte de su vida que examinemos, ésta será perfecta. No habrá la menor tacha. Tal es el sentido del nombre "el perfecto Tathágata Shakya de virtudes innumerables." No hay necesidad de hacer resaltar ciertas escenas de su vida, ejemplares, como en el teatro. A cada momento, su yo era eterno. Eso es que el cuerpo vacío de la ignorancia es verdaderamente el cuerpo del dharma. Y por eso hacemos esfuerzos.

¿Lo que yo hago tiene vida? ¿Cuándo, cómo, eso tiene una vida? A menudo la gente no puede dejar de fumar aunque el médico le diga que eso es peligroso para los pulmones... .
Eso es la vida de la sabiduría del cuerpo del dharma. "La verdadera naturaleza de la ignorancia, el cuerpo vacío de la ilusión, es el cuerpo del dharma." Si no se lee atentamente, uno pasa totalmente por encima de estas dos frases. Pero el ser ignorante es el Buda; exactamente tal cual es, es Buda.

Eso puede parecer un buen negocio, pero no lo es. A decir verdad es una afirmación muy constreñida. A causa de ella, estas criaturas de la vida y de la muerte viven una vida sin ida y vuelta.

Aunque haya nacimiento y muerte, encontrar una vida sin escapatoria que ni va ni viene y, una vez certificada ésta, trabajar verdaderamente para esclarecerla, tal es la práctica budista. Allí, por primera vez encontramos una perspectiva luminosa. Las cosas ya no son solamente este lugar limitado sino un yo eterno. Y sin embargo, las
cosas que hace la gente están limitadas a los lugares donde llegan, y son tan inestables como los precios del mercado. Eso no es bueno. Hay una historia de los primeros años de la era Meiji sobre uno que intentó vender por
cincuenta yens la pagoda de cinco plantas de Horyu-ji. Otro cogió la imagen lacada de Buda ante la que se prosternaba día tras día, la pisoteó y la quemó. ¡Qué sacrilegio! Pero los seres humanos están siempre motivados e inducidos a error por sus circunstancias limitadas.

Un poema de Issa dice:
"La gente es parecida a gotas de rocío,
¿Están ustedes de acuerdo?"

La gente está totalmente falta de autenticidad. Es parecida a las gotas de rocío. Está totalmente extraviada por pérfidos granujas. Y su vida se vuelve irrevocablemente determinada, sin posibilidad de cambio. Así que si ustedes no tienen aquí el satori, si no realizan que esto es "eso", no solamente serán engañados por los otros, sino que además vuestro nacimiento en tanto que seres humanos no tendrá ningún valor.

Como se ha dicho: "La verdadera naturaleza de la ignorancia es la naturaleza de Buda. El cuerpo vacío de la ignorancia es el cuerpo del dharma." Ignorancia y satori no son dos cosas separadas. Debemos comprender el origen de lo que ciega el yo hasta hacerle pensar que son dos cosas separadas. Debemos asir el cuerpo del dharma, en el cual, tal como es, está la naturaleza absoluta del espíritu. La obra de nuestra vida es descubrir la cualidad viviente esencial en la verdadera naturaleza de la ignorancia y el cuerpo vacío de la ignorancia, a fin de asir esta cualidad viviente y poner todos nuestros esfuerzos a su servicio.

Una vez asido realmente el cuerpo del dharma, comprendemos que todos los seres sensibles tienen la naturaleza de Buda, y que la hierba, los árboles y el país, todo alcanza la budeidad. Esto está bien tal como es, y aquello también está bien tal cual es.
Todo es así.

En otros términos, comprendemos que todo es normal. No por haber alcanzado la edad de sesenta años somos mejores. Quince años están bien en tanto que quince años. Doce años en tanto que doce años. No nos volvemos mejores porque envejezcamos. Si comprendemos que las cosas están muy bien tal como son, entonces la condición normal es buena. Y no podremos hacer nada si esto, en tanto que adultos, no lo hemos comprendido.

miércoles, 12 de octubre de 2011

El Shobogenzo de Maestro Dogen


Muchusetsumu

Contando un sueño dentro de otro sueño

“La manera en que todos los Budas y Patriarcas aparecen, es autogenerada, sin origen, independiente del tiempo y el espacio y transciende la discriminación en que se funda el mundo de la gente ordinaria. Esto es “explicar un sueño dentro de otro”, viendo iluminación dentro de iluminación.

Toda manifestación del mundo relativo, es un sueño. Este sueño es el esplendor de todas las formas de existencia. Cuando tenemos dudas quedamos perplejos. Entonces, en el sueño de las cosas, se explican las cosas. Para estudiarlas, debemos aprender que la hierba, las raíces, las ramas, flores, frutos, luces y colores, son un gran sueño. Sin embargo, no nos confundamos, no es más que un sueño ordinario.

Los que no han aprendido el Camino Budista, cuando oyen explicar un sueño dentro de un sueño piensan, absurdamente, que las cosas existen, cuando no es así. Es como una ilusión cubriendo otra ilusión. A pesar de todo, no es así. Primero hemos de estudiar y practicar el camino de la iluminación.

Nyojo dijo: “Verdadero o falso, sólo hay sueños”. El universo ilimitado, incesantemente proclama la Ley. Este mundo relativo de causa y efecto es la suprema posesión de los Budas. La suprema iluminación, está entrelazada con la suprema iluminación. Así como es de ilimitada la iluminación, así lo son los seres sensibles.

El apego es ilimitado y la liberación es ilimitada... “La actualización de la iluminación es darte treinta soplidos”. Ésta es la adecuada explicación de un sueño dentro de un sueño.

El más importante aspecto de Buda trasmitiendo a Buda, no es estar atados a nuestra cabeza, ojos, médula, cerebro, cuerpo...

Cuando no estamos atados a estas cosas, podemos decir “Libremente doy, libremente tomo”. Esto es llamado el misterio de los misterios, asombro de asombros, iluminación de la iluminación; “cabeza sobre cabezas”.

Hablar del Camino con un verso, la comprensión que está más allá de las palabras y las explicaciones, no es más que explicar un sueño dentro de otro sueño.

En el mundo subjetivo y en el objetivo, ambos vacíos, cada cosa debe ser armonizada explicando un sueño dentro de un sueño.

El gran universo es un sueño y es ecuanimidad.

No hay separación, cuando vuelves la cabeza también vuelves tu cerebro. Esto es iluminación del sueño dentro de un sueño y creerlo, recibirlo, respetarlo

y seguirlo.

Los sueños y la iluminación, forman la realidad, una realidad.

Practicar el dharma y proclamarlo a todo el mundo, es el buen sueño de todos los Budas. Claramente, este buen sueño, es todos los Budas.

La actualización de Budas y Patriarcas, es seguramente, soñando dentro de un sueño. Hemos de estudiar esto sin calumniar el Dharma de Buda. Si lo hacemos así, el Camino eterno de todos los Budas se manifestará instantáneamente”.

