lunes, 30 de mayo de 2011

El canto de la choza con techo de paja

Sekito Kisen (Shitou Xiqian) 700-790

Es el 8º patriarca de la transmisión zen (ch´an) en China. Fue discípulo de Seigen Gyoshi (Qingyuan Xingsi), el cual era a su vez discípulo del 6º Patriarca Eno (Huineng), de hecho, llegó a conocerlo cuando era muy joven.
Fue contemporáneo del gran maestro Baso, que era discípulo de Nangaku, (el otro sucesor de Eno).

Sekito es el autor del San do kai (La esencia y los fenómenos se interpenetran), pero también compuso un poema muy famoso: “Canto de la choza con techo de paja”, que refleja el aspecto solitario de la práctica de zazen.
Se caracterizó por su inteligencia y serenidad.
Se dice que murió en la postura de zazen. Su cuerpo momificado aún se conserva.

El canto de la choza con techo de paja

He construido una choza de paja en la que no hay nada de valor.
Después de comer me relajo y me echo un sueñito.
Cuando la choza quedó terminada, aparecieron las malas hierbas.
Ahora se han instalado y lo cubren todo.
El hombre vive apaciblemente en la ermita,
Sin trabas ni interiores ni exteriores.

No quiere vivir donde vive la gente vulgar
No le gusta lo que le gusta a la gente vulgar.
A pesar de que la choza sea pequeña, contiene todo el universo.
En diez pies cuadrados un viejo ilumina las formas y su esencia.
Un bodhisattva del Gran Vehiculo tiene fe absoluta.
Los hombres vulgares no pueden dejar de dudar:
¿Esta choza perecerá o no?
Perecedera o no, el maestro original está presente
Y no reside ni en el norte ni en el sur ni en el este ni en el oeste.
Enraizado en la perseverancia, esto no puede superarse.

Un ventana brillando sobre los pinos verdes no puede compararse
Ni a los palacios de jade ni a las torres de plata dorada.
Permanecer sentado con la cabeza cubierta, todo permanece en reposo.
Ahí, este monje de las montañas no comprende nada de nada.
Vive allí donde está y ya no hace esfuerzos para liberarse.

¿Quién podría con orgullo disponer de puestos para seducir a discípulos?
Dirijan vuestra luz hacia el interior y den media vuelta.
No se puede ni afrontar ni evitar la fuente infinita e inconcebible.
Vayan a ver a los viejos maestros y sean íntimos con su enseñanza.
Trencen las hierbas para construir una choza y no renuncien nunca.
Dejen pasar los siglos y relájense completamente.
Abran las manos y anden inocentemente.

Los miles de mundos y la infinitud de los conceptos existen
Solo para liberarlos de vuestras trabas.
Si quieren conocer lo inmortal bajo la choza,
Aquí y ahora no escapen de este saco de huesos.


martes, 24 de mayo de 2011

Zazen yoyinki


"Recomendaciones para la práctica de zazen", escrito por el Maestro Keizan Jokin


Zazen Yoyinki


Parte 2


Deben extender un cuadrado espeso, con este la sentada será tranquila y alegre.

El lugar de la Vía debe estar limpio. Si allí quemamos constantemente incienso y ofrecemos flores, los buenos espíritus protectores del Dharma lo protegerán. Si colocamos imágenes de budas, de bodhisattvas o de arhats, los demonios y espíritus maléficos no molestarán.

Permaneciendo constantemente en la gran compasión y la gran piedad, dediquen los méritos infinitos de este zazen a todos los seres.


No conciban arrogancia, suficiencia o intransigencia que son lo típico de los herejes y de la gente ordinaria.

Si nos acordamos de que, por decisión, debemos de cortar las pasiones y realizar el Despertar, sólo sentarse, sin hacer nada, resulta el método esencial.

Siempre deben lavarse los ojos y los pies. Una vez el cuerpo y la mente cómodos, las actitudes majestuosas deberán ser apropiadas.


Deben abandonar los sentimientos mundanos y no apegarse a los sentimientos de la Vía. Aunque no debamos ser avaros con el Dharma, hablen de él sólo si alguien los invita. Nos negaremos a hacerlo hasta tres veces y a la cuarta consentiremos en hacerlo. Y de diez cosas que nos gustaría decir, dejaremos nueve de lado.

Como moho que crece rodeando la boca, como un abanico en invierno o como una campanita de viento suspendida en el aire que no cuestiona a los vientos de las cuatro direcciones, tal es el modelo de la gente de la Vía.


Consideren sólo el Dharma y la Vía sin tener celos de los demás ni felicitarse, es el principal punto a observar. Aunque no concierna a la enseñanza, la práctica o la realización, el zazen abraza estas tres cualidades.

Creer que la realización tiene por norma la espera del Despertar no es el espíritu de zazen. Tampoco que la práctica consista en una perfecta conformidad o una concordancia real.

Tampoco que la enseñanza consista en parar el mal y cultivar el bien. Aunque haya una enseñanza establecida en el zen, no es ordinaria, se trata de la Vía de la enseñanza directa y de la transmisión sin errores.

Hablamos con todo nuestro cuerpo con palabras que no forman verdaderamente letras o frases. Una vez agotado el pensamiento y consumida la razón, una única palabra abraza las diez direcciones. Nunca se movió ni un pelo. ¿No está aquí la verdadera enseñanza de los budas y de los bodhisattvas?

Aunque hablemos de una práctica, es de hecho una práctica sin acción porque el cuerpo no hace nada, la boca no pronuncia nada y la mente no piensa más. Las seis facultades son puras de forma natural y no están manchadas por ninguna cosa. No se trata aquí de las dieciséis prácticas de los auditores (sravakas), tampoco de las doce prácticas de los budas para sí mismos (pratyekabudas), tampoco de las seis virtudes y las diez mil prácticas de los bodhisattvas.

Todo está inactivo y es por eso que se lo llama Buda.

