...mejor ocúpate como es debido!.
Extraído del libro del Maestro Kodo Sawaki: "El zen es la mayor patraña de todos los tiempos (1)
“¿Cómo decís?!, ¿paz de espíritu?
¿Qué querés hacer con eso, vos, tan joven? ¿O crees quizá que cuando hayas alcanzado la paz de espíritu podrás hacer lo que quieras durante el resto de tu vida? ¡Preocúpate mejor de hacer debidamente lo que tienes que hacer! Yo tengo ya más de setenta años y todavía sigo ocupándome. ¡Despertá de una vez de tu sueño!”.
Durante toda la vida hemos de interesarnos en la doctrina de Buda: ¿qué puedo hacer por la Vía?, ¿cómo debo vivir? Aquí han de empezar nuestras desvelos. Si no tenemos cuidado, cuando nos hacemos mayores nos habituamos a ser monjes y dejamos de ocuparnos.
¿Crees que gracias al zazen tengo mucha energía en el hara (bajo vientre) y un corazón fuerte y que eso hace de mí una persona llena de energía? ¡No digas tonterías! Vivo la vida como si anduviera sobre una capa fina de hielo, con mucha precaución y el mayor respeto. Y lo hago así precisamente porque practico zazen.
En algún momento deberíamos reflexionar sobre lo que podemos hacer a fin de no ser una carga para los demás. No hay nada más importante que no ser un obstáculo para nadie. Si no te haces cargo de la lata que das a los que te rodean, tu práctica no llega a ser siquiera hinayana; eso es lo último.
Deberías ser conciente de que no todo es como a ti te gustaría
Y será así toda tu vida. No tenés más remedio que aceptarlo. En principio no hay nada que no tengas que aceptar, pues no hay ni una sola cosa que obedezca a tus preferencias. Te alteras porque crees que tu cuerpo te pertenece. Tu cuerpo no es más que un apestoso saco de carne, lleno de pis y de mierda. ¿Realmente te pertenece? ¿Pertenece a alguien?
Cuando sabes que tu cuerpo no es tu cuerpo, no hay razón para que te alteres
Adaptate a tu entorno, dale el gusto a los demás. Vive tu vida de manera que a tu vecino le permita estar contento. Ponlo en práctica en tu vida de pareja. Ponlo en práctica cuando trates con tus padres o tus hijos. Vive la vida como un muerto, así no molestarás a nadie. Esto vale también para mí: si no estoy verdaderamente muerto, enseguida empiezo a enfadarme.
"Estar muerto" significa que este cuerpo no me pertenece. Pertenece a todos y se lo dejo a los demás para que hagan con él lo que quieran. Si quieren, que se diviertan con este muerto.
Si querés encontrar el camino tenés que tirar tu cuerpo por la borda
Despertarás en el momento justo en que te desprendas de tu cuerpo. Nadie puede vencer a alguien que se ha desprendido de su cuerpo. Aunque le des una patada en el culo no conseguirás amedrentarle. Algunos piensan que liberarse de la vida y de la muerte equivale a poner su vida en peligro. Pero poner la vida en peligro no es nada del otro mundo. Los bandoleros de antaño lo hacían continuamente.
Liberarse de la vida y de la muerte significa algo muy distinto: significa clarificar la enseñanza de Buda.
En cierta ocasión, al regresar de la guerra, fui testigo de la explosión de un arsenal. ¡No te podés imaginar cómo se me encogieron las pelotas! Durante la guerra solía alardear de mi ardor guerrero, pero mirando atrás veo que no era más que la despreocupación de un jefe de bandidos, como el famoso samurai Kunisada Chuji.
El valor se muestra cuando tenemos un adversario contra quien luchar. Pero si estamos sentados en completo silencio y solos en zazen, de nada nos servirá nuestro valor y ardor guerrero si, de repente, la tierra bajo nosotros empieza a temblar.
La serenidad que encontramos en la enseñanza del Buda nada tiene que ver con la arrogancia de un bandido como Kunisada Chuji.
La manera de poner en práctica la enseñanza del Buda ha de ser muy diferente. Cuando comprendí esto por primera vez, dejé de competir con los demás por ver quién era el mejor y más valeroso. Sentate. No hay que tener prisa. Adopta tranquilamente la postura correcta. Éste es el punto de partida: observa toda tu vida desde zazen.
Ponete en marcha para arrojar luz sobre tu vida
Una persona corriente que se convierte en un santo no es más que un producto kármico. El arte de zazen radica en sentarse sin más, sin estar pendiente de ninguna otra cosa. El valor de simplemente sentarse (shikantaza) consiste en su transparencia e insipidez.
Zazen no es algo llamativo.
La gente trata continuamente de destacar, de llamar la atención, por eso el zazen no les dice nada. Lo que la gente entiende por ‘enseñanza’ del Buda” no tiene en realidad nada que ver con la enseñanza del Buda.
No hay una sola cosa que no sea expresión de la enseñanza auténtica
Ahí vemos cuán transparente es la verdadera enseñanza. El problema es que la gente no quiere transparencia, sino estampados de colores.
"Todo el día en silencio
se sienta un viejo santo".
Cuando leo estos versos tengo la sensación de que mi presión sanguínea se reduce. Llevado a la práctica esto significa: zazen.
Lo insondable significa: nada que ganar. Dicho en lenguaje corriente: ¡zazen no aporta nada! ¿Qué vida más despreocupada puede haber que aquella en la que no hay nada que ganar? Que el zazen no aporta nada se debe a que simplemente nos sentamos, sin ningún otro propósito. Así he vivido toda mi vida hasta hoy: sin el propósito de obtener ninguna ganancia.
Una vez uno preguntó a otro que solía recitar el nombre de Buda: - ¿Te ha servido de algo recitar continuamente el nombre de Buda? - Absolutamente de nada, respondió.
Con mi zazen es igual: todos se esfuerzan en alcanzar la iluminación mediante el zazen, pero yo tengo ya setenta años y el zazen aún no me ha proporcionado la menor cosa.
La vía del Buda pone fin de una vez a todo, incluida la ilusión, incluida la iluminación
¿Qué te ha proporcionado haber nacido? Actúas como si fueras algo muy especial, pero ¿a quién le importa? Nada es bueno para nada. Por eso decimos: “No hay nada a lo que recurrir”, nada que ganar”.
“Nada que ganar”: ¿Qué podría ser más hermoso en una persona?
(1) El libro es un compilado de conferencias y kusenes de Kodo Sawaki y está traducido del alemán. Tít. original: "Zen ist die grösste Lüge aller Zeiten" (Angkor 2005)
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