Escrito por Dogen en Kannondori-in, 1242.


martes, 13 de septiembre de 2011

La naturaleza de la realidad

Enseñanza del Maestro Sawaki

“Un poema del Shodoka de Yoka Daishi dice:

Cuando vemos la verdadera realidad, no existen ya los hombres ni la ley.

Al instante, nuestros actos más infames se destruyen.

Si utilizo mentiras para engañar a los hombres

Que caiga para siempre en el suplicio de la lengua arrancada.

La práctica del Budismo apunta a descubrirnos la verdadera realidad. Despierta de pronto en nosotros una necesidad imperiosa de saber a qué se parece. Ahora bien, el carácter verdadero de la realidad tiene por carácter único la ausencia de carácter. No es ni esto ni lo otro.

Todas las existencias del universo, todos los fenómenos sin excepción, son la verdadera naturaleza de la realidad. Está dicho en el Hannya Shingyô: "Todas las existencias están vacías de aspecto; no hay ni nacimiento, ni decrecimiento; ni mancha, ni pureza." Así es la realidad: sin belleza, sin suciedad, sin nacimiento, sin muerte.

Desde el punto de vista humano, podemos ver esta realidad. En nuestra época, los hombres, especialmente los intelectuales, esa gente acostumbrada a pasar exámenes y capaz de llenar un papel sobre no importa qué tema, intenta hacer correr su pluma para describirla, pero cuanto más lo intenta, más se sustrae de ella y lo que sale de su papel hace pensar en una minúscula pequeña caquita.

Es imposible para un ser humano ver la verdadera naturaleza de la realidad, por el hecho de que él es un ser humano. Nosotros, hombres, no podemos ver más que nuestro mundo de hombres. Un pez no ve más que su mundo de pez. Un ladrón ve ladrones por todas partes.

Uno me ha dicho que un magistrado decía con gusto: "en todo hombre veo un criminal." Decía sin duda la verdad. Este hombre se reconocía a sí mismo en las mentiras, por lo que es normal que piense en términos de culpabilidad.

Mirando el mundo con el ojo de Buda, todo es Buda. No hay más demonios. Todos los seres, sensibles y no sensibles, son la Vía: la hierba, el árbol, el país, el planeta, todo es Buda. Nuestro cuerpo tal como es, es Buda.

Cuando se venera a un Buda y se es anticuario, se empieza por estimar el valor del objeto: "¿Por cuantos miles de yen podré venderlo?"

A partir del momento en que se ve un Buda, se le pone una etiqueta. Por eso todos los Budas han desaparecido.

El hombre ordinario de nuestro mundo dirá que yo no soy un Buda, sino un hombre como los demás porque me mira con gafas de color de hombre ordinario. Cuando lleva gafas azules, ve el mundo en azul. Si tienen el color del deseo, no ve más en el mundo que objetos de deseo.

Por lo tanto, tenemos que comprender la Verdadera Realidad. Es necesario pero, como la Ley del hombre se opone, no es una tarea fácil. Aquí, todo es ilusión. De todo lo que se hace en el mundo, nada existe fuera de las ilusiones. Todo, sin excepción, es ilusión. Podemos decir que todo es karma.

Un hombre acaba de robar algo: tiene miedo y se escapa. Un policía se lanza en su persecución y mira a los paseantes preguntándose si el tipo que está delante de él es el ladrón. Por tanto, el perseguido y el perseguidor andar cada uno por un mundo diferente. He aquí porqué la verdadera realidad as tan difícil de aprehender.

Descubrir la verdadera naturaleza de la realidad, es abrazar de una sola mirada el panorama del universo. Cuando tenemos esta visión, hemos comprendido las enseñanzas del Buda.

Para contemplar el espectáculo del universo, no es necesario sacar el telescopio ni tampoco inclinarse sobre un microscopio. No vale la pena molestarse tanto. Basta con negarse a reconocer como verdaderas todas las ilusiones que nos ciegan. Hay que decirse "mis pensamientos son erróneos, este es falso, este otro también, todo es falso, yo lo niego." Si los alejamos todos, nada más existe en nosotros. Está escrito: "Cortando los lazos del karma, encontramos el apaciguamiento de todas las cosas. No pensamos más en términos de bien o de mal, no distinguimos más lo verdadero de lo falso."

Abreviando, tenemos una visión total e inmediata de lo real. Entonces basta con mirar por encima de nuestras gafas, o mejor, quitárselas.

Asir el universo de un vistazo no es un problema de cantidad sino de calidad. Incluso aunque se pudiera evaluar la distancia de los confines del universo en miles de años luz, más allá quedará todavía lo desconocido. En el Sutra del Loto, la duración del universo está estimada en quinientos ciclos cósmicos. Infinitamente grande o infinitamente pequeño, el mundo es ilimitado. El verdadero problema no es ni el tiempo ni el espacio, sino la esencia del universo.

Al no abrazar el universo de una sola mirada lloramos y reímos. Cuando la visión es total, no hay ni atracción, ni repulsión: las cosas son lo que son y nada más. Esto no es más que esto; aquello no es más que aquello. Las obras sociales cualesquiera que sean tienen como meta hacer el bien y cuando no proporcionan felicidad al beneficiario, no se comprenden.

De hecho, nos dirigimos al hombre que sufre por ser pobre y dándole caridad, aumentamos su humillación y le dejamos todavía más insatisfecho que antes. Siempre digo que tendríamos que mendigar a los pobres. El indigente pensara: "Todavía se me puede pedir alguna cosa" e instantáneamente, encontrará de nuevo su dignidad de hombre. Por esta razón Shakyamuni pedía la limosna al más miserable de los miserables. No somos pobres cuando damos. Prueba de ello es que un hombre rico tiene horror cuando se la da una limosna, pues se le quita su atributo, el dinero, sin el cual no existe. En este ejemplo hemos atrapado de una mirada la esencia del universo. Una mirada tan lúcida no se explica: es echar el vistazo.

Antiguamente, no había ni lentes para mirar el cielo, ni rayos X, ni microscopio. Nada de todo eso existía. Entonces había que valerse por si mismo, equiparse con ojos capaces de ver bien porque no podíamos ayudarnos de ningún instrumento. Entonces, un día, por primera vez, un ojo percibió la realidad en su totalidad.

Ese ojo, extraordinariamente agudo, se vio asimismo tan bien como a los otros. Penetraba la felicidad y también la desgracia. Mirando todas las cosas en este mundo con su ojo prodigioso, por primera vez le apareció un mundo donde no existía absolutamente nada.

Un día en las letrinas, un gusano cae sobre una placa de hielo. Mirando a este pobre gusano en peligro, un alma compasiva vino a socorrerle y le depositó en un lugar donde pudiera tener calor toda la noche. Al día siguiente, estaba muerto. Lo que para este hombre era la felicidad, no era la felicidad del gusano. Nos equivocamos al pensar que lo que hace la felicidad o la desgracia de los unos sirve también para los otros.