Sólo permanecemos tranquilos en la concentración del gozo por si mismo de los budas ( Jijuyu Zanmai) y jugamos en las cuatro prácticas de la tranquilidad y de la alegría de los bodhisattvas. ¿No es así la delicada práctica de los budas y de los patriarcas?

Aunque hablemos de realización, ésta se lleva a cabo sin realización. Es el Samadhi rey del Samadhi, es la concentración en la que se manifiesta la sabiduría del no-nacido, tanto la sabiduría omnisciente como la sabiduría innata.


Es el maravilloso método que ve abrirse la sabiduría del Tathagata. Es la gran práctica de la tranquilidad y de la alegría. Supera los modelos santos y ordinarios. Va más allá de las consideraciones sobre el despertar y la ilusión. ¿No está aquí la realización del gran Despertar innato?

Aunque no concierna a los preceptos, la concentración y la sabiduría, el zazen abraza estos tres estudios. Se dice que los preceptos permiten evitar los errores e impiden el mal. Pero en zazen, contemplamos la ausencia de dualidad en todo el cuerpo, abandonamos los miles de preocupaciones y descansamos de todas las relaciones, sin preocuparnos ni de la ley búdica ni de la ley mundana. Sin verdadero ni falso, sin bien ni mal, ¿entonces, qué tenemos que evitar o impedir?

Aquí están los preceptos sin forma de la tierra del espíritu.

La concentración es contemplación y meditación, y no otra cosa. En zazen, nos despojamos del cuerpo y de la mente, y dejamos de lado la ilusión y el Despertar, sin moverse, sin acción, sin trabas, como un idiota, como una roca, como una montaña o como un océano, y las dos formas: movimiento e inmovilidad evidentemente no se producen. Es la concentración sin rastro de concentración y es por eso que se la llama la gran concentración.

La sabiduría es discernimiento y comprensión.


En zazen lo que se sabe, desaparece y largamente se olvida lo mental. No hay distinción para la sabiduría que envuelve al cuerpo entero. Éste percibe claramente la naturaleza de buda y fundamentalmente no se extravía. Corta las facultades mentales e irradia ampliamente.

Es la sabiduría sin rastro de sabiduría y es por eso que la llamamos la Gran Sabiduría. No hay ninguna enseñanza de los budas, ninguna predicación hecha durante sus vidas que no esté reunidas en los preceptos, la concentración y la sabiduría. En este zazen, no hay ningún precepto que no sea observado, ninguna concentración que no sea cultivada, ninguna sabiduría que no sea penetrada. La sumisión de los demonios, el alcance de la Vía, la puesta en marcha de la rueda y la extinción, provienen todos de su poder.

Los poderes sobrenaturales, las funciones maravillosas, la emisión radiante y la predicación del Dharma están todos contenidos al sentarse.

Estudiar el zen también es zazen.

Si quieren hacer zazen, primero conviene extender un cuadrado espeso en un lugar tranquilo, sin dejar entrar el viento o el humo, tampoco la lluvia o la humedad. Cuiden del lugar donde se ponen las rodillas y mantengan limpio el lugar donde se sientan. Aunque antiguamente hubo ejemplos en que algunos se sentaron en una silla de diamante o sobre una piedra, tenían también zafus.

El lugar donde nos sentamos no debe ser luminoso en el día ni oscuro por la tarde, debe estar templado en invierno y fresco en verano. Esta es la norma. Abandonen la conciencia, descansen de las consideraciones y no deseen convertirse en buda. No se preocupen por lo verdadero o lo falso. No sean pródigos de vuestro tiempo: hagan como si quisieran apagar un fuego que arde encima de sus cabezas.

El Tathagata se sentó recto y Shorin lo hizo frente a la pared. Totalmente unificados no hicieron otra cosa. Sekiso era como un árbol seco, Daihaku reprendía a los que se dormían en zazen. No es necesario hacer quemar incienso, saludar con devoción, invocar al Buda, cultivar el arrepentimiento, recitar los sutras u observar sus deberes. Lo obtenemos en cuanto nos ejercitamos en zazen.


Habitualmente deben llevar un kesa durante zazen, no lo olviden. El zafu no soporta la totalidad de las piernas dobladas sino sólo la mitad, de la parte trasera de los muslos hasta la base de la columna vertebral. Tal es el método de los budas y de los patriarcas para sentarse. Nos sentamos en la postura del loto o del medio loto. En la postura del loto se pone primero el pie derecho sobre el muslo izquierdo, luego el pie izquierdo sobre el muslo derecho.


El kesa y los vestidos deben estar atados sin estar apretados y estar convenientemente dispuestos. Luego ponemos la mano derecha en el pie izquierdo y la mano izquierda sobre la mano derecha. Los pulgares se aprietan uno contra otro cerca del cuerpo y deben estar a la altura del ombligo. El cuerpo enderezado y la postura recta, no debemos estar inclinados ni a la izquierda, ni a la derecha, ni hacia delante ni hacia atrás. Las orejas y los hombros, la nariz y el ombligo evidentemente deben estar alineados. La lengua aprieta el paladar y la respiración pasa por la nariz. Los labios y los dientes se tocan. Los ojos deben permanecer abiertos. Habiendo así regulado el cuerpo sin tensión ni relajación, apaciguamos la respiración bostezando. Esto quiere decir que abran la boca y hagan una o dos respiraciones exhalando el aire. Hagan oscilar el cuerpo siete u ocho veces desde un amplio movimiento hasta el más mínimo balanceo. Una vez inmóviles, siéntense rectos.

Y aquí piensen sin pensar.

¿Cómo pensar en ello? Se trata de sin pensar. Tal es la norma esencial para zazen. Deben romper las pasiones precisamente y realizar el Despertar ustedes mismos.

