Durante zazen no hay que entrar en un estado especial.
Por eso, en el dojo a menudo doy consejos sobre la postura para corregirla.
Concéntrense en la postura, y en los puntos importantes de la postura.
Entonces ¿cómo voy a corregir la postura? Digo, por ejemplo, "enderecen la
cabeza" o "entren el mentón."
Corregir la postura implica aceptar, concebir la incorrección. Y pues,
corregir su postura es hacerla indirectamente incorrecta. Posiblemente
esta enseñanza va a confundirlos un poco, pero...
Les digo en el dojo: "¡por favor, olviden el ego!."
Es difícil olvidar el ego con el cual se identifican durante todo el día.
Y cuanto más tratan de corregir la postura de su ego, más continúan reforzándolo durante zazen.
Pues, hay dos cosas importantes en el zazen:
-¡Una es olvidar!
-¡La otra es recordar!
Hay gente que dicen de su vida: "Yo en mi vida, a mi me gusta estar al tanto, yo quiero aprender más, aprender, siempre aprender, aprender... tuve muchos maestros, tuve un maestro japonés, tuve un maestro indio, un maestro de esto, un maestro de aquello; aprendo, aprendo..."
¿Pero qué hay pues que yo ya no sepa?
Sabemos todo esto desde el principio, desde hace tiempo. Desde la eternidad. Sabemos todo.
Entonces no se trata de aprender, sino de acordarse.
Tenemos miedo de morir y cuando morimos, nos acordamos que jamás hubo ni vida ni muerte.
Pero entonces ¿y el cuerpo?
Toda una historia para crear un cuerpo: nueve meses.
Comparado con la eternidad ¿qué son nueve meses? No es ni siquiera una fracción de segundo. Nueve meses de nuestro tiempo para olvidar lo que tanto procuramos recordar. Generalmente olvidamos los primeros meses y luego los primeros años... un año, dos años y de nuevo estamos allí, amnésicos, sobre esta tierra.
Por eso, en el dojo a menudo doy consejos sobre la postura para corregirla.
Concéntrense en la postura, y en los puntos importantes de la postura.
Entonces ¿cómo voy a corregir la postura? Digo, por ejemplo, "enderecen la
cabeza" o "entren el mentón."
Corregir la postura implica aceptar, concebir la incorrección. Y pues,
corregir su postura es hacerla indirectamente incorrecta. Posiblemente
esta enseñanza va a confundirlos un poco, pero...
Les digo en el dojo: "¡por favor, olviden el ego!."
Es difícil olvidar el ego con el cual se identifican durante todo el día.
Y cuanto más tratan de corregir la postura de su ego, más continúan reforzándolo durante zazen.
Pues, hay dos cosas importantes en el zazen:
-¡Una es olvidar!
-¡La otra es recordar!
Hay gente que dicen de su vida: "Yo en mi vida, a mi me gusta estar al tanto, yo quiero aprender más, aprender, siempre aprender, aprender... tuve muchos maestros, tuve un maestro japonés, tuve un maestro indio, un maestro de esto, un maestro de aquello; aprendo, aprendo..."
¿Pero qué hay pues que yo ya no sepa?
Sabemos todo esto desde el principio, desde hace tiempo. Desde la eternidad. Sabemos todo.
Entonces no se trata de aprender, sino de acordarse.
Tenemos miedo de morir y cuando morimos, nos acordamos que jamás hubo ni vida ni muerte.
Pero entonces ¿y el cuerpo?
Toda una historia para crear un cuerpo: nueve meses.
Comparado con la eternidad ¿qué son nueve meses? No es ni siquiera una fracción de segundo. Nueve meses de nuestro tiempo para olvidar lo que tanto procuramos recordar. Generalmente olvidamos los primeros meses y luego los primeros años... un año, dos años y de nuevo estamos allí, amnésicos, sobre esta tierra.
Zazen, es esto el secreto.
Entonces alguna vez le preguntamos a alguien:
- ¿Dormiste bien anoche?
Contesta:
-Super-bien. Dormí, no soñé. Me acosté y me dormí: ¡bang! No soñé en toda
la noche. Dormí bien.
-Oh, ¡qué bien! yo soñé que tenía insomnio. Durante toda la noche soñé que
me daba vuelta de un lado par el otro. Tuve sólo un sueño: soñé que tenía
insomnio.
Y de repente el otro dice:
-Oh, ¡ya está! Me acuerdo de mi sueño. ¡Finalmente soñé! Tuve un sueño
sagrado, muy, muy conciente.
Entonces, durante zazen, me preguntaba: "¿Hay que abrir o cerrar los ojos?
¿Bizquear o no bizquear?"