Hay que desarrollar el poder de nuestro ojo para ver de una sola mirada al pobre o al rico, al hombre o a la mujer. Cuando consideramos solo la felicidad de uno o de otro, no vemos nada. Cuando abrazamos todas las cosas de una sola mirada, dominamos el universo. De todas las formas, no se pueden hacer las cosas hasta la mitad, o pararse en el camino. No podemos quedarnos suspendidos en el aire. Hay que ir hasta el final y alcanzar la meta, el punto donde nos despertamos a la verdadera realidad.

Cuando vemos la verdadera realidad, no existen ni hombre ni Ley.

Está dicho en un poema: "Nacimiento y muerte van y vienen, verdad del hombre. Para él los cuatro elementos y los cinco agregados son indestructibles." Se considera por error que un nacimiento es un feliz acontecimiento. Pero se puede nacer deforme o idiota. Entonces, no hay que meter sistemáticamente un nacimiento en el cajón de las felicidades.
También la costumbre de decir que la muerte es un evento desgraciado. En verdad, tendremos que alegrarnos. El motor que produce nuestros sufrimientos ha dejado de girar. Mirás una mujer guapa, una pasión nace, mirás un buen plato, otra pasión surge. Se diga como se diga, es nuestro cuerpo el que las produce y el día en que desaparecen, deberíamos dar un soplido de alivio "¡Uff! por fin me liberé de mi cuerpo y de los sufrimientos de la vida!"

Constatamos a la vez la vacuidad del hombre y la vacuidad de la Ley. Ahora bien, la raíz de las ilusiones es donde reside la especificidad del hombre, su yo. Es decir que el punto de vista del hombre es subjetivo y personal. En otras palabras, no va más allá de la subjetividad humana, no está en continuo con el universo, está en continuo consigo mismo. Está escrito: "Abandonar las vistas del ego, abandonar también el dualismo del hombre vacío y de la Ley vacío." Cuando nos despertamos a la vacuidad de todas las cosas, el ego del hombre ya no existe. Nada más nos traba.

(Extraído de los comentarios de Kodo Sawaki sobre el Shodoka)


domingo, 4 de septiembre de 2011

Shobogenzo Kaiinzammai

KAIINZANMAI cap. 13 del Shobogenzo del Maestro Dogen


“El Samadhi de la huella en el mar”

Todas las imágenes se reflejan en un mar en calma. Es la más alta forma de interioridad.

Cuando este Samadhi aparece, todos los elementos aparecen. Cuerpo y mente no son independientes, están compuestos por todos los elementos. Este cuerpo y mente con todas sus pasiones es el mismo cuerpo y mente del desapego.

Toda existencia compuesta, todos los dharmas, son el vacío de la no sustancia. “Cuando el cuerpo y la mente emergen, todos los elementos entran en la existencia”, todo aparece y no puede ser percibido por separado.

Es cuando “uno mismo emerge”. Si trasciendes las discriminaciones y encuentras la unidad, tendrás un alto nivel de desapego y poseerás tu verdadera forma.

Cuando ello emerge, el tiempo emerge: esto es la existencia.

Nuestra real forma en esta totalidad, aclara las relaciones de la existencia y el tiempo.

La emergencia de nuestro propio cuerpo y mente es la aparición de todos los elementos en un todo unificado y funcional.

Le preguntó un monje al maestro Gento “¿Es el tiempo como aparecer y desaparecer, sin cambiar? y el contestó “¿Qué es aparecer o desaparecer?”. Para nosotros es un “sin cesar”, que significa entender el sin cesar del aparecer y el desaparecer como la vida de Buda.

Éste es un principio básico del camino budista. La vida y la muerte son la esencia de Buda; aparecer y desaparecer es el continuo ir y venir de la vida en el camino budista.

Cada una y todas las formas de existencia buscan seriamente la salvación de todos los seres sensibles y proclaman la verdad a través de su “incesante” ir y venir.

“Cuando los elementos desaparecen no podemos decir que nosotros desaparecemos”. Esto significa que la forma es destruida pero los elementos actualmente, quedan. Hay independencia de creación y destrucción. Todas las cosas aparecen en la unidad de los elementos. Cuando no están manchadas o corrompidas por nada lo llamamos “mente pura” o “Kaiinzanmai.

Es el nivel de la ecuanimidad.

Destrucción o desaparición, tiene muchos significados:

Representa el supremo e inalcanzable nirvana. La aniquilación de uno mismo, la alegría de entrar en el reposo total, desapego y una vida de paz y armonía. También significa muerte, pasar más allá de la vida. También la creencia de que la muerte es el completo final del cuerpo y que nada queda bajo ninguna forma.

Destrucción es nirvana. El pasado y la existencia futura son destruidas y sólo queda nirvana.

Todas las cosas tienen su propio aparecer y desaparecer, frente y espalda. Trascienden la relatividad y son absolutamente ellas mismas.

Cuando sólo hay práctica-iluminación, lo llamamos pureza original.

Este samadhi es la actualización y logro del Camino. Sin pensamientos de discriminación. La actualización del desapego en el mundo ilimitado, en el gran océano de la liberación.

Transcendiendo la relatividad estamos en el mar de Kaiinzanmai.

Es “la huella que no deja huella”, el sello de la luna reflejada en el agua sin sombra, la vuelta a la naturaleza original en los últimos pasos del camino budista.

Si aparece luz, se acepta como es y si es oscuridad, se recibe naturalmente.

Una cosa contiene una cosa. Todas las cosas contienen todas las cosas. Todas las cosas están contenidas en una cosa. Inseparables.

Cuando esto ocurre el significado de “envolver el universo entero”, emerge.

Esto es Kaiinzanmai.

Escrito en 1242 en Kannondori, Koshohorinji. Recopilado por Ejo en 1243.

sábado, 27 de agosto de 2011

Komyozo Zanmai por el Maestro Ejo

Koun Ejo 孤云懐奘 (1198-1280), fué discípulo y sucesor del Maestro Dogen


Komyozo Zanmai

El samadhi del granero de la gran sabiduría


Siento un profundo respeto, que nace desde lo más recóndito de mi compasión, por ustedes que continúan la práctica de zazen en el estado de espíritu que voy a describir:

Sin intentar obtener nada, sin ninguna meta; sin dejarse influir por vuestra inteligencia personal; sin mostrar suficiencia por la experiencia que han adquirido en el dojo.

Con toda la energía de vuestro cuerpo y de vuestro espíritu, penetren totalmente en komyozo, sin dar vuelta hacia atrás para mirar el tiempo. No busquen el satori. No escuchen los fenómenos ilusorios (mayoi).

No detesten los pensamientos que aparecen, tampoco los amen, y, sobre todo, no los mantengan. De todas maneras, sea lo que sea, deben practicar la gran postura sentada aquí y ahora. Si no mantienen los pensamientos, estos no vendrán por sí mismos. Abandónense a la espiración y dejen que la inspiración venga en un armonioso ir y venir, no hay más que un zafu vacío bajo el cielo, soportando el peso de una flama. Si no esperan nada de lo que hacen, si no consideran cosa alguna, pueden cortar con todo, solamente por zazen.