Para salir de la concentración, primero pongan las manos sobre las rodillas, hagan oscilar el cuerpo siete u ocho veces desde un balanceo mínimo hasta un movimiento amplio, exhalen el aire abriendo la boca, apoyen las dos manos en el suelo, levántense con suavidad. Si durante zazen la torpeza aparece, pueden oscilar el cuerpo o abrir los ojos o también poner la mente sobre la cabeza entre las cejas a la altura de los cabellos. Si con esto tampoco se despiertan, frótense los ojos o fricciónense el cuerpo. Si esto no los despierta, levántense y hagan kin hin. Entonces deben caminar girando hacia la derecha. Haciendo una centena de pasos más, de esta forma la torpeza desaparecerá.

El método de kin hin consiste en hacer siempre un medio paso con la respiración. Caminen como si no caminaran, tranquilos, sin moverse. Si el hecho de caminar todavía no los despierta, mójense los ojos, enfríen la cabeza o reciten la introducción de los preceptos del bodhisattva. Sólo encuentren un medio para no dormirse.


Deben considerar que el problema de la vida y de la muerte es un gran asunto y que la impermanencia es fulminante. ¿De qué sirve dormitar cuando la Vía no está todavía aclarada? Si la torpeza sobreviene a menudo, deben pronunciar esta resolución: “Hoy estoy oscurecido por el velo del sueño a causa de mis costumbres kármicas que han sido tan fuertes. ¿Cuándo desaparecerá esta oscuridad? Rezo a los budas y a los patriarcas para que me concedan su gran compasión y que se dignen a eliminar la confusión de mi adormecimiento”.

Si la mente se dispersa, deposítenla en la punta de la nariz o en el kikai-tandem o cuenten las espiraciones y las inspiraciones. Si esto no es suficiente, pueden tomar un koan y hacerlo madurar.

Si esto no es suficiente, perseveren en zazen frente a lo esencial, cuando la respiración se acaba y los dos ojos se cierran para siempre; perseveren en las acciones frente al punto anterior donde el embrión en su bolsa fetal no estaba concebido todavía y donde ningún pensamiento se levantaba. Las dos vacuidades aparecerán súbitamente y la mente dispersa ciertamente desaparecerá.


Después de haber salido de la concentración, cuando sin pensar se expresan las actitudes majestosas, toda presencia es sólo un testimonio. Cuando sin interacción se cumple la práctica-realización, todo testimonio es sólo una presencia. El ruido de antes del rumor, la causa de la quietud en el kalpa de la vacuidad y el alma de los budas y de los patriarcas, fundamentalmente son una misma cosa.


Sólo deben pararse, suéltense con una gran frialdad, considerando que un instante es diez mil años, como cenizas frías o como un árbol seco, como un incensario en una antigua sala de los ancestros o una pieza blanca de seda.


Es mi mayor deseo.



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domingo, 22 de mayo de 2011

Zazen yoyinki del Maestro Keizan

Keizan Jokin (1268 – 1325)

El Maestro Keizan fue el tercer sucesor del Maestro Dogen después de Koun Ejo y de Tettsu Gikai (1219 – 1309).

Gracias a Keizan el verdadero Zen transmitido por Dogen se extendió por todo Japón. Allí fundó numerosos templos, el más importante de ellos, Soji-ji, sigue siendo hoy, con Eihei-ji, uno de los principales templos del Zen soto. Keizan hizo realidad el despertar al oír los comentarios de Gikai sobre el koan de Joshu: “La Vía es el espíritu cotidiano”.


Su nombre se recita en el gran Eko por las mañanas (keizan jokin daiosho..) junto con el de los grandes maestros de la transmisión.

Escribió el Denkoroku, “La historia de la transmisión del despertar desde el Buda Shakyamuni” y el Zazen Yoyinki, “Recomendaciones para la práctica de zazen”.


Zazen Yoyinki

Selección de los puntos a observar durante zazen

Parte 1

Zazen permite simplemente que la gente despierte su espíritu y que permanezca a gusto con sus facultades originales. Es lo que se llama mostrar el rostro original y revelar la naturaleza fundamental.

El cuerpo y el espíritu caen, se desapegan, poco importa que estemos sentados o acostados. Así, ya no pensamos ni en el bien ni en el mal y podemos trascender lo ordinario y lo sagrado, ir más allá de cualquier concepto de ilusión y de iluminación, y franquear totalmente las fronteras de los seres sensibles y de los budas…Ahí descansamos de los miles de preocupaciones y dejamos todas las relaciones, sin hacer nada, los seis sentidos en reposo.

¿Qué es? Nunca hemos conocido su nombre. No podemos considerarlo ni como un cuerpo, ni como un espíritu. Queremos reflexionar sobre él y las reflexiones se paran, queremos hablar de él y las palabras se agotan.

Como un idiota, como una roca, una alta montaña de la que no se puede descubrir la cima, un profundo océano del que no podemos percibir el fondo; miramos sin considerar las relaciones y, más allá de las nubes, los ojos se vuelven brillantes.

Entendemos sin pensar y el principio de la enseñanza silenciosa se vuelve claro. A través del olvido del cielo y de la tierra, el cuerpo entero aparece solo. Como un gran hombre sin medida que ha entrado en la gran extinción: no existe una sombra que vele sus ojos, ni polvo que cubra sus pies. ¿Dónde habría polvo? ¿Qué podría obstruir? Inicialmente, el agua pura no tiene ni exterior ni interior. Finalmente, el espacio vacío no tiene ni dentro ni fuera. Claro y límpido este brillo natural es eficiente. Las formas y la vacuidad no están todavía separadas, ¿en qué se asentarían el conocimiento y su objeto?


Desde siempre ha estado con nosotros. Sin nombre, esto ha atravesado los kalpas. Provisionalmente, el gran maestro, el tercer patriarca (Sosan) lo ha llamado: “espíritu”. Por convención, el venerable Nâgârjuna lo ha llamado: “cuerpo”. Él ha manifestado la forma de la naturaleza de Buda y ha manifestado la apariencia de todos los budas. Esta forma de la luna llena no tenía nada que le faltara y nada de superfluo. Este espíritu es precisamente buda. La luz radiante de uno mismo se ha levantado en el pasado y brilla ahora. Así Nâgârjuna ha podido transformarse y realizar la concentración de todos los budas.