Hablé de esto durante varios kusenes. Lo Importante, no son los ojos sino lo que miran. Y lo que miran es acordarse. No identificarse con su ego, hay que olvidarlo. No es que no exista, pero es solamente un sueño, nuestro sueño. Así, como lo dice el Hokyo Zanmai: "este reflejo soy yo, pero yo no soy el reflejo".
Entonces ¿qué es el reflejo?".
El reflejo es nuestra vida terrestre, es nuestro yo, nuestras memorias
humanas y a lo que nos identifican. Efectivamente el reflejo soy yo, pero hay que acordarse de nuestra eternidad indeleble. No hay nada que temer. siempre fuimos esto, no hay nada que pueda destruir esto, nuestra verdadera naturaleza. ¿Por qué no acordarnos de esto, ser libres?
¿Qué es este sueño endeble?
Entonces, ¿qué es el zazen?
El zazen, este momento fabuloso, es el momento y el lugar, o el aquí y el
ahora si prefieren, donde el reflejo y su origen se vuelven sólo uno.
Donde el ego y lo inmortal se reúnen en esta postura sublime, esta actitud
sublime, al mismo tiempo física e inmaterial. No hay palabras, de todas
maneras no se necesitan palabras. Zazen es el alfa y el omega, para un ser humano es formidable, total.
Entonces el ego no está prohibido. Permite realizar la experiencia del tiempo y la vida diaria. Pero debemos crear nuestro futuro en el presente y a partir de lo eterno que está en nosotros. Crear nuestro futuro, enviarlo como barcos mensajeros hacia el horizonte de nuestro tiempo
lineal, para vivirlo más tarde, teniendo la memoria de su creación.
Es siempre un acordarse: "Oh, siiii ¡me acuerdo de esto! ¡Oh siii, claro, esto lo creé yo!".
Este es el arte de vivir nuestra individualidad en relación con nuestra eternidad.
Maestro Kosen
kusen (enseñanza) en el dojo de Montpellier
Entonces alguna vez le preguntamos a alguien:
- ¿Dormiste bien anoche?
Contesta:
-Super-bien. Dormí, no soñé. Me acosté y me dormí: ¡bang! No soñé en toda
la noche. Dormí bien.
-Oh, ¡qué bien! yo soñé que tenía insomnio. Durante toda la noche soñé que
me daba vuelta de un lado par el otro. Tuve sólo un sueño: soñé que tenía
insomnio.
Y de repente el otro dice:
-Oh, ¡ya está! Me acuerdo de mi sueño. ¡Finalmente soñé! Tuve un sueño
sagrado, muy, muy conciente.
Entonces, durante zazen, me preguntaba: "¿Hay que abrir o cerrar los ojos?
¿Bizquear o no bizquear?"
Hablé de esto durante varios kusenes. Lo Importante, no son los ojos sino lo que miran. Y lo que miran es acordarse. No identificarse con su ego, hay que olvidarlo. No es que no exista, pero es solamente un sueño, nuestro sueño. Así, como lo dice el Hokyo Zanmai: "este reflejo soy yo, pero yo no soy el reflejo".
Entonces ¿qué es el reflejo?".
El reflejo es nuestra vida terrestre, es nuestro yo, nuestras memorias
humanas y a lo que nos identifican. Efectivamente el reflejo soy yo, pero hay que acordarse de nuestra eternidad indeleble. No hay nada que temer. siempre fuimos esto, no hay nada que pueda destruir esto, nuestra verdadera naturaleza. ¿Por qué no acordarnos de esto, ser libres?
¿Qué es este sueño endeble?
Entonces, ¿qué es el zazen?
El zazen, este momento fabuloso, es el momento y el lugar, o el aquí y el
ahora si prefieren, donde el reflejo y su origen se vuelven sólo uno.
Donde el ego y lo inmortal se reúnen en esta postura sublime, esta actitud
sublime, al mismo tiempo física e inmaterial. No hay palabras, de todas
maneras no se necesitan palabras. Zazen es el alfa y el omega, para un ser humano es formidable, total.
Entonces el ego no está prohibido. Permite realizar la experiencia del tiempo y la vida diaria. Pero debemos crear nuestro futuro en el presente y a partir de lo eterno que está en nosotros. Crear nuestro futuro, enviarlo como barcos mensajeros hacia el horizonte de nuestro tiempo
lineal, para vivirlo más tarde, teniendo la memoria de su creación.
Es siempre un acordarse: "Oh, siiii ¡me acuerdo de esto! ¡Oh siii, claro, esto lo creé yo!".
Este es el arte de vivir nuestra individualidad en relación con nuestra eternidad.
Maestro Kosen
kusen (enseñanza) en el dojo de Montpellier
No hay comentarios:
Publicar un comentario