Aunque los ochenta y cuatro mil ilusiones vayan y vengan, si no les dan importancia, si pueden abandonarlos a sí mismos, en ese momento, de cada uno de ellos, de uno tras otro y de todos juntos, podrá surgir el maravilloso misterio del granero de la gran sabiduría.

No existe solamente el komyo del momento de zazen. También está aquel que, paso a paso, acto tras acto, os hacer ver progresivamente que cada fenómeno puede realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia propia y de vuestros pensamientos personales. Tal es la verdadera y auténtica certificación que existe sin molestar la manifestación de komyo.

Es el poder espiritual del no actuar de la luz que se ilumina por sí misma. Este komyo es originariamente no sustancia, no existencia. Por ello, aunque muchos Budas lo realicen en este mundo, no son de este mundo. Y, estando en el nirvana, no están en el nirvana.

En el instante de vuestro nacimiento, komyo no existía. En el de vuestra muerte, no desaparecerá.

Desde el punto de vista de Buda, no aumenta. Desde el punto de vista de los sentidos, no disminuye.

Así como cuando tienen ilusiones o dudas, no pueden hacer la pregunta correcta, cuando tienen el satori no pueden expresarlo. En ningún momento consideren nada con vuestra conciencia personal.

Durante las veinticuatro horas del día, mantengan la calma y la gran tranquilidad de los muertos. No piensen en nada por ustedes mismos.

Así, al practicar la espiración y la inspiración, vuestra naturaleza profunda y vuestra naturaleza sensitiva, inconsciente y naturalmente, serán no saber, no comprensión.

Entonces, todo podrá volverse naturalmente calmo, esplendor de komyo, en la unidad del espíritu y del cuerpo. Por eso, cuando lo llamamos, debería responder rápidamente.

Un solo y mismo komyo armoniza en un todo a la gente del satori y la de las ilusiones.

Así, aunque se muevan, este movimiento no debería perturbarlos. De esta forma el bosque, las flores, las briznas de hierba, los animales, los seres humanos, todos los fenómenos (ya sean largos, cortos, cuadrados o redondos) podrán realizarse inmediata, automática, independientemente de vuestra inteligencia propia y de la acción personal de vuestro pensamiento.

No se apegen ni a las ropas ni al alimento ni a la casa. No sucumban al deseo sensual o al apego del amor que son prácticas animales. Inútil interrogar a los demás sobre komyo, pues su komyo no tiene utilidad alguna para ustedes.

En el origen, este samadhi es el santo dojo, el océano de todos los Budas. Es entonces el más grande y el más santo de todos los asientos transmitidos directamente de Buda en Buda a través de la santa práctica universal. Puesto que ahora son discípulos de Buda, deben hacer zazen tranquilamente en su asiento.

No se sienten en el zafú infernal, el zafú gaki, animal o asura, ni tampoco en el de los shomon o de los engaku. Practiquen solamente shikantaza. No pierdan el tiempo. Es lo que se llama el auténtico espíritu del dojo, el verdadero komyo samadhi, el maravilloso y espléndido satori.

Este texto sólo debe ser leído por los verdaderos discípulos del Maestro Dogen, aquellos que están autorizados a entrar en su habitación.

Lo he escrito para mis compañeros de zazen, para que no haya puntos de vista erróneos, para perfeccionarme a mí mismo y para educar a los demás.

Escrito por Ejo, bajo el reinado del emperador Gouta. Con el más profundo respeto, en el templo Eihei-ji el 28 de agosto de 1278.


martes, 23 de agosto de 2011

U-JI “Ser-Tiempo” del Maestro Dogen


U-JI “Ser-Tiempo”

La manera en que uno mismo se forma es la forma del universo entero. Cada cosa en el mundo es un "momento del tiempo" (ji-ji: tiempo-tiempo). Las cosas no se obstruyen entre sí, los momentos del tiempo nunca son un obstáculo el uno para el otro. Hay mentes hechas en el mismo momento del tiempo y hay momentos del tiempo en los que la misma mente se hace. Lo mismo sucede con la práctica y la realización. Es así como uno mismo formándose a sí mismo se ve a sí mismo. He ahí el entendimiento de que uno mismo no es más que tiempo.

U-Ji Significa que el tiempo está siendo “Tiempo es existencia, existencia es tiempo”.

El mundo entero está incluido en ustedes. Éste es el principio: “nosotros mismos somos tiempo”. Cada instante abarca el mundo entero, si comprendemos esto, será el comienzo de la práctica e iluminación.

Cuando logramos este nivel, tenemos clara comprensión del significado de cada una de las prácticas. Una brizna de hierba, cualquier objeto, cada cosa viviente, es inseparable del tiempo. El tiempo incluye todos los seres y todos los mundos.

Si piensan que el tiempo es un fenómeno pasajero nunca comprenderán U-JI.

El asunto central es: todos los seres en el mundo entero están relacionados con los demás y nunca están separados del tiempo. Puesto que somos tiempo que está siendo, práctica es iluminación, también.

La dificultosa tarea de enseñar a otros es U-JI, el tiempo siendo. (existencia-tiempo o ser-tiempo)

Puesto que el pensamiento de las personas no iluminadas no está basado en la propia comprensión de U-JI, no pueden descubrir la verdadera naturaleza, que está dentro de cada uno (aunque no nos demos cuenta).

La ignorancia de este dharma les provoca la transmigración.

Mucha gente piensa, que el tiempo está pasando, sin darse cuenta de que se trata de un aspecto de lo que en realidad es no-pasando.

No darse cuenta también es estar siendo. Ambos, realización e ignorancia, están contenidos en U-JI, ser-tiempo (o existencia-tiempo).

Si no lo comprenden, nunca se desatarán verdaderamente. Es muy difícil tener una real comprensión de uno mismo, porque la autoconcepción cambia continuamente y se descubre más y más sobre el verdadero uno mismo.

Si tienen completa comprensión, incluso de ideas, sobre la libertad de la iluminación o del grado de liberación, serán provisorias e ilusorias. U-JI no depende de ideas. El continuo de la existencia es el mundo entero actuando a través de sí mismo. La continuada existencia de la primavera, es la primavera.

Un día el maestro Zen Kisei, descendiente de Rinzai, dijo a sus monjes: “A veces la mente sobrepasa a las palabras. A veces las palabras sobrepasan a la mente. A veces mente y palabras se sobrepasan a sí mismas. A veces no se sobrepasan a sí mismas”.

Mente y palabras son existencia-tiempo. Sobrepasar y no sobrepasar también son existencia-tiempo. El Tiempo que viene, no viene; el tiempo que no viene también viene. Venir y no venir sólo pueden pensarse desde el venir y no venir. El pensar de la mente es sólo mente y las palabras sólo palabras. Ésta es función del ser-tiempo. “Mente y palabras, van y vienen, ni van ni vienen; esto también es existencia-tiempo”

La razón por la cual no comprenden el sendero del tiempo es porque consideran que el tiempo no hace más que pasar.