Originalmente, el espíritu no tiene dos formas, aunque el cuerpo sea diferente en sus apariencias. De este modo, no hablamos de un espíritu solo, de un cuerpo solo, de igualdad o de diferencia. Animándose el espíritu se convierte en forma; al aparecer cuerpo, las formas son distinguidas. Apenas una ola se ha movido, todas las olas la acompañan, en cuanto la conciencia se agita, todos los fenómenos la invaden.


Lo que llamamos los cuatro elementos y los cinco agregados acaban por combinarse; los cuatro miembros y las cinco facultades se manifiestan rápidamente, así como las treinta y seis sustancias y las doce condiciones causales. Las creaciones se transforman sin parar, sus idas y venidas nunca se detienen. Todo eso existe sólo por la combinación de una multitud de fenómenos.

Así, el espíritu es como el agua del mar, el cuerpo como las olas que producen el oleaje. Como no hay una punta de ola fuera del agua del mar, no hay una gota de agua fuera de las olas que crean el oleaje. El mar y la ola no están separados, el movimiento y el reposo no son distintos. Es por eso que hablamos del hombre verdadero que va y viene, vive y muere, o de los cuatros elementos y de los cinco agregados, que son el cuerpo imperecedero.


Quien hace zazen penetra verdaderamente el océano de la naturaleza de Buda y así manifiesta la forma de todos los budas. El espíritu maravilloso, puro y claro del ser original es revelado súbitamente, y un rayo de luz radiante, original irradia por fin. El agua del mar no conoce absolutamente ningún incremento o disminución, las olas que producen el oleaje tampoco se retiran. Es así que todos los budas han aparecido en este mundo considerando sólo un gran asunto, permitiendo exactamente revelar a los seres, indicar, hacer comprender y penetrar la sabiduría y la visión de los budas. Por esto tienen un método maravilloso sin movimiento, tranquilo y en paz que se llama zazen.


Es la concentración de la felicidad para uno mismo de todos los budas - Jijuyu Zanmai. Se le llama también “el rey del Samadhi”.

Si aunque sea incluso un sólo momento, permanecemos en esta concentración, vemos entonces aclararse directamente la tierra del espíritu. Conocerla es, en verdad, la entrada principal en la vía del Buda.


Los que quieren aclarar esta tierra del espíritu, que abandonen los conocimientos y las comprensiones de todo tipo, que rechacen la ley mundana como la ley búdica y que paren todos sus deseos ilusorios.

Cuando el verdadero espíritu de la única realidad (o única verdad) se manifiesta, las nubes de la ilusión se disipan y la luna del espíritu está de nuevo luminosa. El Buda dijo: “Escuchar y reflexionar son como quedarse en la puerta. Zazen, es justamente volver a casa y sentarse tranquilamente”. ¡ Qué cierto es!


Mientras se escucha y se reflexiona los puntos de vista todavía no están detenidos, y la tierra del espíritu está como helada. Y por eso, es como quedarse a las puertas. Pero en este zazen, todo está en descanso y no hay ningún lugar donde no penetremos. Es por esto, que es como volver a casa, sentarse tranquilamente. Las pasiones de los cinco velos se levantan todas de la ignorancia. La ignorancia es no entenderse a uno mismo, zazen es comprenderse a uno mismo.

Incluso si hemos zanjado los cinco velos y no hemos zanjado la ignorancia, no somos ni un buda ni un patriarca. Si queremos atravesar la ignorancia, la práctica de la vía a través de zazen es, sin lugar a dudas, el secreto.

Un antiguo dijo: “Cuando se suprime la equivocación, la paz aparece. Cuando la paz aparece, la sabiduría se manifiesta. Cuando la sabiduría se manifiesta, la realidad es descubierta”.


Si queremos acabar con este espíritu erróneo, debemos abandonar los pensamientos del bien y del mal, abandonar todas las relaciones y las preocupaciones, el espíritu sin pensamientos y el cuerpo sin acción. Este es el primer punto a observar. Cuando las relaciones erróneas se agotan, el espíritu erróneo acaba por desaparecer. Y si el espíritu erróneo desaparece, la esencia inmutable que está siempre entendida claramente, aparece. No es un modelo de tranquilidad ni un modelo de actividad.

Deben evitar practicar las artes y las ciencias, tanto las de medicina como las de adivinación. No hay que dejarse cautivar por los cantos y los bailes que hacen las cortesanas, ni por las disputas y las tonterías, ni por el honor y el provecho. Incluso si los poemas elegantes y las declamaciones pueden permitir purificar el espíritu, no sean propensos a componerlos. Rechacen las palabras y los escritos y pincel y tintero, es el ejemplo más alto de los practicantes de la Vía.


No deben llevar bonitos vestidos ni vestidos sucios. Los vestidos bonitos suscitan la codicia y también el miedo a los ladrones, entonces es una traba para los practicantes de la Vía. Aunque sea en ocasiones señaladas o durante una ofrenda, rechazarlos ha sido siempre un maravilloso ejemplo de los tiempos antiguos. Es un punto esencial para regular el espíritu. Incluso si los han tenido siempre no tienen que preocuparse por ellos. E incluso si ladrones los roban, no los persigan ni lamenten su pérdida. Los vestidos sucios o usados deben ser lavados y remendados. Una vez limpios, pueden ser llevados. Al no limpiar la suciedad, el cuerpo se descuida y aparecen trastornos, lo que puede también ser causa de obstáculos en la Vía.


Aunque no tengamos que mimar nuestros cuerpos ni nuestras vidas, si el vestido, la comida y el sueño no son suficientes, constituye lo que llamamos las tres insuficiencias. Todas son causa de debilidad.

