lunes, 6 de noviembre de 2017

La verdad del instante presente


Purificando la mente y el cuerpo

por Mariano Giacobone

Desde la antigüedad la práctica de la “purificación” es fundamental en muchas culturas. En Oriente sigue siendo muy común, particularmente en las escuelas de artes marciales, pero también en la India (en el Ganges) y en Japón (rituales sintoístas).
Se puede comprender no solo desde el punto de vista religioso, sino fisiológico y práctico. El cuerpo mismo tiene mecanismos de purificación muy sofisticados. Los pulmones y riñones son expertos en purificación. La célula misma es especialista en purificación.
Es importante antes entender de lo que aquí se habla. Purificar significa: Eliminar lo que es extraño a alguna cosa, devolviéndola a su estado original.
Esta definición es válida no solo para el cuerpo físico, sino también para la mente y las emociones.

Misogi es un método para purificar el espíritu, la mente y el cuerpo. Es un método tradicional en las artes marciales y en el Aikido que se utiliza para preparar la mente y acondicionar el cuerpo para la formación y para aprender a desarrollar el kikaitandem o centro (la zona bajo el ombligo).

Algunas escuelas de Budo practican el misogi con agua fría al amanecer.
El misogi también se puede realizar al aire libre, en la naturaleza, en el mar, debajo de una cascada a cualquier hora de la mañana como de la noche.

Puedes utilizar esta forma de purificación para completar tu formación y elevar tu conciencia en el camino de la perfección.


¿Qué significa elevar la consciencia espiritual por medio del misogi?

Por medio de la purificación puedes adquirir consciencia del amor incondicional que hay en ti y revelar la pureza de tu espíritu.
Si el cristal de tu espíritu está velado, su verdad no puede percibirse.
Las formas infinitamente creativas del Aikido se fundamentan en esta verdad, que no conoce pasado ni futuro; es la verdad del instante presente.

“En este instante de verdad sólo hay vacío. La muerte no existe, sólo hay espíritu eterno. En este vacío se encuentra la sabiduría y la diversidad del Aikido. No huyas al pasado, no sueñes con el futuro. Vive el instante presente y descubrirás la verdadera esencia de tu ser.”
Ninguna fuerza exterior puede perturbarme, yo permanezco en calma ante todo ataque, cualquiera sea su rapidez o estilo. ¿Por qué? Porque estoy vacío, no estoy apegado ni a la vida ni a la muerte. Me remito totalmente a la sabiduría de Dios. Hay que desapegarse de la vida o la muerte frente al enemigo. Hagan lo mismo en vuestra vida de todos los días”.
Maestro Ueshiba


Renunciar al apego por la vida no supone morir antes que luchar por la verdad o entregar tu vida en vano.
Renunciar al apego a la muerte no implica emprender la huida o ser un cobarde.
Ambas reacciones reflejan miedo y debilidad. Hay que evitar estar bajo el control del miedo y el egoísmo ya que bloquean el corazón, vacían la energía (ki) de los riñones y anulan el “ojo espiritual”.

El “ojo espiritual” es el ojo que todo lo ve, que puede percibir más allá de la forma, del tiempo y del espacio, es el ojo del discernimiento espiritual, el ojo de la sabiduría y la clarividencia.
El ojo espiritual se desarrolla naturalmente con el entrenamiento y la dedicación, pero es necesario un corazón sincero y un amor incondicional hacia todas las existencias.
Sin pensar en huir, e incluso si el dolor y la muerte amenazan, deben permanecer calmos, con el corazón libre de todo egoísmo, con confianza inquebrantable en vuestra unión con el Espíritu creador e infinito.
En esto consiste el espíritu que rehúsa el conflicto. Ayer no es más que un recuerdo, mañana sólo una esperanza, pero el instante presente es el real.
Cada momento contiene al infinito
Cada momento es una expresión de la verdad universal.
Pasado, presente y futuro no pueden separarse pues están contenidos en esta realidad, en este instante decisivo que no permite ninguna vacilación.
El miedo y el egoísmo engendran la duda y este es nuestro verdadero enemigo.


La práctica del Aikido permite cultivar el fuego del corazón y el amor incondicional, que generan compasión y alegría de vivir, y su complemento, el agua profunda de la sabiduría y la visión clara que permite mediante el orden, el control y el desapego.
La espada de la compasión y la sabiduría que corta la duda, el miedo y el egoísmo.

La verdad no es lógica.
Para descubrir esta verdad y alcanzar este poder último, es necesario emprender tres formas de entrenamiento simultáneas.
Deben entrenar el cuerpo, la mente y el ki, la fuerza del alma que unifica cuerpo y mente, para estar en armonía con el Universo.
Si la mente está en armonía con el Universo, las palabras deben estarlo también. Las palabras deben surgir de un espíritu claro. Seguidamente, los movimientos del cuerpo han de armonizarse con las palabras. Éste es el secreto del Budo.
A través de esta milagrosa función de ki, el cuerpo y la mente pueden unirse y, en virtud del entrenamiento, puede comprenderse la verdad universal.

Entonces la mente será transparente y el espíritu irradiará salud. De esta forma será posible resolver todos los conflictos y convertir esta tierra en un mundo en paz. Pero si se utiliza incorrectamente esta función milagrosa de ki, la energía viva del universo, el cuerpo y la mente caen en el desorden y el Universo deviene un caos.

Es esencial que mente, cuerpo y ki estén en armonía con los ritmos del movimiento universal, y para esto, la purificación debe ser una práctica habitual. Eliminar cotidianamente residuos, impurezas y bloqueos que oscurecen la mente, perturban el espíritu y debilitan el cuerpo.



Escuela Budo Shin
AIKIDO


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