En suma, los seres de todos los universos, aún siguiéndose los unos a los otros, en realidad no son más que momentos de un mismo tiempo. Y puesto que todos los momentos son ser-tiempo, vos sos ser-tiempo.

Ser-tiempo tiene el don de la regeneración: hoy regenera el mañana, hoy regenera el ayer, hoy regenera hoy, mañana regenera mañana. Porque la regeneración es el don del tiempo, no puede haber acumulación de los tiempos antiguos y de los tiempos presentes. Seigen es tiempo también. Obaku también es tiempo,

El caballo y la oveja, en orden de sucesión en el mundo son ahora lo que son, en su condición de dharma que aparece y desaparece. La rata también es tiempo. El tigre también es tiempo. La vida también es tiempo. El Buda también es tiempo.

Cuando el universo es el universo entero, entonces lo impecable se actualiza y se hace evidente. Cuando el cuerpo dorado de Buda es el cuerpo dorado de Buda, entonces la motivación, la práctica, la sabiduría y el nirvana se nos revelan. Esto es el ser. Esto es el tiempo.

El tiempo entero es el tiempo completo. A parte de esto, no se podrá encontrar otro dharma, otra manifestación, otro fenómeno.

Puesto que todo dharma de más, está de más, aún el ser-tiempo de una semi-impecabilidad es semi-impecablemente ser-tiempo. Aún lo que aparece como mitad impecable es, de hecho, tiempo completo. Aún más: desde un punto de vista fundamental, aunque la mitad se revele tarde o temprano, no se trata de otra cosa que del momento oportuno (juhoi) del ser-tiempo. Todo dharma se encuentra en su propia condición, repleto de vida, repleto de energía.

No se dejen perturbar por la nada. No pretendan hacer de esta nada un ser.

Si creen que el tiempo no hace más que pasar, entonces todavía no entienden que el tiempo nunca llega ni nunca se aparta. Y aunque entender es tiempo, que entiendan el tiempo o no, nada tiene que ver con el tiempo. No viendo del tiempo más que su ir y venir, la bestia no puede tener la experiencia del ser-tiempo en un momento justo (juhoi), y menos aún traspasar la barrera.

¿Pero quién, luego de haber entendido lo propio y lo justo de cada momento (de cada dharma), podría hablar de eso (immo), de cada momento? Y aún si alguien ha entendido, y después de mucho tiempo, pudiera hablar de eso, seguiría buscando como si buscara su rostro original en medio de la oscuridad.

Si ustedes se atienen a lo que la gente común piensa del ser-tiempo, entonces el despertar~nirvana no sería más que el ir y venir del ser-tiempo. Absolutamente ninguna trampa, ni redes algunas, pueden impedir la aparición (senjo) del ser-tiempo.

Apareciendo ya sea a la derecha, apareciendo ya sea a la izquierda, los reinos celestes y los seres celestes son la combustión total (jinriki). Pero además, como si esto fuera poco, todo ser-tiempo vivo entre las aguas y sobre la tierra, aparece en virtud de mi combustión total en este preciso momento.

Las especies y las criaturas diversas que son ser-tiempo en los reinos de yin y de yang aparecen todos gracias a mi combustión total, a la regeneración de esa misma combustión. Hablando de regeneración no crean que se trata de cualquier cosa que, como el viento y la lluvia, pasa del este al oeste. El universo no está ni en movimiento ni en reposo, ni progresando ni en regreso. El universo es pura regeneración.

La regeneración es como la primavera. La primavera tiene muchas caras. A esto se le llama regeneración. Hay que entender que la regeneración se regenera sin ningún soporte externo. Por ejemplo, la regeneración de la primavera invariablemente regenera la primavera. Aunque la regeneración en cuanto tal no sea necesariamente la primavera, puesto que se trata aquí de la regeneración de la primavera, la regeneración de la primavera alcanza ahora el despertar justo en la primavera. Estudien esto con todo detenimiento.

Hablando de regeneración, si ustedes piensan que las condiciones de regeneración existen fuera de ustedes mismos, que el "yo" de la regeneración por sí mismo le da la cara al Este, atravesando los cientos de miles de mundos y los cientos de miles de kalpas, esto significa que no se dedican lo suficiente a la práctica del Dharma de Buda.

Escrito en Koshohorinji, 1240.


sábado, 16 de julio de 2011

El mundo brillante

Por el Maestro Kodo Sawaki

Visto bajo este ángulo, la ignorancia es un caso de ceguera de sí mismo. Sobre esta vía, toda la vida es ciega. Nos oscurecemos vida tras vida. Los que de esta forma avanzan siempre hacia la oscuridad son llamados seres ignorantes. Para Buda no hay ignorancia. Para los seres ignorantes no hay naturaleza de Buda. Esto es un hecho. Incluso cuando se prosterna delante de un Buda un ser ignorante pensará: "¿Valdrá caro este Buda?", o ¿Cuánto me costará este Buda si lo compro?." Sea como sea, el Buda no responde. Desde su punto de vista no hay seres ignorantes. El Buda dice: "Están bien, exactamente como son."

Los seres ignorantes están llenos de complejos. Ellos no lo creen pero el Buda repite: "Están muy bien como están." Si son servidores, sean servidores, está muy bien. Sus padres les han permitido nacer, fueron a la escuela y ahora ganan treinta yens por mes. Tal como están obtendrán el satori. Yo lo sé con toda certeza, dice Buda. Pero el ser ignorante persiste en decir: "No valgo nada." Es lo que se llama "ser hijo de millonario y vivir en la miseria." A pesar de que había nacido en una familia de millonarios, el hijo huye pensando que lejos estará mejor, y se pone a vagar en busca de esta mejora. Esto es profanarse a sí mismo. La ignorancia es profanarse a sí mismo pensando: "Si hay algo mejor fuera de mí, entonces yo no valgo nada." Pero el ego es uno y está bien tal como es. Para el cuerpo es lo mismo. Si el moco les cuelga de la nariz, es perfecto así como está. Desde el punto de vista de Buda, está bien, pero desde el punto de vista de los seres ignorantes, es la ignorancia.

Tenemos aquí un penique. Por lo que respecta a su utilización, que esté en poder de Buda o de un ser ignorante, es siempre un penique. El penique no cambia. Pero si Ishikawa Goemon lo hubiera recibido, entonces hubiese cambiado su uso. Se dice que un estafador tan ingenioso como él, con un céntimo era capaz de comprar un caramelo, utilizarlo de mala manera y volverse rico. En el bolsillo de Goemon, un penique se convertía en la primera pieza que le traía la fortuna. Un ser ignorante compraría el caramelo y ¡Glup!, se lo tragaría de golpe. Si una persona de gran piedad filial compra el mismo caramelo, ¿Qué uso haría de él? En la utilización del mismo penique, aparecen diferencias en las personas.