Los alimentos crudos, duros o estropeados, así como la comida impura no deben ser consumidos. Si suena el estómago, si el vientre está molesto y con fiebre, si hay trastornos en el cuerpo y el espíritu, tendrán dificultades en zazen.

No disfruten de comida fina. No solamente tendrán dificultades en el cuerpo y en el espíritu sino que también crearán pensamientos de deseos. La comida debe servir sólo para mantener la energía. No se relaman con el gustito. Sentarse en zazen después de haber comido es también causa de aparición de trastornos. No se sienten directamente después de las comidas ni de las cenas. Después de haber esperado un momento, pueden sentarse.


En general, los monjes mendigantes evidentemente deben moderar su alimentación. Eso significa limitar las porciones. De cada tres porciones, debemos tomar dos y dejar una. Todas las plantas medicinales ordinarias, así como el sésamo y los tubérculos (papas) pueden tomarse siempre. Es el método fundamental para equilibrar el cuerpo. Habitualmente durante zazen no se apoyen contra la pared o la silla de meditación o el tabique. No se sienten donde el viento es fuerte ni en los lugares elevados. Todo eso es causa de aparición de trastornos.

Durante zazen, a veces el cuerpo puede parecer caliente, a veces frío, a veces puede parecer nudoso, a veces liso, a veces puede parecer firme y otras veces blando, a veces puede parecer pesado y otras veces ligero, a veces puede parecer que tiembla.


Todo eso proviene del hecho que la respiración no está bien regulada.

Evidentemente debemos regularla. Para hacerlo abrimos la boca un momento, si la respiración es larga, la dejamos larga, si es corta, la dejamos corta. Poco a poco, se armoniza (con zazen) y cuando la normalidad aparece de nuevo, está acorde automáticamente. Luego podemos espirar e inspirar por la nariz.


A veces la mente puede parecer que se hunde, a veces puede parecer que flota, a veces puede parecer espesa, otras veces aguda, a veces ve más allá de la habitación, a veces ve a través del cuerpo, a veces percibe las formas de los budas, a veces entreve bodhisattvas, a veces genera conocimientos y visiones y a veces penetra las escrituras y sus comentarios. Tales extrañezas y otras maravillas son los trastornos de la desarmonía entre la atención y la respiración.

Cuando se producen tales trastornos, debemos sentarnos con la mente depositada entre los dos pies. Cuando la mente se aletarga, la depositamos entre las cejas. Cuando la mente se dispersa, la depositamos en la punta de la nariz o en el kikai-tandem.


Habitualmente, cuando nos sentamos debemos depositar la mente en la mano izquierda. Cuando nos sentamos mucho tiempo, incluso sin depositarla en ningún lugar, de forma natural, la mente no se dispersa. Por lo que se refiere a las antiguas enseñanzas, aunque que sean las enseñanzas de nuestra casa, que aclaran el espíritu, no conozcan, ni copien ni escuchen demasiadas instrucciones. Demasiadas instrucciones provocan sólo la confusión de la mente. En general lo que agota el cuerpo y la mente provoca únicamente confusión.


No se sienten cerca de los lugares propicios a los incendios, a las inundaciones, a las tormentas, a los pícaros o cerca del mar, tampoco cerca de los bares, de los puti-clubs, de los lugares donde están las viudas, las vírgenes o las prostitutas. No se acerquen ni permanezcan cerca de los príncipes, de los ministros o de los poderosos, tampoco cerca de la gente codiciosa o de quienes les gusta la fama ni cerca de las casas de dinero.


Aunque las grandes acciones budistas y la construcción de los grandes edificios pertenezcan a los más notables, éstas no deben ser cultivadas por los que se dedican exclusivamente a zazen.


No busquen convertir a la gente o enseñar el Dharma, la mente dispersa y el pensamiento confuso aparecerían entonces. No se alegren si viene mucha gente y no estén ávidos de discípulos. No practiquen y no estudien demasiadas cosas. No se sienten en los lugares extremadamente luminosos, extremadamente oscuros, extremadamente fríos o extremadamente calientes, ni cerca de los vagos y las actrices.


Permanezcan más bien en los monasterios, aquí donde están los amigos de bien, en las montañas profundas y en los valles escondidos. Cerca de los ríos esmeralda y en las montañas verdes están los lugares para hacer kin-hin. Cerca de los torrentes y debajo de los árboles están los sitios donde clarificar el espíritu. No olviden contemplar la impermanencía, eso aguijonea la mente en la búsqueda de la Vía.


continúa...


domingo, 15 de mayo de 2011

La fe en el espíritu

El tercer patriarca Ch´an

SOSAN

Seng ts´an (siglo VII)


La historia de este maestro zen (ch´an) es muy particular.

Siendo un muchacho, Sosan padecía de lepra. Un día conoció al Segundo Patriarca, Hui Ke, (Eka) y le dijo:
"Tengo una enfermedad seria y estoy sufriendo mucho. Por favor, Venerable Maestro, llévese mi mal karma."
A lo que Eka respondió:
"Si me traes tu mal karma me lo llevo".
El joven dijo:
"Aún cuando busco ese mal karma, no puedo encontrarlo".
"Entonces tu mal karma ya ha desparecido. Solo tomá refugio en el Buda, el Dharma y la Sangha".
"Ahora que te conocí, se lo que es la Sangha, pero: ¿Qué es el Buda? ¿Qué es el Dharma?"
El segundo Patriarca respondió:
"La Mente es Buda, la Mente es el Dharma. El Dharma y el Buda no son dos. La Sangha es lo mismo, ¿entendés?"
El muchacho dijo:
"Hoy veo verdaderamente la naturaleza de mi mal karma, que no está en la Mente ni fuera de ella, ni está en el centro. Al igual que la Mente, Buda, Dharma y Sangha son también no dos."
De esta conversación el Segundo Patriarca vió que el joven era ya un gran monje. Entonces le afeitó la cabeza, y lo aceptó como discípulo.
El Segundo Patriarca dijo:
"Sos mi joya, y sos el ornamento de la Sangha entera. Por lo tanto te nombro Seng Tsan: la joya de la Sangha. Luego de esto Seng Tsan practicó bajo la guía de su maestro durante dos años.
"Fe en el espíritu" es un poema escrito en 584 caracteres chinos.

