por Mariano Giacobone
El Aikido es el estudio del
espíritu.
Es el puente que une lo
espiritual con lo material. Es la manifestación profunda de los principios
universales, es decir, sus técnicas revelan el funcionamiento y la estructura
fundamental del Universo, aparición, transformación y desaparición.
Círculo, triángulo y
cuadrado, moviéndote en círculos, penetrando profundamente, fluyendo como el
agua, veloz como el viento, poderoso como el fuego, estable como la tierra.
Todas las cosas surgen de una fuente; todos los
elementos materiales y espirituales surgen de esa única fuente. Es el modo de
funcionamiento sutil en que funciona la vida. Estos principios dan lugar a la
existencia; éstos unen la materia y el espíritu. Así es como se despliega la
vida en el gran esquema universal.
Todo el universo es como una gran familia, y el
aliento sutil de la vida envuelve el pasado, el presente y el futuro. La
comprensión de este principio nos ayudará en todos los aspectos de nuestra
vida. Debido a que el universo surge y se desarrolla a partir de una única
fuente, siempre debemos buscar, de forma optimista, la unidad y la armonía en
todas las cosas que hacemos.
Debemos desarrollar el coraje y la confianza en si
mismo, y mediante el optimismo y la creatividad guiar nuestra vida a través de
los caminos que se nos presenten. Este espíritu nos permite volvernos uno con
el universo y su funcionamiento y nos da la capacidad de trascender nuestros
límites y debilidades, ampliando la conciencia y purificando nuestro corazón.
Hay que darse cuenta que la fuente del universo y la
fuente de nuestra propia vida son lo mismo.
Es en este punto donde cobra relevancia la práctica
y el estudio del Budo. Pero ¿Qué es
exactamente Budo?
El término “Budo” originalmente significaba “el camino de la
vida del Samurai”, o “Bushido” y no solo se refería a bujutsu (técnicas marciales).
Actualmente la palabra Budo
se usa como término genérico para referirse a las enseñanzas de las artes
marciales tradicionales como: Aikido, Kendo, Judo, Iaido y Karate-Do.
Como forma de vida, la
práctica del Budo, o de las artes marciales tradicionales requiere del
practicante un alto grado de conciencia interna y externa basada en el
conocimiento del propio cuerpo y el manejo de la respiración, la comprensión de
las emociones en diferentes situaciones, la estabilidad del pensamiento, y la
sincronización con el movimiento exterior (tanto de objetos como de las
personas y seres vivos), la empatía con los demás, y la introspección
continua. Por medio de la meditación, la auto-reflexión y la práctica
ética de las artes marciales.
En palabras de O´Sensei
Ueshiba, el fundador del Aikido:
“Desde la antigüedad se dice: “Bu es divino”. Bu es
la vía divina establecida por los dioses y simboliza todo lo que es verdadero,
bueno y bello en este mundo.
Éste se basa en principios divinos y nos guía según
esos dictados. Es el rayo de luz que crea verdaderos seres humanos.
Los principios de bu deben guiarnos. Si practicáis
bu, fomentaréis el espíritu de bu. El espíritu de bu unifica el cuerpo y la
mente de una manera verdadera, buena y bella. Desde tiempos remotos, los sabios
han proclamado: “Bu es el fundamento de todas las cosas.
Es un ofrecimiento de los dioses, el principio que
une el cuerpo y la mente y fomenta la firme valentía. Bu es la fuente de la vida.
La energía de bu ata el universo y une los mundos
interiores y exteriores.
En el Budo, al principio, no hay combate como en el
deporte. Si hacemos un combate, ello nos lleva a la muerte. Pero es una gran
falta buscar el combate, porque la destrucción o el asesinato, matar o herir,
son grandes crímenes de la vida.
En Japón, desde tiempos remotos, la ley del Budo
dice no matar, no herir. El verdadero Budo de nuestro país es el camino de la
gran armonía, es decir la purificación del cuerpo y del corazón. Establecemos
en la tierra los reglamentos del cielo, y practicamos, creamos y protegemos
todo.
Esta es la regla del bu. Pero hoy en día, todos los
que hablan o practican el Budo en general, no conocen el verdadero bu del
Japón; practican el falso Budo, no el genuino, y eso es realmente lamentable. “
(Diario del Aikido,10
mar.1960).
Nuestro cuerpo es una
creación del universo que alberga al espíritu. Nuestro ser está milagrosamente
vinculado con la esencia del universo, de hecho, somos uno con el universo y
éste debe ser el principio que guíe nuestra vida.
El regalo de la vida que se
nos ha concedido a los seres humanos dictamina que nosotros debemos proteger y
purificar el mundo.
Lo primero que debemos
desarrollar es la perseverancia, y luego pulir y aclarar nuestros pensamientos.
Esto nos permitirá concentrarnos resueltamente en la tarea esencial de unificar
el cuerpo y la mente.
La unificación del cuerpo y
la mente nos llevará a desarrollar técnicas fundamentales.
Dichas técnicas las crea nen
, que es la concentración unidireccional, la percepción directa de la verdad
(capacidad de foco) y sus posibilidades son ilimitadas.
Las técnicas deben reflejar
principios universales. Para ello necesitamos un verdadero nen. Esto es esencial
para la práctica correcta del Budo.
Si estás lleno de
pensamientos banales y egoístas, nunca progresarás en el entrenamiento del
Budo.
Este tipo de Budo es
malicioso y sólo aportará desgracias. Nen nunca se centra en los aspectos
físicos de una confrontación.
Únete con el cosmos por
medio de ki-musubi (mezclarse con la energía).
Si nen se estanca en el
cuerpo, la vida empieza a disminuir. Por lo contrario, cuando nen
interactúa con el cuerpo y la mente, la vida florece. Un nen potente puede
incluso producir poderes sobrenaturales y una visión iluminada.
Tu poder personal, depende
de tu capacidad para unirte con el poder cósmico. Tu respiración es el vínculo,
tu cuerpo es el vehículo y tu mente es la esencia, que te permitirán elevar tu
conciencia más allá de los límites de tu imaginación.
Aikido es el camino de la
armonía y su esencia es unirse al ki del universo.
Escuela Budo Shin AIKIDO |
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