El común de los mortales consagra cada jornada al servicio de la ilusión, es decir, dentro de la confusión. Pasan el día en lugares oscuros. En la parte oscura de la ciudad se ven a menudo pasar jóvenes fantasmagóricas con rostros seductores. Pero si ellas son seductoras, yo no lo soy; pero un hombre más guapo sería devorado por estas criaturas. Y no encontrará su libertad más que cuando su billetera esté vacía. De esta forma pasamos nuestros días en un mundo semi-muerto lleno de ilusiones oscuras. Una jornada es dilapidada en vano. Un solo y mismo día, según el uso que se haga de él, puede volverse diversos mundos vivientes, mundos muertos, mundos totalmente negros, mundos en torbellino o mundos en naufragio.

La "Gran Rueda de la Ley" es creada por la "Rueda del Tesoro" que rueda pacificando las cosas en un mundo ideal. La Rueda del Tesoro rueda pesadamente por toda la región donde vive el Cakravartin y lo mismo nivela las altas montañas de la región que pacifica a todos los enemigos. Decimos enemigos, pero no estamos hablando de enemigos armados de flechas y espadas. El enemigo al que ella reduce a polvo se llama ignorancia. En otros términos, ella se desplaza poco a poco hacia un mundo brillante. Tal es la Gran Rueda de la Ley.

En consecuencia, donde se encuentra la Gran Rueda de la Ley, hay un lugar brillante. Sin embargo, en cualquier parte donde se encuentra un ser ignorante hay un lugar oscuro. Aunque se tenga dinero, se está a oscuras; aunque se sea pobre, se está a oscuras. No se puede ir hacia un lugar luminoso. Aunque se estudie, se está en sombras; se estudia en lo negro. Si no se estudia en absoluto, se ensombrece uno todavía más. Si se come, se come demasiado; y si se bebe vino, se bebe demasiado. Es una sola cosa, pero de esa manera, hay una diferencia. Así, incluso en la utilización de un penique aparecen diferencias de persona.

Es lo mismo con un objeto o un período de tiempo. Para obtener el satori, cualquier momento es bueno... . En la práctica budista no hay ni buen ni mal día. Desde el punto de vista de Buda, cualquier día es un buen día. De ahí el dicho: "Cada día es un buen día." Puede ser un día de gato o un día de elefante, pero no es un mal día. Por el contrario, para los seres ignorantes, incluso el día que obtienen algo es un día de mala suerte. Si un hombre que no tiene nada obtiene algo, pasará todo el día jugando y acabará por derrocharlo totalmente. Pensará: "Bueno, ahora ya tengo para comer; dejemos el trabajo para más tarde."

Durante la guerra ruso-japonesa, un hombre oyó decir que iba a recibir la medalla militar de la Orden del Ciervo Volante de Oro. Entonces pidió prestada una gruesa suma de dinero prometiendo devolverla cuando cobrara su pensión. Pasa el tiempo y dilapida el montante de su pensión y de su indemnización en lugares sombríos. Gastada en lugares brillantes o en lugares sombríos, es siempre la misma pensión. Contando con esta pensión, se endeudó todo lo que pudo. Contando con la medalla militar, pasa las tardes con las geishas. De esta manera su hogar conoció la desgracia y él no pudo reembolsar sus deudas. Hubiera podido utilizar este dinero en un lugar brillante, para la salud de su país, para el dharma o para la sociedad. La diferencia reside entonces en la dirección que se le da a un solo y mismo objeto.

En el capítulo Bussho del Shobogenzo está escrito: "No existe un momento que no sea el bueno, no existe un momento en que la naturaleza de Buda no se manifieste justo ante nuestros ojos." En verdad, estas pocas palabras bastan para incluirlo todo. Se puede ir a hacer camping y comer anguilas a la brasa, o bien se puede venir a hacer zazen y comer avena y arroz. Se puede comer una parca sopa de arroz y quejarse; se puede comer una parca sopa de arroz y estar alegre.

Un poeta de haiku estaba muy enfermo desde hacía largo tiempo. Primero decía que era bueno estar fuerte y miserable estar enfermo; pero él cultivaba cada vez más el arte del haiku y su salud mental mejoró. Un día se puso a cantar: "¡Oh, esto es más de lo que merezco! ¡Más de lo que merezco! Hoy, todavía puedo recibir con reconocimiento esta sopa de arroz, y contemplar las flores. ¡Esposa, voy a vivir mucho tiempo!." Pero también decía: "¡Oh, maldición, maldición! Hoy de nuevo estoy obligado a tragar este resto de arroz que me devuelve la salud; y esas flores tan lozanas... me vuelven loco. ¡Esposa, así no merece la pena vivir!." En la misma situación, el mismo momento, las mismas cosas, podemos dar pruebas de reconocimiento o quejarnos.

Incluso nosotros, monjes, nos quejamos a veces. Algunos decidieron hacerse monje porque su padre había muerto prematuramente. Es lastimoso. Algunos no pueden ni siquiera comer una sardina en público. Yo pienso que eso es lamentable, y lo es.

Pero con seguridad, el deber de los hombres no se limita a comer. Más valdría que se consagraran al dharma y que pensaran: "¡Qué feliz destino!, verdaderamente no me merezco este buen karma que hace de mí un monje y me permite buscar el dharma. Muchos son los que no lo pueden hacer porque no son monjes." Ante la misma situación, pues, uno se puede lamentar o alegrarse.

La naturaleza de Buda depende de la persona. Si Buda obtiene el satori y mira a su alrededor, todo es ignorancia. Si un ser ignorante mira alrededor de sí, todo y cada cosa es ignorancia. No es que una cosa específica llamada ignorancia tenga una existencia distinta.

Tal es el principio que subyace en la afirmación "La verdadera naturaleza de la ignorancia es la naturaleza de Buda."



miércoles, 6 de julio de 2011

observa tu espíritu

Por el Maestro Kodo Sawaki

Durante zazen surgen las ilusiones, los bonno (monen).
La mayoría de la gente piensa que zazen es poner fin a las ilusiones, a los pensamientos. Es un error. Durante zazen a veces aparecen los pensamientos, los bonno, y a veces no aparecen. Cuando uno duerme, los pensamientos no aparecen. Cuando se duerme en zazen no se piensa para nada.

El shikantaza del Maestro Dogen es la observación de nuestro verdadero aspecto, particularmente el perfil de nuestras ilusiones, de nuestros malos aspectos, parecido a las burbujas flotantes que hacen los cangrejos.

Extraido de: "El Dharma de Kodo sin hogar", para descargar el archivo completo en formato PDF, cliquea aqui.

lunes, 4 de julio de 2011

Parálisis grupal


por Kodo Sawaki Roshi

Cuando una persona está sola no es tan mala, cuando se forma un grupo se produce la parálisis, y la gente se vuelve tan confusa que ya no puede distinguir lo que es correcto o incorrecto.

Algunas personas llegan a una situación de grupo a propósito, sólo para experimentar la parálisis grupal, incluso pagando una cuota.