Expresa clara y profundamente el espíritu del Mahayana y ha ejercido una enorme influencia en China, Corea y Japon.
Es uno de los escritos más importantes en el Budismo Zen.

El tema central del trabajo es la Vía del Medio, la enseñanza esencial del Buda luego de su iluminación.
El Tercer Patriarca describe un camino que atraviesa las dualidades y contradicciones del mundo y permite despertar a la unidad de todas las cosas.

La esencia de su enseñanza, como la de Bodhidharma, Dogen o Taisen Deshimaru, consistía en "simplemente sentarse" (shikantaza), "only zazen".

Sosan murió en el año 606, bajo un árbol, en postura de kin hin.


Shin jin no mei (en chino: HSIN-SIN-MING)

"Poema de la fe en el espíritu"

En el Budismo el corazón y la mente significan lo mismo cuando se emplea el kanji "shin". También traducido como: “poema de la confianza en la Mente Pura” (o en la verdadera naturaleza).


La Gran Vía no es difícil, pero hay que evitar tener preferencias.
La Vía es clara cuando amor y odio no están presentes.

Si haces una mínima distinción, cielo y tierra se separan hasta el infinito.
Estar a favor o en contra es la enfermedad del espíritu.

Si no entendés el significado profundo de las cosas,
no podrás apaciguar tu espíritu.

La Vía, infinita como el espacio, es perfecta
y nada falta o sobra en ella.

Al desear o rechazar las cosas
no las vemos como son.

No busques el mundo de los fenómenos,
No te apegues a la vacuidad.

Permanece tranquilo y sin esfuerzo en el Uno
y esas ideas desaparecerán por sí solas.

Cuando te esforzás por conseguir la quietud, deteniendo el movimiento,
la quietud así ganada estará siempre en movimiento.

Si permanecés en el dualismo, ¿cómo podes realizar la unidad?


Si no permaneces en la unidad de la Vía,
La actividad y la quietud llevan al fracaso.

Si consideras sólo la existencia de las cosas, no ves su vacuidad.
Si solo considerás el vacío, no ves la realidad.

La negación de la realidad es su afirmación,

Y la afirmación del vacío es su negación.


Pensar y hablar sobre ello nos aleja de la vía.
Si abandonamos el pensamiento y el habla, no habrá verdad que no se pueda alcanzar.

Cuando volvemos a la raiz encontramos el significado,

Cuando perseguimos los objetos externos, perdemos la razón.


Si aunque sólo sea un instante realizamos la mirada interior,
fenómenos y vacío podrán ser trascendidos.

Si nos parece que las transformaciones de este mundo vacío son reales,
es debido a nuestra ignorancia.

No se trata de buscar la verdad,
sólo hay que dejar de tener prejuicios.

No permanezcas en la dualidad.
Evitá seguir las opiniones duales.

Si considerás “correcto” o “incorrecto”,
te deslizarás en el mundo de los opuestos y el espíritu caerá en la confusión.

Todo lo dual proviene del Uno,
pero no te apegues ni siquiera a este Uno.

Cuando la mente no está perturbada,
los fenómenos son inofensivos.

Cuando los fenómenos son inofensivos
dejan de existir y con ellos la mente.

El sujeto existe porque hay objeto.
El objeto existe porque hay sujeto.

Sujeto y objeto se desvanecen.
En verdad, la relatividad de ambos no es otra cosa que vacío.

En la unidad del vacío,
sujeto y objeto son indistinguibles y cada cual contiene en sí el mundo entero.

Si no haces ninguna distinción entre grosero y sutil,
permanecerás alejado de los prejuicios.

La Gran Vía no es ni fácil ni difícil,
pero la duda y la prisa son grandes obstáculos.

Apegarnos a la Gran Vía es caer en el error.
Deja que las cosas sigan su propia naturaleza.

Si dejas que las cosas sean a su manera,
no habrá idas ni venidas y, libre, estarás tranquilo.

Cuando el pensamiento se enreda en juicios,
no vemos la verdad de las cosas y engendramos sufrimiento.

La confusión y el malestar cansan el espíritu.
¿Para qué desear esto o no querer aquello?

Para ir por el Camino único deja los prejuicios contra el mundo de los sentidos y de las ideas.
Cuando lo aceptes plenamente, alcanzarás la iluminación.

El hombre sabio no se obstaculiza a sí mismo,
pero el ignorante se encadena con el amor y el odio.

Las cosas del mundo no saben de discriminaciones.
Buscar el espíritu con la mente que separa es el gran error.

Quietud e inquietud son ilusorias,
En la iluminación no hay apego o aversión.

La dualidad surge de nuestra ignorancia.
¡Que ganancia y pérdida desaparezcan para siempre!

Si nuestros ojos no duermen, no habrá sueños.
Si el espíritu no se pierde en discriminaciones, las diez mil cosas expresan la esencia única.

Cuando vemos la esencia única en todas las cosas,
nos liberamos de todas las ataduras.

Al ver todas las cosas con ecuanimidad,
regresamos a nuestra naturaleza original.

En nuestra naturaleza original
nada puede ser comparado.

Movimiento y reposo desaparecen.
La dualidad deja de existir.

Cuando la dualidad desaparece, la misma unidad desaparece.
Nada puede describirlo.

Las dudas se desvanecen y la fe verdadera reaparece.
Sin aferrarnos a nada, libres.

Todo está vacío, claro y luminoso por sí mismo.
Este mundo, en el que las cosas son tal cual son, no puede ser alcanzado por el intelecto.

En él no hay "yo" ni "otros".
Para experimentarlo basta con “no dos”.

Todo es idéntico y está contenido en la no dualidad.
Los sabios saben esto.

Ni existente, ni no existente.
En todas partes y siempre delante de nuestros ojos.

Lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande son lo mismo. Sin límites.

La existencia es la no-existencia.
La no-existencia es existencia.

Uno en todas las cosas.
Todas las cosas Uno.

Si comprendés esto,
no te preocuparás por no ser perfecto.

La fe es no-dos.
Lo que no es no-dos no es el espíritu de la fe.

Más allá del lenguaje,
Ni pasado, ni presente, ni futuro.



viernes, 6 de mayo de 2011

El sermón del Despertar


Última parte

Los individuos crean karma; el karma no crea individuos.
Crean karma en esta vida y reciben sus frutos en la siguiente. Nunca escapan a ello. Sólo alguien
que es perfecto no crea karma en esta vida y no recibe frutos.

Se dice en los sutras:"Quien no crea karma obtiene el Dharma". Este es un dicho vacío.
Se puede crear karma, pero no puedes crear una persona. Cuando creas karma, renaces junto con tu karma. Cuando no creas karma, desapareces junto con tu karma. Por ello, siendo el karma dependiente del individuo y el individuo dependiente del karma, si un individuo no crea karma, el karma nada puede con él.
De la misma manera:
"Una persona puede ensanchar el Camino. El Camino no puede ensanchar a una persona".
Los mortales no dejan de crear karma y equivocadamente insisten en que no hay retribución. ¿Pero acaso pueden negar el sufrimiento? ¿Pueden negar que lo que siembra el estado mental presente es lo que recoge el siguiente estado mental? ¿Cómo pueden escapar?.

Pero si en el presente estado mental no se siembra nada, nada se recogerá en el siguiente estado mental.
No entiendan mal el karma.

Se dice en los sutras: "A pesar de creer en Budas, las personas que imaginan que los Budas practican austeridades no son budistas. Lo mismo vale para aquellos que imaginan que los Budas están sujetos a retribución de riqueza o pobreza. Son icchantikas (personas sin fe), incapaces de creer".

Alguien que comprende la enseñanza de los sabios es un sabio. Alguien que comprende la enseñanza de los mortales es un mortal. Un mortal que puede desprenderse de la enseñanza de los mortales y seguir la enseñanza de los sabios se convierte en un sabio. Pero los locos de este mundo prefieren buscar sabios muy lejos.

No creen que el sabio es la sabiduría de su propia mente.

Se dice en los sutras: "No prediquen este sutra entre hombres sin comprensión".
Pero la gente sin comprensión no cree en su propia mente, ni que mediante la comprensión de esta enseñanza pueden convertirse en sabia. Prefieren buscar un conocimiento lejano y anhelar cosas en el espacio, imágenes búdicas, luces, inciensos y colores. Caen presas de la falsedad y la locura.

Se dice en los sutras:"Cuando ves que todas las apariencias son apariencias, entonces ves al tathagata". Las miríadas de puertas hacia la verdad provienen de la mente.

Cuando las apariencias de la mente son tan transparentes como el espacio, desaparecen.

Nuestros sufrimientos ilimitados son las raíces de la enfermedad. Cuando los mortales están vivos se preocupan de la muerte. Cuando están saciados se preocupan del hambre.
Suya es la Gran Incertidumbre.

Pero los sabios no consideran el pasado y no se preocupan acerca del futuro, tampoco se aferran al presente y siguen el Camino momento a momento. Si no despertaste a esta gran verdad lo mejor es que busques un maestro en la tierra o en los cielos.

No agraves tu propia deficiencia.


Título en alemán: Bodhidharma: "Die Predigt des Erwachens" (En el original chino: 布道覺醒 Bùdào de juéxǐng )






miércoles, 4 de mayo de 2011

El sermón del Despertar

Parte 5

Los mortales liberan Budas y los Budas liberan mortales.

Eso es lo que significa imparcialidad.

Los mortales liberan Budas porque la aflicción crea conocimiento y los Budas liberan mortales porque el conocimiento niega la aflicción. No hay otro remedio que la aflicción y no hay otro remedio excepto el conocimiento. Si no fuese por la aflicción no habría nada de lo que crear conocimiento. Y si no fuese por el conocimiento no habría nada para negar la aflicción.

Cuando se vive en la ignorancia, los Budas liberan mortales. Cuando se vive en el conocimiento, los mortales liberan Budas. Los Budas no se convierten en Budas por sí mismos. Son liberados por los mortales.

Los Budas ven la ignorancia como su padre y la codicia como su madre.

Ignorancia y codicia son nombres diferentes de la mortalidad. Ignorancia y mortalidad son como la mano izquierda y la mano derecha. No existe otra diferencia.

Cuando se vive en la ignorancia se está en esta orilla. Cuando se está conciente se está en la otra orilla. Pero una vez que sabes que tu mente es vacío y no ves apariencias, estás más allá de ignorancia y conocimiento. Y una vez que se está más allá de ignorancia y conocimiento, no existe la otra orilla.

El tathagata no está en esta orilla ni en la otra. Y tampoco está en mitad de la corriente. Los arhats están en mitad de la corriente y los mortales en esta orilla. En la otra orilla está la budeidad.

Los Budas tienen tres cuerpos: Un cuerpo de transformación, un cuerpo de recompensa y un cuerpo real. El cuerpo de transformación también es llamado cuerpo de encarnación.

El cuerpo de transformación aparece cuando los mortales realizan buenos actos, el cuerpo de recompensa cuando cultivan la sabiduría y el cuerpo real cuando se hacen concientes de su verdadera naturaleza. El cuerpo de transformación es el que puede verse volar en todas direcciones rescatando a otros allí donde puede. El cuerpo de recompensa pone fin a las dudas. La Gran Iluminación sucedida en los Himalayas se convierte repentinamente en verdad.