A menudo la gente hace publicidad para juntar gente con algún objetivo político o espiritual y sólo crear parálisis de grupo.

Los practicantes de zazen mantienen cierta distancia de la sociedad, no para escapar de ella sino para evitar la parálisis.

Comentarios de su discípulo Uchiyama Roshi:

En el budismo el problema del engaño se menciona a menudo. La importancia de las diversas formas de engaño a cambiado de un período a otro. Antiguamente en la India se pensaba que el mayor engaño era el sexo, así que todos los practicantes se esforzaban por reprimir sus deseos sexuales.

Dogen Zenji dijo: “El apego a la fama es peor que violar alguno de los preceptos”. ÉL consideraba que perseguir la fama y las riquezas era la peor forma de ignorancia, porque en esa época muchos monjes competían por el nombre y la posición.

Los practicantes deben ser conscientes del engaño del deseo sexual y de perseguir fama y riqueza.

Pero con el término “parálisis grupal” Kodo Sawaki señala una ilusión muy importante de los tiempos modernos. Hoy en día la gente vive sus vidas dependiendo de grupos, organizaciones e instituciones, y simplemente se dejan llevar sin crear verdaderas raíces.

El budismo es la práctica del despertar de todas las formas de engaño, abriendo los claros ojos del verdadero yo.


jueves, 30 de junio de 2011

SHÔJI La vida y la muerte

Cap. 91 del Shobogenzo del Maestro Dogen

Shoji (vida y muerte)

Si Buda está en la vida y en la muerte, no hay vida ni muerte.

Por otra parte, si no hay Buda en la vida y en la muerte, no vivimos engañados por la vida ni por la muerte.

Estas, son expresiones de Chia-Shan (Kassan) y Ting-Shan (Jozan), dos maestros Zen que caminaron la Vía, por eso, sus palabras no deben ser escuchadas sin cuidado ni atención.

Su significado debe entenderse claramente por todos aquellos que quisieran librarse de la vida y la muerte. Si buscan a Buda fuera de la vida y la muerte, es como dirigir el carro hacia el Norte para ir al Sur, o mirar hacia el Sur para ver la Estrella Polar.

Acumularás las causas de la vida y la muerte cada vez más y más, y perderás el camino hacia la liberación. Si entendés que la vida y la muerte, en sí mismas, son Nirvana, no hay necesidad de evitar la vida y la muerte para buscar el Nirvana. Entonces, por primera vez, tendrás la posibilidad de liberarte de la vida y de la muerte.

No caigas en el error de pensar que hay un cambio de la vida a la muerte. La vida es una posición en el tiempo, y ya tiene su antes y su después. Por eso, en el budismo se dice que la vida en sí misma es no-vida. La muerte también es una posición en el tiempo, tiene su antes y su después. Por eso se dice que la muerte en sí misma es no-muerte.

Cuando se la llama vida, no hay nada más que vida. Cuando se la llama muerte, no hay nada más que muerte. Si la vida viene, eso es vida. Si la muerte viene, eso es muerte. No hay razón para intentar escapar de ellas, y tampoco hay razón para aferrarse a ellas.

Esta vida y muerte es la vida de Buda.

Si intentás alejarte de ellas, perdés la vida de Buda. Si te aferrás a ellas, también perderás la vida de Buda, y entorpecerás la actividad de Buda. Cuando ni negás ni buscás, entonces manifestás la mente de Buda. Pero no intentes medir esto con tu mente. No intentes explicarlo con tus propias palabras. Cuando te desprendes de tu cuerpo y mente y los olvidás completamente, cuando te entregás completamente a la morada de Buda, entonces, todo se hará por parte de Buda, solo tendrás que seguir y dejarte llevar, sin esfuerzo ni ansiedad, te liberarás del sufrimiento de la vida y serás Buda. Si entendes esto no dura el apego.

¿Cómo podés tener obstáculos en la mente?

Hay una forma muy sencilla de ser Buda. No hagas ningún mal. No trates de aferrarte a la vida y a la muerte, con gran compasión, trabaja para todos los seres. Respeta a los ancianos y simpatiza con los jóvenes. Cuando ni evitás las cosas, ni las buscás, cuando ni pensás en ellas ni te preocupás – entonces serás llamado Buda. No busqués nada más.

Dogen Zenji



martes, 28 de junio de 2011

Enseñanza de Kodo Sawaki

Kodo Sawaki Roshi (1880-1965)

El problema empieza con la educación en la escuela: la gente aprueba exámenes, suma puntos, obtiene notas y números. ¡Que estúpido! ¿Qué es una buena persona? ¿Qué es una mala persona? ¿Los buenos son buenos estudiantes? ¿Los malos son malos estudiantes? ¿Y qué pasa con todos esos idiotas que son buenos estudiantes?

El que queda último se frustra y dice “es dura la vida", y se pasa el resto de sus días quejándose, lleno de odio y malhumor y efectivamente, de esta manera su vida es dura.

"Hoy en día, las escuelas parecen funcionar como fábricas de seres humanos cuyo objetivo es aumentar el precio de estos “productos humanos”. Se va la escuela primaria para luego acceder a la escuela secundaria, y de ahí a un buen instituto para entrar finalmente en la Universidad. Y vas a la Universidad para conseguir un buen trabajo. Igual que un producto en la cadena de montaje de una fábrica, que finalmente será vendido para su consumo.
Me parece que lo que sucede en la calle actualmente es que los jóvenes protestan contra esta “producción en masa de seres humanos”, pero decir que la vida es dura y luego llevar una vida que realmente es dura, es un problema aún más grande".(Uchiyama Kôshô Rôshi)

Originalmente estudiar significaba descubrir nuestra propia vida.
Hoy en día estudiar solo sirve para conseguir un título que te permita encontrar trabajo.

Debido a que los modernos grupos religiosos tienden a desarrollarse en gran escala, muchas personas tarde o temprano creen que estas instituciones representan la verdadera religión.

Un gran número de creyentes no hace a una verdadera religión. Si un gran número es bueno, entonces si es por eso, el número de gente ordinaria en el mundo es inmenso. Las personas a menudo tratan de hacer las cosas mediante la formación de grupos y superar en número a la oposición. Pero se vuelven estúpidos de esta manera. La formación de un partido es un buen ejemplo de la parálisis grupal.

La práctica de zazen es dejar de estar en la parálisis de grupo y convertirse en el yo que es sólo el propio yo.

Después de hacer esfuerzos, devanándose los sesos tan intensamente como sea posible, la gente de hoy en día cae en un punto muerto. Los seres humanos somos idiotas. Nos instalamos como hombres sabios y luego, hacemos tonterías.

A pesar de los avances científicos, los seres humanos no han llegado a la grandeza.

Desde los albores de la historia, los seres humanos han luchado constantemente con los demás. No importa cuan grande o pequeña es una guerra, la causa es nuestra mente, que tiene tendencia a hacernos refunfuñar unos a otros.