El cuerpo real no hace ni dice nada. Permanece perfectamente inmóvil. Pero en realidad, ni siquiera existe un cuerpo de Buda, y mucho menos tres. Este hablar de los tres cuerpos está simplemente basado en la comprensión humana, que puede ser superficial, moderada o profunda.

La gente de comprensión superficial imagina que acumula méritos y confunde el cuerpo de transformación con el Buda. La gente de comprensión moderada imagina que está poniendo fin al sufrimiento y confunde el cuerpo de recompensa con el Buda. Y la gente de profunda comprensión imagina que experimenta la budeidad y confunde el cuerpo real con el Buda.

Pero la gente con la comprensión más profunda mira en su interior, sin ser distraída por nada y alcanzan la comprensión de un Buda sin utilizar la mente. Los tres cuerpos, como todas las cosas, son inalcanzables e indescriptibles.

La mente sin estorbo alcanza el Camino. Se dice en los sutras: «Los Budas no predican el Dharma. No liberan mortales. Y no experimentan la budeidad».

Eso es lo que quiero decir.

continúa

Título en alemán: Bodhidharma: "Die Predigt des Erwachens"




domingo, 1 de mayo de 2011

El sermón del Despertar

Bodhidharma

Parte 4

El cuerpo ni existe ni no existe

Por ello la existencia como un mortal y la no existencia como un sabio son concepciones con las que un sabio nada tiene que ver. Su corazón está vacío y amplio como el cielo.

Cuando la mente alcanza el nirvana, no se ve el nirvana, porque la mente es nirvana. Si ves el nirvana en algún sitio fuera de la mente, te engañas a vos mismo.

Cada sufrimiento es una semilla búdica, porque el sufrimiento empuja a los mortales a buscar sabiduría. Pero sólo puede decirse que el sufrimiento da origen a la budeidad. No puede decirse que el sufrimiento sea la budeidad.

Tu cuerpo y tu mente son el campo, el sufrimiento es la semilla, la sabiduría el brote y la budeidad el grano.

El Buda de la mente es como la fragancia de un árbol. El Buda proviene de una mente libre de sufrimiento, al igual que la fragancia proviene de un árbol libre de deterioro. No hay fragancia sin el árbol ni Buda sin la mente.

Si hay fragancia sin un árbol, se trata de una fragancia diferente. Si hay un Buda sin tu mente, se trata de un Buda diferente. Cuando los tres venenos están presentes en tu mente, vivís en una tierra de inmundicia. Cuando los tres venenos están ausentes de tu mente, vivís en una tierra de pureza.

Se dice en los sutras: «Si llenás una tierra de impureza e inmundicia, nunca aparecerá ningún Buda».

La impureza e inmundicia remiten a la ignorancia y a los otros venenos.

Un Buda remite a una mente pura y despierta

No hay lenguaje que no sea el Dharma. Hablar todo el día sin decir nada es el Camino. Permanecer en silencio todo el día y decir algo no es el Camino. Por ello ni la palabra de un tathagata depende del silencio, ni su silencio depende de la palabra, ni su palabra existe separada de su silencio.

Aquellos que entienden tanto el habla como el silencio permanecen en el samadhi. Si hablas cuando sabes, tu palabra es libre. Si permaneces en silencio cuando no sabes, tu silencio está encadenado.

Si la palabra no está apegada a las apariencias entonces es libre. Si el silencio está apegado a las apariencias, entonces está encadenado.

El lenguaje es esencialmente libre

No tiene nada que ver con el apego y el apego no tiene nada que ver con el lenguaje.

La realidad no tiene alto ni bajo. Si ves alto o bajo, entonces no es real. Una balsa no es real. Pero una balsa de pasajeros sí. Una persona que maneje una balsa de ese tipo podrá cruzar a través de lo que no es real. Por eso es real.

Según el mundo hay masculino y femenino, rico y pobre. Según el Camino no hay masculino o femenino, ni rico o pobre.

Sin la mente no hay Buda. Sin el Buda no hay mente

De igual manera, sin el agua no hay hielo, y sin hielo no hay agua. Quien hable sin abandonar la mente no llegará muy lejos. No te aferres a las apariencias de la mente.

Se dice en los sutras:

«Cuando no veas las apariencias verás al Buda».

Eso es lo que significa ser libre de las apariencias de la mente.

Sin la mente no hay Buda, quiere decir que el Buda proviene de la mente.

La mente es el origen del Buda

Pero aunque el Buda provenga de la mente, la mente no proviene del Buda, al igual que un pez proviene del agua, pero el agua no proviene del pez. Y cualquiera que vea un pez ve antes el agua que el pez. Y cualquiera que quiera ver un Buda verá la mente antes que al Buda.

Una vez que has visto el pez te olvidas del agua, y una vez que hayas visto al Buda te olvidarás de la mente. Si no te olvidas de la mente, la mente te confundirá, al igual que te confundirá el agua si no te olvidas de ella.

Mortalidad y budeidad son como el agua y el hielo. Estar afligido por los tres venenos es la mortalidad. Estar purificado por las tres liberaciones es la budeidad.

Lo que en invierno se congela dando paso al hielo se deshace en agua en verano. Eliminá el hielo y no habrá agua. Si te deshacés de la mortalidad no habrá budeidad.

Está claro que la naturaleza del hielo es la naturaleza del agua y la naturaleza del agua es la naturaleza del hielo

Y la naturaleza de la mortalidad es la naturaleza de la budeidad.

Mortalidad y budeidad comparten la misma naturaleza

Es sólo a causa de la ilusión sobre las diferencias que aparecen las palabras mortalidad y budeidad.

Cuando una serpiente se convierte en dragón no cambia sus escamas. Y cuando un mortal se convierte en sabio no cambia su rostro.

Conoce su mente mediante la sabiduría interna y cuida de su cuerpo mediante la disciplina externa.

continúa

Título en alemán: Bodhidharma: "Die Predigt des Erwachens"