No hay que olvidar que la cultura científica moderna se ha desarrollado en el nivel más bajo de nuestra conciencia.

La palabra "civilización" esta siempre en boca de todo el mundo. Pero la civilización y la cultura no son más que la elaboración colectiva de los deseos ilusorios. No importa cuántas arrugas en el cerebro tengan tus deseos ilusorios, desde el punto de vista del budismo, nunca producirán un avance significativo para los seres humanos
La palabra "avance" está en boca de todo el mundo, pero ¿en qué dirección vamos?

Extraña criatura el ser humano, buscando siempre a tientas en la oscuridad con una mirada inteligente.

Los seres humanos se esfuerzan sólo para evitar el aburrimiento.

Un montón de cosas en este mundo te atraen. Pero una vez que las haces, o las posees, ya no valen nada.

Hay gente que nunca encuentran su propio camino en la vida.


miércoles, 22 de junio de 2011

El universo entero no es más que conciencia despierta


Por Kodo Sawaki Roshi


Todo en esta vida lo hemos recibido de regalo, en realidad no nos falta nada. ¿Qué más podríamos desear? Y este hecho ni lo destacamos ni tampoco nos oprime en lo más mínimo. Esto quiere decir que ahí no hay nada: la vida no sabe de pérdidas ni de ganancias. No se puede medir, no tiene una forma fija.

¿De dónde viene esta respiración? ¿De dónde viene la repentina ira en tu estómago? ¿De dónde viene ese enamoramiento tuyo? Por mucho que busques, no encuentras respuesta.

Es lo mismo con los fuegos artificiales: basta con contemplarlos, ahí no hay muchas preguntas que hacerse. Esto es también aplicable al satori: ahí no hay nada, arde igual que los fuegos artificiales. Lo que permanece no es satori ni ilusión, sino sólo el mundo más allá del satori y la ilusión, más allá de lo “bueno” y lo “malo”.

Te rompes la cabeza buscando la manera más rápida de llegar del punto X al punto Y. La respuesta de la práctica de shikatanza (solo sentarse) consiste simplemente en regresar al punto en el que esas ideas no cuentan. Sentado en zazen no hay ni rico ni pobre, ni hábil ni torpe. Se trata de regresar a ese punto y simplemente sentarse con firmeza en el suelo.

¿Crees que el dinero es la causa de tus ilusiones? No, el dinero no tiene intenciones. Y tampoco es culpa del perfume que vuelvas la cabeza para mirar a una chica. Si prescindis de tus intenciones, no hay nada ahí.

Los cipreses se realizan como cipreses, la montaña se realiza como montaña. Sólo la gente se rompe la cabeza pensando cuánto puede costar eso.

La nariz percibe el olor del asado y eso es todo. Tus ojos ven una chica guapa y eso es todo. Mientras no adoptes la perspectiva de tus apetitos humanos, no hay nada ahí. Deja simplemente que las cosas sean tal como son.

“El pájaro canta, la flor brota por sí mismos, de forma natural”. No se les ocurren cosas como: “Ahora voy a impresionar a Sawaki con este trino”. O “¿No tenes ojos en la cara? ¿No ves con qué primor florezco?”. El pájaro canta sin más, la flor se abre sin más. De esta manera se realizan ellos mismos, como ellos mismos, por sí mismos.

Las diez mil cosas permanecen totalmente serenas. Incluso cuando el viento sopla y agita las flores. Y cuando llueve y tu preciado traje se moja, tú eres el único que se irrita, la lluvia se mantiene tranquila.

La gente dice que Sawaki tiene una gran nariz, pero mi nariz nunca ha dicho eso de sí misma ni se ha preocupado jamás por ello. Es grande y calla. Es igual con el resto de las cosas: son como son, sin pensar en ello. Llevado a la práctica esto significa zazen.

Las cosas no dicen: “¡Soy una soberbia pieza de cerámica!”. O: “Sólo soy un jarrón barato...”. Las cosas callan, pues carecen de verdadera sustancia.

Todas las cosas son en realidad como son: la montaña, una montaña; el río, un río; la ventana, una ventana. Y si contemplas detenidamente las diez mil cosas, verás que, tal como son, son el cuerpo del Buda. Sólo que ellas nunca han tenido conciencia de ser Buda iluminado, desde siempre se les cayó esa venda.

La Vía del Buda es el mundo en el que no hay cosas tales como el satori. En ese mundo no hay enemigos ni aliados, ni nada por lo que luchar. Por eso la gente dice que el Budismo es “aburridísimo”.

La sabiduría es diferente de la inteligencia. Quien es inteligente se coloca en el término medio, pero la sabiduría consiste en comprender que no existe tal punto medio. No hay ningún yo. Por eso los sabios no se ocupan de sí mismos. El sabio no busca la liberación para sí solo.

Cuando te tiras un pedo, apesta. ¿Qué es verdad sino eso? No hay nada en el espacio y el tiempo que no sea expresión de esta verdad. ¿Es lo blanco mejor que lo negro? ¡Quién puede decidirlo! Del mismo modo, todas las cosas expresan el Dharma, sin que unas sean mejores que otras.

La luz cósmica lo penetra todo, no hay rincón que no ilumine. Siempre que parece que una cosa existe y otra no, o que una cosa surge mientras que otra perece, no es más que la luminosidad de la luz cósmica. Por eso no hay nada que tomar ni que dar. Pues el tomar y el dar mismos son esa luminosidad.

Cuando no observes el mundo perecedero con desprecio –esto es, cuando pongas en práctica el no-pensamiento–, entonces quizás adviertas que todo en el universo entero no es sino conciencia despierta. Eso quiere decir que el suelo sobre el que ahora te sostienes ha de ser el paraíso y que en cada instante has de entregarte por completo a la tarea que te ocupe en ese momento.

La Vía del Buda es realidad cósmica, la verdad de la gran naturaleza. Por eso todos los fenómenos son expresión de la Vía del Buda.

Todos los fenómenos son manifestaciones del Buda, eso es satori.

Buda significa el universo tal como es desde el principio. El universo es un único mandala, un enorme altar del Buda. Todo lo que ves es parte del mandala cósmico, todo lo que oyes es un mantra cósmico.

Lo que llamamos “Buda” o “Vía” adopta cualquier forma; es como un material que se puede procesar y convertir en cualquier cosa. Podemos también dibujarlo sobre el papel con figura de demonio o de serpiente, pero de esa manera le estamos dando una forma fija.

Nuestra práctica ha de consistir en conservar esta mente, como Buda que es, fresca y viva.

Todo es la Vía del Buda

No hay nada que no sea la Vía del Buda. No debemos reducirla a un texto que recitar. La Vía del Buda no puede convertirse en un concepto trillado, ha de ser nueva en cada instante.

Extraído del libro del Maestro Kodo Sawaki: "El zen es la mayor patraña de todos los tiempos"


"A vos" (to you): recopilación de conferencias y enseñanzas. Por el Maestro Sawaki. Para descargar el texto en PDF, cliquea aqui.